Los líderes de las economías del G20 se dieron hoy un descanso de sus apretadas agendas y zarparon hacia las aguas del lago Occidental en la ciudad china oriental de Hangzhou.
La imagen del presidente de China, Xi Jinping, sentado entre los líderes de los mercados emergentes y de los países desarrollados, transmitió una fuerte señal: estamos en el mismo bote y en esta ocasión China traza el curso a seguir.
Hoy con anterioridad, Xi, timonel de la segunda mayor economía del mundo, hizo una referencia metafórica a los botes para enfatizar la necesidad de los esfuerzos conjuntos durante su discurso ante los líderes de las economías mundiales reunidos por la cumbre anual.
"Para atravesar el embravecido mar de la economía mundial y empezar un nuevo viaje para un futuro crecimiento, es bueno saber que estamos en el mismo bote", dijo Xi en el mensaje de inauguración de la cumbre del G20.
"Hagamos de Hangzhou un nuevo punto de partida y conduzcamos la gigante embarcación de la economía mundial en un nuevo viaje desde la orilla del río Qiantang al vasto océano", dijo el presidente chino.
Para el país más populoso del mundo, la cumbre de Hangzhou de hoy y el lunes representa una importante oportunidad para mostrarle al mundo que China tiene lo que se necesita para ayudar a dirigir la recuperación económica mundial.
Es la primera vez que Xi preside una cumbre del G20. Muchos esperan que en la reunión de pesos pesados puedan trazar el fijo para el crecimiento mundial.
Hoy por la tarde, minutos después de saludar a los líderes del G20 con un apretón de manos, el presidente dijo que espera que la cumbre recete una cura que lleve a la economía mundial hacia una trayectoria de crecimiento sano.
Descrito como un "paraíso en la Tierra" por el viajero del siglo XIII Marco Polo, Hangzhou es la capital de Zhejiang, una de las más exitosas provincias de China de la cual fue Xi alguna vez jefe del Partido Comunista. La economía de la ciudad creció 10,8 por ciento en el primer semestre de este año, más rápido que el de la mayoría de las grandes ciudades chinas.
La elección de Hangzhou como ciudad sede de la cumbre representa bien el papel que China ahora desempeña en el escenario mundial.
Como el país más populoso del mundo, la segunda mayor economía del mundo y, sobre todo, como poderoso motor para el crecimiento mundial, China tiene todas las razones para dirigir.
Pero más allá de Hangzhou, China enfrenta grandes desafíos. El producto interno bruto (PIB) creció 6,7 por ciento en el segundo trimestre de este año, la menor tasa desde que inició la crisis financiera en 2009.
China tiene la confianza y la capacidad para mantener un crecimiento de mediano a alto mientras el país profundiza la reforma, persigue una estrategia de desarrollo orientada a la innovación y se abre al mundo exterior, indicó Xi a los líderes empresariales en vísperas de la cumbre del G20.
Las circunstancias mundiales en las que los líderes del G20 se reúnen están lejos de ser prometedores, pero muchos de los asuntos que enfrenta el G20 no son distintos de los de cumbres anteriores.
Con el tema "Hacia una economía mundial innovadora, vigorizada, interconectada e inclusiva", la cumbre puso por primera vez el tema del desarrollo al centro del marco mundial de políticas macro.
También es la primera vez que el G20 tiene un plan de acción para implementar la Agenda 2030 para Desarrollo Sostenible. Durante la cumbre también se discutirá la industrialización de Africa y de los países menos desarrollados.
Presidir el G20 ofrece a China una oportunidad única para participar en el diseño a más alto nivel de la gobernanza económica mundial.
Uno de los objetivos de la presidencia china del G20 es transformar al grupo de un mecanismo de respuesta a crisis enfocado en políticas de corto plazo a uno centrado en la gobernanza de largo plazo y al diseño de políticas de mediano a largo plazo.
Con dos terceras partes de la población mundial, el G20 contribuye con cerca del 90 por ciento del PIB mundial y con 80 por ciento del volumen del comercio mundial. El G20 se ha convertido en el foro por excelencia para la cooperación económica mundial.
La creciente participación de China en el G20, y en la gobernanza global en general, ha evolucionado de forma gradual.
Hace ocho años, cuando se celebró la primera cumbre del G20 en Washington en medio de una gran crisis financiera mundial, la gobernanza global no era un término familiar para la mayoría de los chinos.
Los líderes chinos de ese entonces dijeron en repetidas ocasiones que la mayor contribución de China para el mundo sería poner en orden su propia casa.
De hecho, la gobernanza global entró en el discurso político oficial de China a raíz de la crisis de 2008 y fue Xi quien, años después, otorgó al término su debida relevancia.
En marzo de 2013, durante una cumbre de los BRICS en Sudáfrica, cerca de dos semanas después de asumir su presidencia, Xi habló de la necesidad de que las economías emergentes participaran en la gobernanza mundial, defendieran la justicia internacional y protegieran la paz y estabilidad mundiales.
En palabras de Wang Wen, decano del Instituto Chongyang de Estudios Financieros de la Universidad Renmin de China, "Xi ha desempeñado una parte muy importante en su capacidad personal en la participación de China en la gobernanza global".
A inicios de julio, en un discurso con motivo del 95º aniversario del Partido Comunista de China, Xi dijo que China debe participar activamente en la construcción de la gobernanza mundial y debe esforzarse en contribuir al buen juicio chino.
La participación de China en el G20 refleja el deseo de una potencia económica en auge de dirigir y rediseñar la agenda mundial.
"Con el auge de China, es lógico que el país desempeña un papel mayor en el escenario mundial", dijo Xu Guangjian, subdirector de la Escual de Administración Pública y Política de la Universidad Renmin.
"Estos hechos se ajustan a la cada vez más profunda afirmación de la globalización por parte de China, el cual se ha dado cuenta de que todos los países resultaron afectados por la crisis financiera mundial de 2008", dijo Xu.
Douglas Paal, vicepresidente del Carnegie Endowment for International Peace con sede en Washington, hizo eco de las declaraciones.
"China tiene un gran y creciente interés en mantener y reforzar el sistema económico y comercial internacional", dijo Paal.
Xi ha pedido durante mucho tiempo incrementar la presencia de los países en desarrollo y de las economías emergentes y de ofrecerles una mayor voz en los sistemas internacionales, además de garantizar la igualdad de los distintos países en la cooperación económica mundial en términos de derechos, oportunidades y normas.
El llamado fue reiterado en la cumbre de Hangzhou, a la que asiste un número récord de países en desarrollo.
Durante una reunión de líderes del BRICS realizada esta mañana al margen de la cumbre del G20, Xi dijo que los miembros del BRICS deben ampliar la coordinación para hacer que las economías emergentes y los países en desarrollo desempeñen un papel mayor en los asuntos internacionales.
Parece que el viaje en barco por el lago Occidental con Xi flanqueado por los líderes de países desarrollados y mercados emergentes podría transmitir el mensaje del cada vez más importante papel que China busca en el escenario mundial: ser un puente entre los países desarrollados y en desarrollo. F