Peng Sen, vicepresidente del Comité de Finanzas y Economía de la Asamblea Popular Nacional, la máxima legislatura de China, apoyo las afirmaciones de Chi al decir que el crecimiento económico de China ya no puede depender de la inversión y de las exportaciones.
Como la mayor economía emergente del mundo, la tasa de crecimiento de China ha sido lenta. "No se trata de una desaceleración sino de un cambio de velocidad", dijo. Expresó la esperanza de que China pueda mantener el actual índice de incremento, de alrededor de siete por ciento, por otros cinco o diez años.
Datos oficiales muestran que el crecimiento del producto interno bruto (PIB) de China bajó 7,7 por ciento en los primeros tres trimestres del año, en comparación con el crecimiento de dos dígitos de la última década.
"La transformación es necesaria, aunque dolorosa", señaló. "Pero la ardua tarea sólo puede ser completada a través de la reforma y de la innovación", indicó.
El hizo una lista de varias prioridades, incluyendo las relaciones entre el gobierno y las fuerzas del mercado, una revisión del sistema de distribución de impuestos que ha estado en práctica por cerca de dos décadas, y la dualización del gobierno rural y urbano que ha llevado a una creciente diferencia entre agricultores y residentes urbanos.
"China es un país muy inusual en el sentido de que es capaz de cambiar su modelo muy frecuentemente. Cuando ese modelo empieza a tener problemas, se introduce uno nuevo", comentó Richard Herd, economista en jefe de China de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
Herd defendió la desregulación financiera de China, así como la apertura de capital, el trabajo de migrantes, la seguridad social nacional, el excesivo control central sobre el gasto local, la reforma territorial, el control de la contaminación y las reformas sociales.
"Esperamos la próxima semana", dijo Herd. Fi