El secretario de Defensa de Estados Unidos, Chuck Hagel, se convirtió en el primer extranjero en visitar el único portaaviones de China, el Liaoning, ayer lunes. Fue un gesto genuino que pone de manifiesto la transparencia de China y su creciente confianza.
Los portaaviones siempre han hecho gala de un simbolismo no sólo militar, sino también de la fuerza global de una nación. El Liaoning fue desarrollado en base a un buque de guerra de fabricación soviética vendido a China por parte de Ucrania. Fue entregado a la Armada en 2012.
La puesta en marcha del Liaoning representó el logro del sueño de China de tener un portaaviones, ya que el país había sido intimidado por las potencias occidentales debido a su carencia de una poderosa armada. Al abrir el Liaoning a Hagel, el Ejército Popular de Liberación (EPL) mostró gran sinceridad a su contraparte estadounidense.
Antes, el EPL dejaba traslucir pocas noticias. Sin embargo, desde que las autoridades chinas empezaron a buscar una imagen más transparente, el ejército también ha hecho esfuerzos en este aspecto.
La visita de Hagel era sólo uno de los muchos pasos que China ha adoptado para asegurar a la comunidad internacional de su buena fe en defensa, lo que incluye la publicación regular de libros blancos de defensa nacional, la publicidad de las denominaciones de código una vez clasificadas de los 18 grupos de ejército, y el nombramiento de portavoces.
Por otra parte, no hay nada que esconder de la única superpotencia del mundo. Liaoning es un portaaviones de tamaño medio y de propulsión convencional que se halla muy por detrás de los portaaviones de clase Nimitz más grandes, más avanzados y de propulsión nuclear de EEUU, y aún más respecto a la última clase Gerald Ford.
La confianza de China no proviene de la acumulación de su arsenal, sino de la comprensión de su papel como país en vías de desarrollo y su camino de desarrollo pacífico, lo cual plantea una política de defensa con carácter defensivo.
Pero la buena disposición de China no debe darse por sentada y deben tenerse en consideración sus preocupaciones.
Hagel señaló hoy martes la seguridad cibernética como un ejemplo de un área en la que a EEUU le gustaría que China sea más transparente. Sin embargo, es el país norteamericano quien debe una explicación a China en dicho área, ya que se ha informado de que EEUU había penetrado en las redes cibernéticas de los activos del gobierno chino y el fabricante privado de equipos de telecomunicaciones Huawei.
También se espera que Hagel aborde temas de gran importancia para China, como el Mar Oriental de China y el Mar Meridional de China, donde los intereses esenciales del país en la salvaguardia de la soberanía y la integridad territorial parecen, por así decirlo, no ser lo suficientemente valorados por el país norteamericano.
Justo antes de su visita a China, Hagel anunció que EEUU desplegaría dos buques adicionales de defensa contra misiles balísticos Aegis en Japón, cuyo gobierno violó la soberanía territorial de China, llevando a sus relaciones bilaterales al punto más bajo de su historia.
Con el desarrollo de una relación de beneficio mutuo, la responsabilidad de la transparencia no recae sólo en China.