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spanish.china.org.cn | 09. 11. 2013 | Editor: | [A A A] |
El Partido Comunista de China (PCCh) inauguró hoy sábado una reunión clave en Beijing con una discusión sobre la profundización integral de las reformas como el tema más importante en la agenda.
En la Tercera Sesión Plenaria del XVIII Comité Central del PCCh, de cuatro días de duración, se revisará un borrador de la decisión del Comité Central del PCCh sobre "las principales cuestiones concernientes a la profundización de las reformas en todos los aspectos".
El texto, que aglutina la sabiduría de todo el Partido y abarca todos los aspectos, establece el tono a seguir para profundizar integralmente las reformas que desde hace tres décadas llevan transformando la segunda mayor economía del mundo.
Profundizar integralmente la reforma significa que ésta será más sistemática, integrada y coordinada. El PCCh se esforzará por acelerar el desarrollo de una economía de mercado socialista, la democracia, el desarrollo cultural, la armonía social y el progreso ecológico, de acuerdo con el comunicado de una reunión del Buró Político del XVIII Comité Central del PCCh celebrada el 29 de octubre.
"Debemos permitir que el trabajo, el conocimiento, la tecnología, la gestión y el capital den rienda suelta a su dinamismo, que todas las fuentes de riqueza se expandan, y que toda la población disfrute de los frutos del desarrollo de un modo más justo", señala el documento.
Desde que la tercera sesión plenaria del XI Comité Central del PCCh lanzara la reforma y la apertura en 1978, todas las terceras sesiones plenarias posteriores del Comité Central del PCCh se centran en la reforma y la apertura como tema principal.
El Buró Político del XVIII Comité Central del PCCh sostiene que en los últimos 35 años, el PCCh, con un gran coraje político, ha promovido reformas en los sistemas económico, político, cultural y social, así como en los relativos al progreso ecológico y la construcción institucional del PCCh, indica el texto.
Ante las cambiantes situaciones y tareas, es necesaria una reforma integral y profunda para la construcción de una sociedad moderadamente acomodada en todos los aspectos y la edificación de un país socialista próspero, fuerte, democrático, avanzado en el ámbito cultural, armonioso y modernizado, así como para la realización del sueño chino del rejuvenecimiento de la nación, de acuerdo con el Buró Político.
Según la Agencia de Noticias Xinhua, el Partido ha solicitado opiniones externas para elaborar el borrador de la decisión que se discutirá durante la sesión plenaria. Las sugerencias y opiniones planteadas por diferentes lugares, departamentos gubernamentales y delegados al XVIII Congreso Nacional del PCCh han sido plenamente incorporadas y reflejadas en el borrador.
El Buró Político del XVIII Comité Central del PCCh también presentó su trabajo al Comité Central en la reunión.
Yu Zhengsheng, miembro del Comité Permanente del Buró Político del XVIII Comité Central del PCCh, puntualizó recientemente que las reformas serán "amplias, con mayor fuerza y sin precedentes" esta vez.
"Inevitablemente, estas reformas impulsarán transformaciones profundas de la economía, la sociedad y otros campos", agregó.
Las decisiones que el Partido tomó hace 35 años en su sesión cambiaron el destino de todos los chinos.
Más de 260 millones de jóvenes residentes rurales emigraron a las ciudades para trabajar y muchos empleados gubernamentales dimitieron para establecer negocios privados.
Con el transcurso de 35 años, tanto China como el mundo han cambiado drásticamente. Cuando terminó la Guerra Fría, tanto Oriente como Occidente comenzaron a avanzar hacia la globalización.
Cuando los países occidentales trastabillaron a causa de la crisis financiera global, la actuación de la economía china pasó a un primer plano. Sin embargo, el crecimiento económico de la segunda mayor economía del mundo está experimentando una desaceleración, ya que bajó de un incremento de dos dígitos a una cifra inferior al 8 por ciento.
A medida que la mayoría de los chinos ya cuenta con perspectivas prometedoras y vive en una sociedad relativamente segura y próspera, los chinos comenzaron a dar muestras de impaciencia y descontento,
Además, la actuación del gobierno no ha mejorado tanto como lo ha hecho la economía.
La corrupción de los funcionarios preocupa a muchos ciudadanos. Docenas de altos cargos fueron destituidos por corrupción en los últimos años, lo que pone de manifiesto la determinación del gobierno de luchar contra este problema, pero también la gravedad de la situación.
Dada la vertiginosa urbanización del país, las regiones rurales están perdiendo mano de obra joven, tierra y riqueza, mientras que en las ciudades los recursos escasean y se enfrentan además a una contaminación cada vez más severa.
La pobreza aún existe. Cerca de 200 millones de chinos, entre ellos los habitantes rurales que residen a sólo 160 kilómetros de Beijing, viven por debajo del umbral de la pobreza absoluta establecido por el Banco Mundial.
Además, la ciudadanía comienza a cuestionar la sostenibilidad del desarrollo económico del país. De los tres principales motores económicos, la inversión aún supera con mucho al consumo nacional y a la exportación.
Todas estas cuestiones deben recibir respuesta cuanto antes. Este es el motivo por el que la actual sesión del PCCh despierta tanta expectación.
La actual dirección de China lleva impulsando medidas de reforma desde que ascendiera al poder hace casi un año.
En diciembre de 2012, el presidente Xi Jinping hizo patente su compromiso con la reforma al realizar su primer viaje de inspección a la ciudad de Shenzhen, la vanguardia de la transformación y apertura de China, donde destacó que "la reforma no se paralizará y la apertura no terminará".
El nuevo gobierno central formado en marzo ha promovido una reforma institucional para reducir las formalidades burocráticas y descentralizar el poder. Hasta el momento, ha eliminado o transferido 221 artículos de autorización administrativa a los gobiernos locales.
También está en marcha la reforma orientada a la economía de mercado. En julio, el banco central chino anunció la suspensión de los controles sobre las tasas de préstamos bancarios. En septiembre, la zona de libre comercio de Shanghai comenzó a operar como campo de prueba de la convertibilidad de la moneda china y la desregulación de las tasas de interés.
Los analistas creen que en el país se están gestando grandes expectativas respecto a la reforma, gracias a las políticas y anuncios oficiales, que han suscitado un enérgico consenso.
El catedrático Wang Huaichao, de la Escuela del Partido del Comité Central del PCCh, indicó que no existe discrepancia sobre la urgencia de la reforma. "La disputa consiste en la secuencia, el grado y las medidas de la reforma", opinó Wang.
Qin Gang, también catedrático de la misma escuela, cree que la reforma debe responder a las expectativas de la ciudadanía, reduciendo la brecha existente en los ingresos, fomentando la igualdad social y eliminando la corrupción mediante los cambios institucionales.
Los analistas sostienen que tanto China como el resto del mundo han depositado sus esperanzas en la reforma.
Las economías desarrolladas occidentales que aún sufren los estertores de la crisis financiera global de 2008 o inician reformas o corren el riesgo de quedarse atoradas en una situación sin salida. Sin embargo, aquello países desarrollados que optaron por emprender reformas no han registrado progresos significativos.
La administración de Obama no ha logrado ninguna mejora sustancial con las reformas financieras y fiscales. La Unión Europea está atascada en la crisis de la deuda. Y Japón está exhausto tras luchar contra el persistente estancamiento de su economía.
Dada la deslustrada recuperación global, la actuación de la economía china está en el punto de mira internacional, según Zheng Yongnian, director del Instituto de Asia del Este de la Universidad Nacional de Singapur.
Los analistas afirman que el PCCh, que gobierna el mayor país en vías de desarrollo del mundo, tiene ante sí una doble misión.
El partido tiene que enfrentarse a sus problemas domésticos, como su población de 1.300 millones de habitantes, la brecha existente entre las zonas rurales y urbanas, la disparidad de los ingresos y los diversos intereses en juego.
Al mismo tiempo, globalmente tiene que buscar una nueva aproximación al desarrollo de la humanidad, convirtiendo a China en una fuerza competidora pero también cooperadora con otros sistemas.
Los analistas también creen que la reforma en China ha sido un éxito, pero que aún no ha terminado. Las respuestas a los interrogantes sobre las futuras reformas residen en la práctica.