(Visita de Xi Jinping a EEUU) ESPECIAL: De visitante en Iowa a huésped de Casa Blanca

Hace 30 años, cuando un funcionario chino de visita en Estados Unidos durmió en la cama del joven estadounidense Gary Dvorchak mientras éste se encontraba en el colegio, nadie imaginó que ese visitante algún día se convertiría en el presidente de China.

Hace 30 años, cuando un funcionario chino de visita en Estados Unidos durmió en la cama del joven estadounidense Gary Dvorchak mientras éste se encontraba en el colegio, nadie imaginó que ese visitante algún día se convertiría en el presidente de China.

"Nunca redecoramos (la habitación), así que Xi Jinping realmente se hospedó en una habitación decorada para un estudiante de primaria", comentó Dvorchak, actualmente un hombre de negocios en Beijing.

El hombre siente curiosidad por saber cómo se sentía Xi, expuesto al típico mundo de los chicos estadounidenses con carteles de fútbol americano y modelos de Star Trek.

Se cree que ése fue el primer viaje de Xi fuera de China y quizás su primera y única experiencia de convivir con una familia estadounidense. En ese entonces era un funcionario joven y prometedor, que encabezaba una delegación de cinco personas del sector agrícola a Muscatine, Iowa. Durante su estancia allí, Xi visitó granjas, asistió a una fiesta de cumpleaños local y almorzó en un bote con sus anfitriones en el río Mississippi.

La visita parece haber impresionado a Xi más de lo que cualquiera hubiera anticipado en ese momento. Casi 27 años después, durante una visita a Estados Unidos, ya como vicepresidente de China, Xi tuvo una sola petición personal en su viaje: hacer una escala en Muscatine para visitar a sus "viejos amigos", incluidos los padres de Dvorchak.

Xi y su delegación volaron de Washington, D.C. directamente al aeropuerto internacional de la ciudad de Quad el 15 de febrero de 2012. Un convoy con Xi y un pequeño grupo de funcionarios hizo el recorrido de 35 millas hasta Muscatine a la casa de Roger y Sarah Lande. Los Landes, dos de los "viejos amigos" de Xi, convivieron con él durante una hora en la que compartieron recuerdos y conversaron.

"A pesar de que estaba lloviendo, fue un día glorioso en Muscatine, recuerda DeWayne Hopkins, alcalde de Muscatine.

Esta breve escala desplegó el poder de la diplomacia personal. Xi dijo a sus viejos amigos que ellos "fueron el primer grupo de estadounidenses que estuvieron en contacto conmigo. Mi impresión del país provino de ustedes. Para mí, ustedes son Estados Unidos".

El regreso a Iowa fue considerado como una evidencia de la intención de Xi de conectarse con los estadounidenses comunes. Ese gesto pudo haber sido interpretado como una mera oportunidad para la fotografía, pero su intención se ha mantenido congruente a lo largo de su carrera.

En 1992, cuando Xi era jefe del Partido Comunista de China en la ciudad de Fuzhou, en el sudeste de China, ayudó a una mujer estadounidense a cumplir el último deseo de su fallecido esposo.

Su conexión con Elizabeth Gardner empezó con un artículo del periódico acerca de sus vanos esfuerzos para visitar una población del sur de China llamada Guling donde su esposo, Milton Gardner, nació y pasó su infancia.

Milton Gardner, quien salió de China hacia Estados Unidos en 1911, anhelaba visitar Guling desde que los dos países establecieron relaciones diplomáticas en 1979, pero nunca pudo hacer el viaje debido a su deteriorada salud.

Después de morir, su viuda hizo varios viajes a China en un intento por encontrar el pequeño pueblo al que su esposo le tenía tanto afecto, pero no lo logró.

Al leer la historia, Xi decidió tender una mano. Se puso en contacto con la señora Gardner y la invitó a China. Con ayuda de Xi, ella finalmente logró visitar el pueblo en agosto de 1992.

Para expresar su gratitud, la señora Gardner envió a Xi un par de jarrones tradicionales chinos que conservó su esposo durante muchos años. A cambio, ella recibió un par de jarrones de Xi durante su visita a China.

En las últimas tres décadas, Xi ha visitado Estados Unidos en seis ocasiones, quizás más que ninguno de sus predecesores. Su experiencia estadounidense se extiende desde los campos de maíz de Iowa hasta el Retiro de Annenberg en Sunnylands, California.

"El presidente Xi no es un extraño para Estados Unidos", declaró el presidente estadounidense, Barack Obama, al reunirse con Xi en junio de 2013 en Sunnylands.

La reunión tuvo lugar apenas tres meses después de que Xi asumiera el cargo como presidente. Se había anticipado que Xi tendría sus primeras conversaciones presidenciales con Obama en la cumbre del Grupo de los (G20) en Rusia en septiembre de 2013. Sin embargo, Xi adelantó el encuentro durante su viaje a América Latina.

Los dos líderes alcanzaron un consenso sobre la construcción de un nuevo modelo de relaciones entre China y Estados Unidos, que se caracterizaran por la eliminación de conflictos y de confrontación, con respeto mutuo y cooperación y prosperidad comunes.

Además de las conversaciones sobre temas serios como las relaciones militares, seguridad informática y cambio climático, los dos presidentes fueron vistos paseando lado a lado bajo el sol de desierto, sin sacos ni corbatas, en los jardines finamente arreglados de Annenberg.

Un año más tarde, Xi y Obama realizaron en Beijing una versión de la "reunión de retiro" durante la reunión 2014 de Líderes de Economías del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico, donde sostuvieron profundas conversaciones durante la noche en el complejo Zhongnanhai, un área de Beijing conocida como el corazón del gobierno.

Y los dos países anunciaron un ambicioso plan conjunto para frenar las emisiones de carbono, así como avances en la regulación de visado.

Este mes, Xi hará su primera visita de Estado a Estados Unidos. Él y Obama tendrán una apretada agenda durante sus reuniones formales en la Casa Blanca. Xi también podría conversar con prominentes políticos y líderes empresariales sobre otros temas.

Cuando Xi visitó Muscatine en 1985, recibió una breve mención en el periódico Muscatine Journal, el único medio que informó de su visita. Los padres de Gary Dvorchak le dieron como regalo de despedida palomitas de maíz, y a cambio él les dejó licor chino.

La próxima visita de Xi contará con la atención de medios de comunicación de todo el mundo. Dvorchak se pregunta qué obsequio traerá esta vez Xi a Estados Unidos y qué le regalará el presidente Obama. Fin

Nota del editor:

El presidente chino, Xi Jinping, va a hacer este mes su primera visita de Estado a Estados Unidos desde que asumió el cargo en 2013. A partir de hoy y hasta octubre, Xinhua va a transmitir una serie de notas profundas sobre las relaciones chino-estadounidenses y la visita histórica.

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Palabras clave : China, EEUU, Visita

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