ESPECIAL: Mediadores, los pacificadores de las comunidades de vecinos de China

Tras 15 años casados, el matrimonio del señor Chen y la señora Si, residentes de la provincia oriental china de Jiangxi, se está tambaleando.

Las disputas sobre detalles de poca importancia abundan y son constantes.

"Ella me controla demasiado", se queja el señor Chen y explica que su mujer sólo le permite gastarse 300 yuanes (47 dólares) al mes. "A fin de mes tengo que presentarle las cuentas con todos los detalles y si los números no cuadran se pone furiosa y me interroga para saber en qué me gasté el dinero que falta", relata.

La señora Si contraataca diciendo que no quiere que su marido malgaste dinero. "Los hombres tienen tendencia a comportarse mal cuando tienen suficiente dinero", opina.

Para evitar los enfrentamientos con su mujer, el señor Chen se ha ido de casa en distintas ocasiones, algo que la señora Si califica de "violencia doméstica fría" y dice que la hace dudar de si su marido todavía la ama.

Ambos aseguran que ya no se pueden soportar pero también coinciden en que no quieren divorciarse. Por lo tanto, el señor Chen y la señora Si han solicitado ayuda a un mediador local.

Después de analizar los puntos de vista de los dos, el mediador, Hu Jianyun, convenció a la señora Si de que deje más espacio a su marido y pidió al señor Chen que se muestre más comprensivo con los sentimientos de su esposa.

Asimismo, Hu recomendó a la señora Si que se esfuerce por mantener su "místico femenino, que resulta muy atractivo para los hombres". Con esto, el mediador se refiere a los ideales tradicionales de la mujer china, que son, entre otros, mantenerse culta mediante la lectura para expandir su horizonte y "atraer al marido de la misma forma que un libro, siempre queriendo ser leído".

"Esta es la cualidad que debería de adquirir para mantener el matrimonio sano", sugirió el mediador a la señora Si.

Al final de la sesión, la pareja firmó un acuerdo en el que marido y esposa se comprometieron a cumplir con su parte del trato y a comunicarse abiertamente a la más mínima señal de un problema.

Según la ley china, estos acuerdos se pueden presentar a los tribunales y tras ser autorizados, adquieren fuerza de ley.

Hoy en día, muchas disputas civiles en China, desde conflictos sobre la división de la propiedad después de un divorcio hasta la intrusión del perro del vecino, son resueltas gracias a la mediación, en lugar de juicios oficiales.

En China, los mediadores han desempeñado un papel importante en la resolución de conflictos civiles durante más de medio siglo.

"Sería muy positivo que los grupos y organizaciones comenzaran a tomarse la labor de los mediadores más en serio", expresó Feng Jinqiao, mediadora de 71 años de edad, durante una mesa redonda con otros 60 mediadores del distrito de Dongcheng de la capital china de Beijing.

El seminario, organizado cada mes por la comunidad de Zhonggu, permite a los residentes intercambiar puntos de vista y compartir experiencias ante la presencia de los mediadiores.

Feng es mediadora desde hace 20 años, cuando se jubiló de su puesto en el grupo Shougang, uno de los mayores fabricantes de acero de China.

"Mediar disputas no siempre es fácil", cuenta, pues la comunidad en la que vive incluye ancianos, desempleados y personas procedentes de otros lugares del país, que en ocasiones tienen opiniones y expectativas distintas sobre cómo debería de funcionar una comunidad.

Los mediadores de la comunidad deben esforzarse por mantener sanas las relaciones entre los vecinos y al mismo tiempo tratar de solventar los desacuerdos que pueden surgir entre ellos.

Con frecuencia, los residentes de la comunidad piden ayuda a los mediadores para aclarar problemas familiares o peleas con los vecinos.

En las ciudades y poblados de China hay más de 820.000 comités de mediación, establecidos y gestionados por los institutos judiciales locales.

La práctica de mediar en China data de los años 20 del siglo pasado y fue legalizada en 1954. Tras un periodo de abolición durante la Revolución Cultural (1966-1976), la práctica se reanudó y fue incluida en la Constitución en 1982.

Aprobada en agosto de 2010, la Ley de Mediación Comunitaria de China estipula que los litigantes pueden solicitar los servicios de mediadores para tratar de resolver disputas y que se les reserva el derecho de aceptar o rechazar las mediaciones en cualquier momento.

Según Ran Cuiwei, funcionaria de la comunidad de Jingshan del distrito de Dongcheng de la capital China, más del 80 por ciento de los mediadiores de la comunidad son seleccionados por los residentes mismos.

"Son voluntarios que simplemente desean ayudar a sus vecinos", indicó Ran, cuya comunidad cuenta con sólo algunos pocos mediadiores como ella, que trabajan a tiempo completo.

"No obstante, exigimos que todos los mediadores demuestren buenas intenciones y respeten a los residentes", agregó.

Muchos mediadores de esta comunidad son agentes policiales, gerentes de fábricas o profesores jubilados.

"La mayoría tiene más de 50 años de edad", comentó la funcionaria y explicó que los mediadores más mayores y con más experiencia suelen orientar y guiar a los más jóvenes".

El buró judicial de Dongcheng recibió el año pasado un total de 23.540 casos de disputas civiles, de las cuales 22.801 se resolvieron con éxito.

Ran recuerda un caso en el que un residente de la comunidad construyó un balcón en la segunda planta de su casa, que infringía la privacidad de su vecino.

"El vecino decía que el residente en cuestión podía, desde su balcón, ver todo lo que ocurría en su casa", dijo.

Los mediadores comunicaron al residente que la construcción de ese balcón infringía la ley civil china y que cualquier resultado legal de la disputa sería en contra suya, seguido a lo cual el residente decidió deshacerse de él antes de que el tribunal interviniera en el caso.

No obstante, también hay casos en los que no funciona la mediación.

Antes del establecimiento de los seminarios de mediación mensuales en la comunidad de Zhonggu, Feng habló con una mujer que deseaba reclamar unos gastos desembolsados durante su matrimonio, que estaba en proceso de divorcio.

"Tuve que admitir que mis conocimientos sobre disputas de propiedad no eran muy profundos, en ese momento", reconoció Feng.

El juez Jia Yuhui, que participaba en los seminarios, opinó que sería difícil para la mujer presentar pruebas que apoyen su reclamación, como recibos de los préstamos que concedió al que ahora es su ex marido.

"No pudimos confirmar si el marido se gastó ese dinero antes o después de casarse", dijo Jia, recordando que después de la boda, la propiedad es compartida.

Feng expresó que adquirir más conocimientos sobre asuntos legales es una de sus metas más importantes.

"La amistad juega un rol importante en la mediación, pero no siempre es suficiente", matizó.

"Es posible que las personas involucradas en este tipo de disputas sepan más de ley que yo, por lo que mi mediación no siempre es lo bastante convincente", explicó.

Li Liping, director del buró judicial de Dongcheng, indicó que las comunidades chinas han empleado a mediadores de una forma u otra desde hace más de 50 años.

"Mediar es la primera opción para resolver disputas civiles y de esta forma ayuda a ahorrar los recursos judiciales del país", comentó.

En China, existen algunos programas de televisión que recrean las mediaciones de casos de litigios civiles interesantes y de esta forma transmiten conocimientos sobre sus beneficios a la población.

A su vez, Xu Yiqun, abogado residente de la ciudad de Shenzhen, en la provincia meridional china de Guangdong, señaló que los mediadores pueden contribuir a ahorrar dinero y tiempo.

"Los casos civiles de menos importancia deben ser resueltos a través de mediaciones, ya que esto nos ahorra tiempo, trabajo y gastos", manifestó.

"El objetivo de mediar es evitar que asuntos de relativamente poca importancia se conviertan en problemas más grandes, lo que refleja la filosofía cultural china de preservar la armonía", explicó.

Xu admite que algunas personas tienen más tendencia a aceptar los consejos de los mediadores debido a sus vínculos con la comunidad local, pero también apunta que los reducidos conocimientos legales de estas personas pueden suponer una desventaja.

"No obstante, comparado con los procesos legales más complicados y que requieren mucho tiempo, la mediación es una práctica muy adecuada para proteger los derechos e intereses legales de los litigantes civiles", concluyó.

De acuerdo con Ran, algunos conflictos en su comunidad han sido resueltos en menos de dos horas. La funcionaria destacó que las disputas civiles pueden surgir con mucha frecuencia y a cualquier hora, por lo que sería imposible e innecesario transferir todos los casos a los tribunales.

"Los mediadores pueden distender la situación a cualquier hora", dijo.

Además, Ran opina que los mediadores y los tribunales tienen funciones distintas.

"Los mediadores tienen el objetivo de aliviar el resentimiento y la hostilidad entre los vecinos de las comunidades, mientras que la responsabilidad de los tribunales es decidir quién tiene razón y quién no y aplicar los castigos correspondientes", ilustró.

En ocasiones, los mediadores han apelado a los inspectores municipales para que asuman más responsabilidad a la hora de resolver disputas civiles.

"Con un poco más de severidad, los inspectores pueden ayudar a mantener la armonía en las comunidades", afirmó Ran.

Hace unos años, un residente de la comunidad de Ran construyó un loft debajo del tejado de su edificio, violando el derecho de su vecino de disfrutar de luz natural.

El vecino lo denunció y pidió una compensación de 100.000 yuanes (15.000 dólares), que fue rechazada. "Tratamos de resolver el asunto, pero no lo logramos", resumió Ran.

Este caso fue demasiado exigente para los mediadores voluntarios y cuando Ran tuvo que intervenir, llamó a la policía.

Si las mediaciones no apaciguan la disputa, los voluntarios recomiendan a las dos partes involucradas que presenten una demanda civil.

Los tribunales también pueden, si lo consideran adecuado, asignar mediadores a los litigantes.

"De hecho, en China, la mediación siempre es una opción para resolver conflictos de todo tipo", expresó Ran.

Beijing ha comenzado a distribuir subsidios para los comités de mediación. Aquellos de cada comunidad de Dongcheng reciben cada uno 20.000 yuanes (3.100 dólares) al año.

"Utilizamos el dinero para comprar pequeños obsequios para nuestros mediadores a cada fin de año, que simbolizan nuestro agradecimiento por su duro trabajo", indicó Ran.

Sin embargo, la familia de Feng no comprende del todo ni apoya su devoción por la mediación.

"Mi hija está tratando de convencerme para que me traslade a Australia a vivir con ella", dijo, "pero yo quiero quedarme aquí con mis vecinos y ayudarles". Fin

Palabras clave : China-Sociedad

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