Dejando atrás la fijación del PIB

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Por Yi Xianrong*

Muchos observadores del mercado han afirmado que la recientemente concluida Conferencia Central de Trabajo sobre Economía del gobierno chino puso especial importancia en unas políticas macroeconómicas, fiscales y monetarias “prudentes” y “contínuas” para el año que entra.

Sin embargo, en mi opinión, la máxima conferencia económica anual también transmitió un mensaje nada ambiguo al mundo exterior de que el país está listo para realizar algunos cambios significativos en sus políticas económicas.

Para promover estos cambios en las políticas, China abandonará en primer lugar la actuación dominada por el índice del PIB como guía para su desarrollo económico. Tan pronto como octubre de 2007, en su informe ante el XVII Congreso Nacional del Partido Comunista de China, el presidente Hu Jintao se comprometió a reducir la dependencia del país en el PIB, afirmando que el desarrollo económico debería estar dirigido a mejorar las condiciones de vida y el bienestar de la gente, en lugar de limitarse a impulsar el crecimiento del PIB.

No obstante, los esfuerzos del país a este respecto se vieron interrumpidos por los paquetes de estímulo económico que lanzó ante los temores de una ralentización económica tras la crisis financiera en Estados Unidos en la segunda mitad de 2008 y la consiguiente recesión económica global. Se espera que los efectos secundarios de la política de interrupción se desplieguen y se remedien en los próximos años.

Por fortuna, en esta ocasión el gobierno chino no quedó apegado al enfoque de desarrollo económico dominado por el PIB, a pesar de que el país aún enfrenta el riesgo de una recesión en un contexto de incertidumbres económicas globales. A pesar de verse asediado por un entorno económico externo traicionero, el país ha mostrado más determinación que nunca para abstenerse de adoptar cualquier paquete de estímulo económico masivo, con el objetivo de desacelerar su camino de rápido crecimiento del PIB, como se indica en la circular publicada tras la conferencia económica de este año. Este alejamiento de la preocupación por el PIB también se ha reflejado en algunas comentarios abiertos por parte de los máximos líderes de la nación.

También se espera que el país también se muestre más firme a la hora de librarse de su larga dependencia en la sobreemisión de moneda el próximo año. Durante muchos años, algunos en China han considerado la economía virtual, la financiera, como igual a la economía real, creyendo que un rápido crecimiento del PIB o el incremento de la riqueza sobre el papel –que ha resultado estar basada principalemnte en la sobreexpansión del crédito- significa un crecimiento rápido de la economía del país.

Dominado por esta ideología, China ha mostrado una grave dependencia en el crecimiento monetario durante los últimos años. Las estadísticas muestran que los nuevos volúmenes incrementados de crédito de China se elevan actualmente a 8 billones de yuanes (1.260 millones de dólares) al año, ocho veces la media de un billón de yuanes registrada de 1998 a 2002. Sin embargo, el valor nuevamente incrementado del PIB ha crecido cuatro veces menos durante el mismo periodo. Comparado con el crecimiento de su economía real, el suministro monetario de China ha experimentado un crecimiento enroscado durante los últimos años. Por ejemplo, los activos bancarios han crecido hasta 110 billones de yuanes en la última década, multiplicándose por ocho, lo cual equivale a 2,5 veces el PIB de 2010. Esta elevada proporción entre los dos índices apenas se había observado en otro lugar. La ‘parte del león’ en este flujo de liquidez ha ido a parar al mercado inmobiliario y la economía virtual, en vez de la economía real en sectores como la agricultural y las pequeñas y medianas empresas.

Con la promesa de una política monetaria prudente en el año 2012, el país espera canalizar más suministros monetarios hacia la economía real, como la construcción de infraestructuras de regadío y otras, en lugar del sector inmobiliario. Esto supondrá una vía clave para prevenir que la especulación que impulsa el mercado de la vivienda siga secuestrando la segunda economía del planeta. Por el contrario, se espera que China permanezca firme manteniendo las regulaciones actuales sobre su mercado de bienes raíces para asegurar que los precios aún insoportablemente altos de la vivienda vuelvan a niveles razonables para satisfacer la demanda de alojamiento.

Este ansiado énfasis, que llega con algo de retraso, en la economía real dominará los cambios en la política económica del país en el próximo año y decidirá los ajustes domésticos industriales en un plazo más largo.

Este cambio de política desde una atención excesiva sobre los mercados financieros hacia la economía real puede ser también un indicativo de que los legisladores chinos han asumido la idea de que los mercados financieros sólo pueden servir como medio auxiliar para la economía real del país.

*Yi Xianrong es investigador del Instituto de Finanzas y Banca de la Academia de Ciencias Sociales de China.

Las opiniones vertidas en este artículo pertenecen a su autor y no se corresponden necesariamente con las de CHINA.ORG.CN.

Palabras clave : PIB,China , financia, economía, mercado, negocio, comercio,

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