Los tribunales chinos condenaron a 1,05 millones de personas en 2011, en un esfuerzo por luchar contra la criminalidad y proteger la estabilidad, según el informe anual sobre la labor del Tribunal Popular Supremo de China. La cifra representa una subida del 4,4 por ciento frente al año anterior.
El año pasado, los tribunales cerraron 840.000 casos criminales, un aumento interanual del 7,7 por ciento, de acuerdo con el documento, presentado por Wang Shengjun, presidente del TPS, en una reunión plenaria de la quinta sesión anual de la XI Asamblea Popular Nacional (APN, máximo órgano legislativo), que se está celebrando estos días en Beijing.
De todos los sentenciados, unos 105.000 fueron declarados culpables en 69.000 casos de crímenes graves, como homocidios, secuestros, robos, colocaciones de explosivos, organización de pandillas al estilo mafioso y trata de personas, de acuerdo con el informe.
Otros 29.000 criminales involucrados en 27.000 casos recibieron castigos por malversación de fondos, soborno y negligencia, dice el documento.
En cuanto a los escándalos de seguridad alimentaria, los tribunales chinos también reforzaron su trabajo condenando a 320 personas en 278 casos de producción y venta de alimentos y aditivos tóxicos y dañinos.
Por otro lado, aproximadamente 1.900 personas fueron castigadas en 1.400 casos relacionados con la seguridad laboral, según el informe.
El TPS también fortaleció su supervisión de los tribunales locales en el procesamiento de casos de crímenes graves, dijo Wang.
"Hemos implementado con seriedad el principio de combinar la lenidad con la rigidez", destacó el máximo juez.
De acuerdo con las leyes en vigor, todas las condenas a muerte han de someterse a la revisión del TPS, el cual, según Wang, garantizó que la pena capital sólo se aplicara contra "muy pocos criminales en casos extremadamente graves". Fin