Xinjiang se esforzará a fondo por prevenir y contrarrestar las actividades de sabotaje realizadas por las tres fuerzas malignas del separatismo, el extremismo y el terrorismo, a fin de garantizar la estabilidad social, anunció en Beijing el presidente del gobierno de esta región autónoma ubicada en el noroeste de China, Nur Bekri.
La región también fortalecerá la administración de los asuntos religiosos conforme a las leyes relacionadas, dijo el lunes Bekri, quien también es miembro de la Asamblea Popular Nacional (APN, el máximo órgano legislativo), durante su sesión anual.
"Xinjiang implementará con toda seriedad la política de libertad religiosa, y regulará las actividades religiosas de forma que se ajusten a la sociedad socialista", recalcó el funcionario.
"Protegeremos las actividades legales y eliminaremos los delitos para crear un entorno estable para el desarrollo de Xinjiang", añadió.
Localizada en el extremo occidental del país, la región autónoma uygur de Xinjiang ha luchado contra el separatismo, el extremismo y el terrorismo durante décadas.
Cerca del 41,5 por ciento de los 21 millones de habitantes de Xinjiang son uygures, un grupo étnico cuya mayoría profesa el islamismo. Expertos en seguridad opinan que el creciente extremismo religioso en la región es la causa de muchos de los ataques violentos registrados en los últimos años.
Durante el disturbio más grave registrado en las últimas décadas, 197 personas fueron asesinadas y unas 1.700 resultaron heridas el 5 de julio de 2009 en Urumqi, la capital regional.
Sin perder de vista la seguridad, Xinjiang también acelerará el ritmo para alcanzar su meta de convertirse en un canal para la seguridad energética y de recursos de China, y en un importante portal para la apertura del país hacia el occidente, afirmó Bekri. Fin