Está casada y pertenece a la generación de hijos únicos de China. Ayer sábado, Liu Yang, de 33 años de edad, se ha convertido en la primera mujer china en viajar al espacio.
Liu y sus dos compañeros de tripulación despegaron hoy sábado del Centro de Lanzamiento de Satélites de Jiuquan, en el noroeste de China, a las 18:37 (10:37 GMT), a bordo de la aeronave Shenzhou-9, propulsada por un cohete Larga Marcha-2F de última generación.
China es el tercer país del mundo en mandar a una mujer al espacio usando tecnología propia.
La misión durará 13 días, durante los cuales se espera que se complete con éxito el acoplamiento manual de la aeronave Shenzhou-9 con el módulo-laboratorio orbital Tiangong-1, la primera operación de este tipo emprendida por China.
Nacida en la provincia central china de Henan, la cuna de la civilización china, Liu actualmente ostenta el grado de comandante del Ejército Popular de Liberación, y es miembro del Partido Comunista de China.
Antaño piloto de las fuerzas aéreas, Liu llevaba mucho tiempo soñando con ver la Tierra desde el espacio. "Durante el entrenamiento tomé conciencia por primera vez de la enorme distancia que existe entre la tierra y el espacio. El ser humano se siente tan insignificante ahí arriba", dijo.
Durante miles de años, la mujer ocupó los escalafones más bajos de la sociedad feudal china. Hace más de un siglo, en la tierra natal de Liu, las mujeres se veían forzadas, como muchas otras en toda China, a sufrir la tortura del vendaje de pies para complacer a los hombres y a tener que compartir a su marido con otras mujeres.
Pero desde el establecimiento de la República Popular China en 1949, las mujeres "sostienen la mitad del cielo".
"Es un honor para mí viajar al espacio en nombre de cientos de millones de ciudadanas chinas", confesó Liu a los medios de comunicación ayer viernes por la tarde.
Su cometido será la realización de diversos experimentos científicos y otras pruebas en el espacio.
Sus dos co-tripulantes la han descrito como una persona "extrovertida, sincera, culta y sensible".
Al igual que la mayoría de chinos de su generación, Liu es la hija única de sus padres. Sus compañeros de trabajo han elogiado repetidamente su diligencia y su capacidad para trabajar duramente, un don que explica que completara un entrenamiento espacial que normalmente dura de tres a cinco años en tan sólo dos.
"Pese a haberse incorporado al entrenamiento más tarde, está al mismo nivel que nosotros", dijo Jing Haipeng, el comandante jefe de la misión.
Jing también se declaró muy impresionado por la rapidez y la resolución que Liu demostró durante el entrenamiento, especialmente por la calma con la que la astronauta se desenvolvió en los simulacros de emergencias
Su más que probadas capacidades resultarán de gran ayuda, ya que "el espacio no te trata mejor por ser mujer", señaló la propia Liu.
Pero Liu no es sólo una interlocutora elocuente, también es una excelente ama de casa. Ella y su marido eligieron minuciosamente las lámparas de diferentes estilos que decoran su hogar.
El marido de Liu también es miembro de las fuerzas aéreas. Liu no pudo evitar derrarmar algunas lágrimas al mencionar el apoyo incondicional que le ha brindado durante toda su carrera.
Ambos planean tener un hijo, pero "tendrá que esperar a que termine la misión de acoplamiento espacial", dijo Liu.
"La investigación espacial no estaría completa sin la contribución de las astronautas", observó Chen Shanguang, director del Centro de Investigación y Entrenamiento de Astronautas de China.
Hasta la fecha, más de 50 mujeres han viajado al espacio desde que la astronauta soviética Valentina Tereshkova se convirtiera en la primera de su sexo en viajar a las estrellas el 16 de junio de 1963.
Sin embargo, la exploración espacial, pese a los indudables beneficios que comporta a la humanidad, también entraña grandes riesgos: 21 astronautas han muerto en accidentes, entre ellos cuatro mujeres.
El especialista australiano del espacio, Morris Jones, compartió con Xinhua que la misión del Shenzhou-9 supone un paso muy importante para la carrera espacial china y para el mundo, arguyendo que "es necesario que haya más mujeres en los programas espaciales de todo el mundo, porque despiertan el interés público por la aeronáutica"
La autora de ciencia-ficción china Ling Chen fue incluso más allá, confiándole a Xinhua que esperaba que la primera mujer en pisar la luna fuera china, y que el primer bebé nacido en el espacio también fuera chino. Fin