(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – La ciudad de Wenzhou, en la provincia oriental de Zhejiang, está atravesando su propia crisis de deuda desde finales de septiembre. La situación ha puesto al descubierto además la existencia de un entramado de negocios prestamistas ilegales, algunos de ellos gestionados por funcionarios gubernamentales, que concedían créditos de cientos de millones de yuanes a los propietarios de pequeños negocios en la ciudad.
Muchos de estos comerciantes han abandonado la ciudad debido a la imposibilidad de hacer frente a las deudas contraídas, dejando tras de sí créditos millonarios sin devolver y a cientos de empleados en la más absoluta incertidumbre sobre su futuro laboral. La mayoría de estos empresarios “huídos” proceden del sector manufacturero.
Los préstamos privados en Wenzhou, considerada cuna del sector privado en China, han estado eclosionando desde que el país inició unos controles monetarios más estrictos a finales del año pasado con el fin de luchar contra la inflación. Los bancos estatales, que han recibido la orden de mantener una tasa de depósito estable sobre sus préstamos, vienen mostrándose reacios a conceder préstamos a pequeñas empresas como las de Wenzhou. Por ello, muchos de ellos se han visto abocados a recurrir a prestamistas privados, la mayoría ilegales, a pesar de tener que pagar mayores intereses.
Sin embargo, cuando sus negocios se encontraron en bancarrota y con que no podían hacer frente a las deudas contraídas, muchos optaron por huir; algunos llegaron al suicidio, como Shen Kuizheng, quien saltó desde la ventana de su apartamento en una planta 22ª.
Uno de los fugados fue Hu Fulin, propietario de Zhejiang Center, uno de los mayores fabricantes de lentes para gafas de China, con unos tres mil empleados en Wenzhou y una producción de 20 millones de pares de lentes al año, según la web de la empresa. Su éxito con la óptica llevó a Hu a expandir su negocio hacia el sector inmobiliario y de la energía solar, ámbitos en los que no resultó tan agraciado. Hu fue a la bancarrota, dejando numerosas facturas y salarios sin pagar y dándose a la fuga.
Hu desapareció (algunos medios chinos apuntaron que había huído a Estados Unidos), pero regresó el pasado lunes a la ciudad para ayudar al gobierno local en la reestructuración de su negocio, en un gesto que muestra además que las autoridades de Wenzhou están multiplicando sus esfuerzos para hacer frente a una crisis de deuda que amenaza uno de los pilares más básicos de la economía local.
El regreso de Hu no es el único entre los 90 empresarios que las autoridades calcula que han huido de la ciudad en las últimas semanas. En total, las autoridades calculan que este año hasta finales de septiembre al menos 228 empresarios se han dado a la fuga, un 42 por ciento más que el año anterior, según un documento del gobierno provincial de Zhejiang.
Zhou Dewen, director de la Asociación de Desarrollo de Pequeñas y Medianas Empresas de Wenzhou, considera su vuelta una buena señal. “Los problemas financieros de estas empresas podrían resolverse antes si hubiera más empresarios dispuestos a colaborar con las autoridades locales en vez de darse a la fuga”, afirma.
El gobierno local estableció un grupo de trabajo el pasado 29 de septiembre compuesto poor 14 departamentos gubernamentales locales para regular los préstamos privados, ayudar a las pequeñas empresas con problemas graves de liquidez y reconstruir estas compañías. Con ello, intentan además persuadir a los fugitivos para que regresen y reestructuren sus negocios.
El primer ministro chino, Wen Jiabao, visitó Wenzhou hace una semana y pidió a las autoridades locales estabilizar la situación en el plazo de un mes.
Un portavoz del gobierno provincial de Zhejiang, citado por la agencia oficial Xinhua, indicó ayer que un total de 25 bancos de Wenzhou se han comprometido a incrementar sus préstamos para permitir a las firmas privadas superar la crisis de deuda.
Los expertos consultados por el gobierno provincial advierten también que el número de fugados podría crecer en los próximos meses debido a la celebración de festividades como el Año Nuevo y el Festival de Primavera, cuando deberían pagar algunos extras anuales.