Los residentes de Wukan y Haimen de la provincia de Guangdong, sur de China, vieron cómo la situación volvió a la calma en la Nochebuena, lo que significó el final de un mes turbulento marcado por la ira y las protestas.

Los aldeanos de Haimen, que habían estado manifestando su descontento, se dispersaron pacíficamente el sábado, cuando terminaron las protestas de cuatro días luego de que funcionarios locales prometieran liberar a los aldeanos detenidos.

Durante la protesta, que captó la atención a nivel nacional esta semana, miles de aldeanos bloquearon carreteras para oponerse al plan del gobierno local de expandir una planta eléctrica que funcionaría con carbón. Los pobladores temen que la expansión provocaría contaminación y daño al medio ambiente.

La oposición de los aldeanos hizo que las autoridades suspendieran el proyecto. Chen Xinzao, un funcionario local, dijo que la reanudación del proyecto dependerá de una futura evaluación ambiental y de la opinión de la población local.

Una reconciliación similar tuvo lugar en la aldea de Wukan, donde se registró una tensa confrontación entre la policía y los manifestantes. Hoy la tranquilidad regresó a la aldea, donde se levantaron las barricadas y se reanudaron las actividades y la producción.

Desde septiembre, las quejas crecientes sobre el uso de la tierra, financiamiento y elecciones de jefes aldeanos hicieron que los pobladores de Wukan realizaran manifestaciones, algunas veces violentas, en la ciudad de Lufeng, que administra Wukan.

A principios de este mes, la policía tuvo que cerrar la salida de la aldea para interceptar a los aldeanos que protestaban, quienes se enfurecieron nuevamente por la muerte repentina de uno de sus representantes cuando estaba bajo custodia de la policía.

El polvorín no fue descativado sino hasta el jueves cuando Zhu Mingguo, subsecretario del Comité Provincial del Partido Comunista de China (PCCh) en Guangdong, visitó el lugar y acordó considerar las peticiones "razonables" de los aldeanos.

Zhu, en un discurso pronunciado directamente ante los aldeanos, reconoció los errores que había cometido el gobierno local en el manejo del caso y prometió una investigación "justa y abierta".

LAZOS ROTOS

El diálogo directo de Zhu con los manifestantes recibió una cálida acogida en Wukan. Los aldeanos encendieron fuegos artificiales en señal de júbilo y cuando el funcionario llegó desplegaron estandartes que expresaban apoyo al PCCh.

Las reacciones de los aldeanos sugieren que una falta de comunicación fue la causa principal de las protestas violentas en Wukan y Haimen.

"La mayoría de los hechos empezó con peticiones racionales de los aldeanos. Sin embargo, el fracaso de los gobiernos locales para responder oportunamente a ellas escaló las crisis", dijo Hu Gang, un consultor político de Guangdong.

Antes de los actos de violencia contra la oficina del comité aldeano y de la estación de policía, los aldeanos habían presentado once peticiones pacíficas, todas rechazadas por las autoridades locales, dijo Huang Shaojie, un aldeano de Wukan.

Los ciudadanos chinos pueden presentar quejas ante las oficinas superiores sobre el mal proceder o corrupción de sus gobiernos. Sin embargo, con frecuencia sus solicitudes no son atendidas o incluso enfrentan las represalias de los funcionarios locales.

Zheng Yanxiong, secretario del Comité del PCCh en la Ciudad de Shanwei, admitió que la causa subyacente de la situación estriba en la burocracia generalizada que existe en los gobiernos locales.

MENTALIDAD NUEVA

Los expertos consideran que las protestas en Wukan y Haimen sirvieron como una dolorosa lección para los funcionarios locales y les recordaron las consecuencias del mal gobierno.

La forma en que los gobiernos locales responden a las crisis es obsoleta y en ocasiones se caracteriza por encubrir los hechos y por reprimir los incidentes masivos.

Esas medidas inapropiadas con frecuencia convierten una expresión pacífica de agravio en una confrontación violenta, dijo.

En Wukan, los aldeanos acusaron al gobierno local de tratarlos como enemigos formidables y de responder negativamente a sus demandas.

"En contraste, la discula y promesa de Zhu de resolver los problemas tranquilizó rápidamente nuestro enojo y nos condujo a una solución pacífica", dijo Lin Zuluan, un representante de los aldeanos que participó en las conversaciones con el equipo de trabajo encabezado por Zhu.

Otro aldeano, quien dijo apellidarse Chen, indicó que su protesta no fue un "levantamiento", como describieron algunos medios de comunicación extranjeros.

"Nunca tuvimos como objetivo una confrontación con el gobierno. Lo que queremos es que nos devuelvan nuestras tierras", dijo Chen.

El comité provisional, que fue establecido para negociar con el gobierno en nombre de los aldeanos, no será un órgano permanente de toma de decisiones una vez que se resuelva el problema, dijeron los aldeanos.

"Los aldeanos aún deseamos elegir a un nuevo comité aldeano y los delegados como nosotros supervisarán principalmente a los funcionarios y expresarán nuestros puntos de vista", dijo Lin. Fin