Los amantes de la historia tienen muchas formas de explorar el pasado. Una de ellas es a través de las exposiciones de bellas artes que florecen en todo el país para conmemorar el centenario de la Revolución de 1911 que derrocó la última dinastía feudal Qing. Quizás la mayor de todas, una gran exposición que reúne a artistas chinos y extranjeros, ha abierto recientemente en el Museo Nacional de Bellas Artes de China, situado en Beijing. La muestra pone de relieve la diversificación artística del país y recuerda la historia de los mártires que realizaron sacrificios por el país.
Desde caligrafía china, cuadros al óleo o en tinta y hasta esculturas, la exposición presenta diferentes géneros artísticos para celebrar el centenario de la Revolución de 1911, un momento crucial en la historia de China que supuso el fin de la Dinastía Qing y que, hace 100 años, estableció la República de China. Por tanto, esta revolución fue el fin de la China imperial y el comienzo de la era republicana de China.
La muestra realiza un seguimiento del arduo trayectorio revolucionaro, a través de 300 piezas de arte, de los revolucionarios como el Dr. Sun Yat-sen y Huang Xing, así como de maestros de la pintura y calígrafos de la época contemporánea de China. También hay elementos prestados de museos provinciales de bellas artes que conmemoran al Dr. Sun Yat-sen, considerado como "Padre de la Nación" por su enorme contribución a la unificación del país.
En la mañana del sábado, artistas de la parte continental de China y de las regiones de Hong Kong, Macao y Taiwán acudieron al Museo Nacional de Bellas Artes de China para participar un intercambio cultural. Algunos realizaron piezas improvisadas que expresaban sus esperanzas de establecer una China armoniosa.