(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – Aunque Wang Xia ha hecho una exitosa carrera como conferencista en una universidad de la provincia de Henan, su vida no es perfecta, pues no ha podido tener un hijo.

“Realmente deseo mucho tener un hijo y me he sometido a tratamiento en numerosos hospitales, pero todos los intentos han fallado”, comentó la joven y añadió que terminó divorciándose del que era su esposo debido a no haber podido procrear.

Wang quedó embarazada luego de contraer matrimonio, pero se sometió a un aborto inducido porque quería continuar con su carrera.

Una infección quirúrgica le provocó las actuales dificultades que afronta para quedar encinta.

Según la Asociación de Población de China, más de 40 millones de personas en el país han sido diagnosticadas como infértiles, el 12,5 por ciento de las cuales están en edad de procreación. Esa tasa era de apenas el 3 por ciento hace 20 años.

El primer bebé probeta del territorio continental de China nació en 1988, en el Centro de Medicina Reproductiva del Tercer Colegio de Medicina Clínica de la Universidad de Pekín, adonde acuden cada día alrededor de 1.500 personas para ver a los especialistas en reproducción.

Qiao Jie, director de esa institución, confirmó que muchas mujeres profesionales están posponiendo el matrimonio y la maternidad. “Y cuando ellas quieren tener un hijo, su capacidad reproductiva ha mermado”.

Según Guo Yihong, vicedirector del Centro de Medicina Reproductiva del Hospital n.o 1, asociado a la Universidad de Zhengzhou, en Henan, el número de personas infértiles está aumentando y más de 150.000 pacientes se sometieron a tratamiento en ese centro en 2011.

Zhang Cuilian, experto en medicina reproductiva del Hospital del Pueblo de Henan, comentó que las obstrucciones en las trompas y las extremadamente delgadas paredes del útero debido a los abortos inducidos son la primera causa de infertilidad entre las mujeres.

Sé de una mujer que se sometió a 10 abortos en 20 años, pensando que ella y su pareja podrían tener un hijo a una edad más avanzada. Sin embargo, a los 30 años, cuando decidió procrear, no pudo, recordó Zhang.

Los expertos también apuntan a las condiciones de vida como posible causa de infertilidad, entre ellas la alta contaminación ambiental, la presencia de formaldehido en los nuevos muebles y la radiación que emiten los dispositivos electrónicos.

Permanecer de pie mucho rato y la presión pueden también provocar infertilidad, apuntó Peng Hongmei, médico jefe asociado del departamento de Ginecología y Obstetricia del Hospital del Ejército de Liberación del Pueblo de China.

Peng ha atestiguado un incremento en el número de pacientes que en los últimos dos años se han sometido a tratamientos de infertilidad.

“El mejor momento para que la mujer procree es de los 20 a los 35 años”, sugirió Peng. “Tener un hijo a una edad relativamente joven no solo favorece la calidad del embarazo, sino que también disminuye los riesgos de enfermedades ginecológicas”.