De vuelta al átomo

Por Leonardo Anoceto

(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – Si bien no al ritmo de dos dígitos con que lo hizo en la primera década del siglo XXI, e incluso obligada a echar el freno para cerrar este año con un 7,5 por ciento de crecimiento, casi dos puntos por debajo del 9,2 de 2011, la economía china continuará expandiéndose y para ello será necesario, entre otras cosas, energía. La que produce el país en la actualidad no es suficiente.

El petróleo, cada vez más caro e inseguro por la inestabilidad política en la que se hunde Oriente Medio, pierde brillo y no ofrece garantías, y las energías limpias generadas por los rayos solares y el viento, aún resultan costosas e insuficientes. Quedan, por tanto, no muchas opciones y una de las más viables es la que se obtiene por la fusión o fisión de los núcleos atómicos, aunque su simple mención, justo cuando Japón acaba de conmemorar el primer aniversario del desastre de Fukushima, asuste.

No fueron pocas, de hecho, las potencias que tomaron nota de la tragedia nipona y se replantearon acortar la vida de sus centrales nucleares, mientras otras decidieron engavetar sus proyectos. Pero una vez superado el susto, o al menos ya no tan presente el tema en los medios, la realidad ha llevado a algunos a alargar plazos nuevamente e impedido que el polvo termine por cubrir los planes de otros.

Entre estos últimos, China, que tras el accidente de Fukushima adoptó una serie de medidas para mejorar la seguridad de sus 15 reactores nucleares en funcionamiento y los 26 que tiene en construcción y fortalecer el trabajo de los organismos encargados de la seguridad nuclear y de la energía, ha decidido apostar por una energía nuclear segura y altamente eficiente.

El tema reapareció en el informe de trabajo presentado por el primer ministro chino, Wen Jiabao, en la V Sesión de la XI Asamblea Popular Nacional (APN), en el que se explica que el Gobierno desarrollará la energía nuclear de forma segura y efectiva, al tiempo que incrementará la proporción de las nuevas energías y las energías renovables en el consumo total del país.

Para muchos, las palabras de Wen son una señal inequívoca de la inminente reanudación del desarrollo normal de la electricidad nuclear, un tema que generó preocupaciones entre la población china tras el accidente de Fukushima y que paralizó la construcción de cuatro reactores nucleares que habían sido aprobados, además de no aprobarse ningún nuevo proyecto durante el resto de 2011.

Yang Qi, presidente honorario del Instituto de Energía Nuclear de China, tiene claro que el país no debe detener los proyectos de energía nuclear por razones de seguridad, ya que el crecimiento económico genera una creciente demanda de consumo de energía. “Debemos tener plena confianza en la seguridad de la energía nuclear”.

En un debate con otros asesores políticos durante la V Sesión del XI Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh), el experto recordó que las tecnologías usadas en las estaciones de energía nuclear en operación en China pertenecen a la versión actualizada de la segunda generación de reactores de energía nuclear basados en tecnología M310 de Francia.

Las asimilaciones e innovaciones tecnológicas, además de la adopción de medidas de prevención y mitigación de desastres más estrictas en la mayoría de esas unidades generadoras las hacen más seguras que sus similares en el resto del mundo, aseguró Yang, quien ante la posibilidad de que China sufra un desastre como el de Fukushima explicó que tanto en las centrales en operación como en las que están en construcción, no hay riesgos geológicos y es poco probable que haya grandes tsunamis en esos sitios.

No obstante, Zhu Zhiyuan, diputado de la APN y vicepresidente de la División de Shanghai de la Academia China de Ciencias, pidió a la máxima legislatura promulgar una ley sobre seguridad nuclear que tenga en cuenta la experiencia de otros países y tome esa norma como una prioridad. Además, pidió establecer una institución para la supervisión del desarrollo de energía nuclear.

El tema también fue recientemente abordado por las autoridades chinas ante el Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) de la ONU, el que Beijing considera que tiene responsabilidades importantes para promover el uso pacífico de la energía nuclear y para evitar la proliferación nuclear.

El OIEA, señaló Wang Min, representante adjunto de China en Naciones Unidas, debe fortalecer aún más su importante papel para mejorar la seguridad nuclear global y promover la cooperación internacional pertinente, así como resumir más experiencias y lecciones del accidente nuclear de Fukushima y asistir a los Estados miembros para mejorar la seguridad nuclear y la capacidad de respuesta ante futuras emergencias.

China redactó su estrategia de desarrollo de energía nuclear en 2005, y emitió planes a largo y mediano plazos. En 2008, la capacidad total de sus 14 reactores de energía nuclear llegó a 9,1 millones kilovatios, lo que representa el 1,3 por ciento de la capacidad total del país, pero el objetivo es alcanzar los 400 millones de kilovatios para el 2050.

Para garantizar la seguridad de sus nuevos reactores el país ha adoptado la tecnología de tercera generación AP1000, desarrollado por la firma estadounidense Westinghouse Electric, como el estándar para sus proyectos nucleares. No obstante, los diseñadores chinos también están trabajando en el sistema CAP1400, una versión actualizada del AP1000.

El carbón sigue siendo en la actualidad la principal fuente de generación de energía de China, a la que aporta el 80 por ciento de sus necesidades, pero para el año 2020 la energía nuclear deberá cubrir el 15 por ciento de la demanda nacional.

Palabras clave : APN, nuclear, energía, China, , tecnologías

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