Según expertos legales citados por ‘Global Times’, el servicio de subrogación es contrario a la legislación, que regula la reproducción asistida desde 2001. Dicha regulación prohíbe cualquier forma de comercio con gametos, zigotos o embriones humanos. Sólo la esposa de un matrimonio tiene el permiso legal para llevar a cabo una inseminación in vitro. Los hospitales y doctores tampoco pueden ofrecer el servicio de subrogación, según la ley.
Yuan Zhihua, abogado de la firma cantonesa Shenminde, afirma sin embargo que no existe una ley en China que estipule como delito portar un feto subrogado por otra mujer, y raramente se castiga a las agencias por sus actividades teóricamente ilegales.
El semanario cantonés ‘Nanfang Dushi’ afirma que en las últimas tres décadas, y hasta abril pasado, han nacido en China un total de 25.000 niños subrogados.