Por primera vez en la historia, todos los residentes de la ciudad de Lhasa, capital de la región autónoma china del Tíbet y una de las ciudades más altas del mundo, han tenido acceso a la calefacción de gas este invierno, según las autoridades locales.

Más de 100.000 casas, o un 98 por ciento del total en Lhasa, han disfrutado de la calefacción de fogones de gas natural, gracias a la conclusión de una red municipal de tuberías de gas.

"Por la primera vez en mi vida veo los radiadores de la calefacción", aseguró Gyaltsen, de 71 años, al sentarse en el sofá sin ponerse su chaqueta.

Gyaltsen, como otras personas que viven en los pastos al este de Lhasa, tenía que quemar estiércol para calentarse y cocinar.

Un proyecto de calefacción iniciado en 2012 ha ayudado a muchos residentes de la ciudad a pasar las noches sin sufrir el inaguantable frío que caracteriza la vida de las zonas de altura.

Lhasa, a una altitud de más de 3.600 metros sobre el nivel del mar, vive unas temperaturas medias anuales de ocho grados centígrados, con la temperatura más baja alcanzando hasta 16 grados centígrados bajo cero durante las noches de invierno.

El proyecto de calefacción de Lhasa no tiene precedentes en China, indicó Zhang Yanqing, alcalde de la ciudad.

El proyecto ha llevado a cabo una transición histórica de los medios de calefacción tradicionales a los modernos de energía limpia, sostuvo Ma Hongjing, alto ingeniero del Instituto de Diseño e Investigación de Ingeniería Municipal de Norte de China.

Además de ofrecer comodidad, el proyecto ayuda a reducir las emisiones de carbono y proteger el medioambiente de la ciudad. Quemar estiércol o madera daña los bosques y pastos locales, pero el nuevo suministro de la calefacción puede reducir este tipo de daños y las emisiones, opinó el local Tsomo.

Lhasa experimentó un recorte importante de las emisiones en 2014. Las estadísticas oficiales muestran que las emisiones totales de dióxido de carbono, azufre y nitrógeno han caído cerca de 180.000; 1.652 y 510 toneladas, respectivamente.

Las escuelas primarias y secundarias de Lhasa también gozan de calefacción de gas natural. "En el pasado nos vestíamos como pingüinos y nuestras manos siempre estaban frías. Ahora podemos estudiar en aulas templadas", apuntó Ngodrup, estudiante.