(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – El viceprimer ministro chino, Wang Qishan, se reunió ayer con la presidente brasileña, Dilma Rousseff, en el Palacio de Planalto, en el marco de su visita oficial al país sudamericano, y reiteró la voluntad de China de profundizar en las relaciones comerciales y diversificar los intercambios y las inversiones entre los dos países.
Durante el encuentro, Wang subrayó la necesidad de que ambas naciones avancen en materia comercial y rehúsen las medidas proteccionistas para mantenerse en la senda del crecimiento comercial en la incierta actual situación económica global.
China es el principal mercado para los productos de Brasil, mientras que para Pekín, Brasil es el primer socio comercial en Latinoamérica. El año pasado los intercambios en este ámbito alcanzaron el valor de más de 77 mil millones de dólares, con un superávit favorable para Brasilia.
Aun así, las diferencias comerciales entre las dos naciones también salieron a colación; el vicepresidente de Brasil, Michel Temer, se reunió por su parte con Wang en el palacio de Itamaray, y pidió a China que considere un “eventual dimensionamiento voluntario” de sus exportaciones hacia Brasil, según cita el rotativo carioca ‘O Globo’, para evitar lo que él calificó como aumento “indiscriminado” de productos chinos en el mercado brasileño. “Nuestro objetivo es crear condiciones muy sólidas para el crecimiento de esta relación bilateral”, afirmó Temer, quien apuntó como objetivo ampliar las exportaciones de productos manufacturados hacia China, ya que el la actualidad la mayoría de las exportaciones brasileñas hacia ese país consisten en materias primas como cereales, carne y mineral de hierro.
Por parte China, la delegación solicitó a Brasilia la reducción de las tarifas del IPI (Impuesto sobre Productos Industrializados) sobre sus exportaciones. Brasil aplica medidas arancelarias para, según Brasilia, proteger la industria local.
En otro orden de cosas, la presidenta Rousseff también subrayó durante su encuentro con Wang la necesidad de otorgar una mayor participación a los países en desarrollo en las instituciones financieras internacionales y reafirmó la posición del gobierno brasileño en favor de la ampliación del Consejo de Seguridad de la ONU, según informa ‘O Globo’.