Las compañías chinas de telecomunicaciones Huawei y ZTE, que operan actualmente en alrededor de 150 países, se han encontrado con problemas al tratar de expandir su negocio y crear empleo en Estados Unidos.
El Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes de EEUU, que acusa a ambas compañías de suponer una amenaza para la seguridad nacional del país en base a especulaciones sobre presuntos ataques cibernéticos procedentes de China, ha puesto nuevos obstáculos delante de estos dos incipientes gigantes tecnológicos.
ACUSACIONES BASADAS EN ILUSIONES
En su informe de 52 páginas presentado este lunes, el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes de EEUU acusa sin reservas a las dos compañías chinas sin pruebas fehacientes y extiende la duda entre los medios de comunicación de todo el mundo.
El presidente del mencionado comité, Mike Rogers, ha dicho que el panel llegó a esta conclusión tras analizar la información facilitada por clientes de Huawei, antiguos empleados de esta compañía, fuentes reservadas y noticias publicadas en los medios de comunicación.
El informe, sin embargo, refleja la mentalidad anclada en la Guerra Fría y el enfoque proteccionista de los políticos del Capitolio a la hora de contener las inversiones chinas, a pesar de que éstas pueden ofrecer nuevas oportunidades de negocio y empleo a la decadente economía norteamericana.
Según dicho informe, Huawei no ha explicado "su relación con el Gobierno chino" y ZTE no ha disipado "las preocupaciones del Comité sobre el control que puedan ejercer las compañías estatales en las decisiones empresariales y las operaciones de ZTE".
Huawei, no obstante, ha contactado formalmente con el Comité en Washington y ha recibido una lista de preguntas, a las que ha dado respuesta de manera razonada, en la medida de lo posible, durante los últimos 11 meses.
En un comunicado divulgado a última hora de este lunes, Huawei, con sede en la ciudad china de Shenzhen, ha declarado que el Comité parece estar comprometido con un resultado predeterminado y su informe no sólo ignora la probada seguridad de la red de Huawei en EEUU y el resto del mundo, sino que tampoco presta atención a los numerosos datos que la compañía ha facilitado.
"El informe publicado hoy por el Comité se basa en rumores y especulaciones para probar unas acusaciones sin fundamento", indica la compañía china en su comunicado.
ZTE, por su parte, también ha negado y refutado las acusaciones hechas por la parte norteamericana.
"Respecto a cualquier otra compañía china, ZTE ha presentado un estándar de cooperación sin precedentes con una investigación parlamentaria", indicó este lunes esta compañía, también con sede en Shenzhen.
"El equipo de ZTE es seguro. En el Modelo de Entrega Segura de ZTE, que la empresa ofrece a todos los operadores de EEUU, el equipo de ZTE ha sido evaluado por un laboratorio estadounidense independiente de análisis de amenazas, bajo la supervisión de las agencias gubernamentales de EEUU", explicó la compañía.
ZTE ha instado al Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes de EEUU a intensificar su vigilancia sobre el conjunto del sector de las telecomunicaciones y dejar de concentrarse en las empresas chinas.
"MATAR AL RUISEÑOR"
Como conclusión a un año de investigación, el informe recomienda que los sistemas informáticos del Gobierno de EEUU excluyan cualquier equipo de Huawei y ZTE. También insta al Comité de Inversiones Extranjeras en Estados Unidos (CFIUS, siglas en inglés) que paralice las adquisiciones, las absorciones y las fusiones que involucren a ambas compañías chinas.
"Las averiguaciones del comité parlamentario no previenen legalmente las operaciones de Huawei y ZTE en EEUU, pero dificultan mucho que hagan negocios aquí", afirmó Edward Alden, veterano miembro del Consejo de Relaciones Exteriores, al ser consultado por Xinhua.
"Se envía un claro mensaje a las compañías estadounidenses: que deben evitar establecer contratos o hacer negocios con estas compañías", añadió.
De hecho, el Gobierno de EEUU ya ha estado interfiriendo en su valorado sistema de libre mercado desde hace algún tiempo.
Craig Mock, presidente y administrador general de United Wireless, con sede en el estado de Kansas, admitió el domingo por la noche a la cadena de televisión CBS que la nueva red de Huawei permite una de las mayores velocidades de Internet en el país. Sin embargo, cuando su empresa cerró un acuerdo con Huawei, Mock recibió una molesta visita de dos agentes federales que trataron de persuadirle para que le comprase equipos de otra empresa.
El Gobierno de EEUU, además, forzó a Huawei a renunciar a su fusión con la compañía de telecomunicaciones 3Com en 2008 y a su oferta por un contrato con Sprint en 2010. Huawei también se vio obligada a dar marcha atrás a su adquisición de los sistemas 3Leaf en 2010 tras una revisión del CFIUS.
El informe de la Cámara de Representantes de EEUU, junto a otras intervenciones del Gobierno norteamericano, no tiene en consideración los beneficios que aporta Huawei al país.
Con el propósito de impulsar la cadena de suministro global, la compañía china gastó 6.500 millones de sus ingresos anuales de 32.400 millones de dólares en 2011 en la adquisición de equipamiento estadounidense, lo cual ayudó a mantener cientos de empresas y miles de empleos en el país.
En el informe, no obstante, se intenta "matar al ruiseñor", algo que no es bueno para la economía estadounidense. Y, lo que es aún más importante, se establece como precedente una política que distorsiona el mercado, lo cual resulta muy peligroso, pues otros mercados pueden aplicar esta misma medida contra las compañías estadounidenses que operan en el extranjero.
Los estadounidenses merecen tener datos contrastados cuando van a perder miles de empleos, cientos de millones de dólares en inversiones y miles de millones de dólares en compras de productos locales.
Huawei y ZTE, como Alcatel-Lucent, Cisco, Ericsson y Nokia-Siemens, son compañías de telecomunicaciones que operan alrededor del mundo.
"Confían en nosotros en todo el mundo", afirma William Plummer, vicepresidente estadounidense de Huawei para relaciones externas, en declaraciones a Xinhua.
"Tenemos 500 operaciones en 150 países, incluidos los principales operadores en los mercados desarrollados y en vías de desarrollo, que han utilizado nuestros productos sin ningún problema. Puede que todos ellos estén equivocados y que el presidente (del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes de EEUU) esté en lo cierto. Pero hay escasas posibilidades de que sea así", argumenta.
A pesar de estar atravesando por estas dificultades en el mercado estadounidense, Plummer señala que el compromiso de Huawei con el mercado y los consumidores es fuerte y nada lo puede cambiar.