(SPANISH.CHINA.ORG.CN) - Para muchos ciudadanos chinos el sueño de emigrar se ha vuelto incluso más difícil este año, a medida que sus destinos favoritos han ido reajustando sus políticas de inmigración, incrementando los requisitos y exigencias para la entrada.
Canadá es uno de esos destinos. A finales de junio, el país norteamericano anunció la suspensión temporal de las nuevas solicitudes para el Programa Federal de Trabajadores Cualificados y el Programa Federal de Inversores desde el primero de julio. El gobierno espera volver a aceptar solicitudes a partir de enero.
Entre tanto, la provincia francófona de Quebec ha limitado a 2.700 el número máximo de solicitudes de inversión entre el 21 de marzo de 2012 y el 31 de marzo de 2013. “Ha sido un duro golpe para los nuevos solicitantes, los que ya estaban en proceso y los intermediarios de inmigración en China como nosotros mismos”, explica Ding Wei, director del Departamento de Inmigración a Canadá de JJL Overseas Education, una agencia de emigración de Pekín, quien afirma que muchas solicitudes en trámite en su compañía han quedado estancadas y que tendrán que esperar durante más tiempo, además de existir mayores posibilidades de que las solicitudes sean rechazadas.
No sólo Canadá ha ajustado su sistema de inmigración. Australia, para el que China es la principal fuente de inmigrantes, introdujo el 1 de julio un nuevo Modelo de Selección de Migrantes Cualificados que ha supuesto uno de los mayores cambios en el sistema inmigratorio del país austral en años. El nuevo sistema es menos cómodo para los que buscan emigrar a Australia, quienes probablemente tendrán que esperar unos seis meses para saber si pueden presentar su solicitud.
Según Ma Jing, encargado del departamento de emigración a Australia de JJL, el nuevo modelo establece requisitos más elevados, incluyendo nivel educativo, conocimiento del idioma y experiencia de trabajo. No obstante, Ma se muestra optimista sobre un incremento de solicitudes en el futuro.
“Hablando en general, se ha vuelto más difícil mudarse a otros países con los requisitos más exigentes, incluyendo las inversiones, pero la riqueza de los chinos también va en aumento”, explica Ma.
En el caso de Canadá, según Ding, los chinos cambiarán su opción por Estados Unidos o algunos países europeos, ya que no todo son malas noticias. En Estados Unidos, el 14 de agosto, una normativa indicaba a los inmigrantes ilegales jóvenes en el país que rellenaran nuevos formularios y pagaran 465 dólares si querían solicitar un nuevo programa con el que evitarían la deportación y obtendrían un permiso de trabajo en Estados Unidos. Antes, a principios de este mes, el congreso del país llegó a un acuerdo sobre una ampliación de tres años del programa EB-5 que garantiza permisos de residencia a inversores extranjeros, que, de lo contrario, habría finalizado en septiembre de este año. “Estados Unidos sabe bien los beneficios que aportan los inversores chinos para el desarrollo de su economía regional y el empleo”, explica Ding.
En Francia, el ministro de interior Manuel Valls señaló que el gobierno socialista de François Hollande planea cambiar la ley de inmigración francesa para , entre otras medidas, facilitar que los estudiantes extranjeros en Francia puedan quedarse a trabajar en el país tras su graduación.
Según Ma, los chinos quieren “vivir con menos presión y disfrutar de mejores pensiones cuando sean mayores”, lo que les impulsa a emigrar a países como Australia. Además, ser titular de un pasaporte de otro país puede acelerar los trámites de visado, en comparación con el pasaporte chino.