Beijing busca liberarse de dependencia del carbón y su polución

Las autoridades municipales de Beijing, la capital de China, informaron hoy domingo que la ciudad sustituirá todos los equipos alimentados por carbón en sus áreas más centrales para el año 2013, como parte de sus esfuerzos por reducir la contaminación generada por el consumo de este combustible fósil.

La ciudad fijará su consumo anual de carbón en 15 millones de toneladas para 2015, estableciendo una meta más estricta en comparación con la previa, de 20 millones de toneladas para el mismo periodo, según la comisión de desarrollo y reforma de Beijing, el máximo planificador económico de la ciudad.

Además, el gobierno de la ciudad busca liberar del uso de carbón todas las zonas comprendidas dentro de la quinta avenida de circunvalación, o "quinto anillo", para 2015, dijo Gao Xinyu, jefe del departamento de energía de la misma comisión.

Anteriormente, el vicealcalde de Beijing, Hong Feng, había manifestado que reducir el uso del carbón constituye uno de los esfuerzos más importantes hechos por el gobierno municipal con el fin de alcanzar la meta de control de contaminación en la ciudad, toda vez que éste sigue siendo su principal fuente de energía.

En 2010, Beijing consumió 26,35 millones de toneladas de carbón, lo que representa el 30 por ciento de su consumo total de energía, mientras que el restante 70 por ciento provino del gas natural, las importaciones de electricidad y las energías nuevas y renovables.

Para cumplir la ambiciosa meta, la ciudad sustituirá cuatro de sus más importantes centrales térmicas con plantas alimentadas por el gas natural, además de prohibir el uso de carbón en los equipos que generan la calefacción en el invierno y promover el uso de energías limpias, precisó Zhao Lei, subdirector de la comisión.

La calidad del aire de la ciudad ha venido mejorando durante los últimos diez años, gracias al cierre definitivo de 180 empresas contaminantes y de alto consumo energético, así como de más de 200 minas de carbón. En los años 90, el carbón representaba más del 40 por ciento del consumo energético de la capital china.

En enero, Beijing empezó a publicar las lecturas de PM2,5, o partículas "finas", es decir con diámetro igual o inferior a 2,5 micrones, luego de una oleada de protestas de la comunidad sobre la inexactitud de las lecturas oficiales, hasta entonces basadas en el estándar PM10, que regularmente reportaban los niveles de contaminación como "bajos", aun cuando fuera evidente que la ciudad estaba envuelta en una espesa nube de niebla tóxica, o esmog.

El estándar PM10 sólo tiene en cuenta partículas con un diámetro igual o superior a 10 micrones.

Las partículas PM2,5 son lo suficientemente pequeñas para entrar hasta los pulmones e incluso llegar al torrente sanguíneo, causando problemas respiratorios y otras enfermedades. Dicho material particulado proviene principalmente del polvo, abundante en Beijing por su cercanía al desierto y consecuente sequedad, y del uso de combustibles fósiles. Además, es el principal componente del humo. Fin

Palabras clave : China-Contaminación

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