Luego de la I Guerra de Opio de 1840, China se convirtió en un país semicolonial y semifeudal. Los primeros fundadores del PCCh, que crecieron en estas circunstancias, experimentaron en persona las críticas y las dificultades del país, lo que les estimuló en entusiasmo patriótico y revolucionario. Los que en aquel momento estaban a edades maduras, tales como Chen Duxiu, Dong Biwu, Lin Boqu y Wu Yuzhang, participaron activamente en la revolución contra la gobernación feudal de la dinastía Qing dirigida por Sun Yat-sen; Mao Zedong, cuando tenía 18 años de edad, abandonó su trayectoria profesional de literato incorporándose al Ejército Revolucionario. La inmensa preocupación por el futuro del país y de su pueblo y la decisión de servir a la nación llegaron a ser una energía ideológica que promovió a los primeros fundadores del Partido realizar exploraciones continuadas.
La Revolución de Xinhai derrocó la gobernación de la dinastía Qing, estableciendo la República de China. No obstante, Yuan Shikai y la camarilla militar del Norte saquearon los frutos de la revolución victoriosa. La República de China, existía en lo superficial pero ya se había acabado en realidad. China seguía siendo una sociedad semicolonial y semifeudal. El país se hundió profundamente en las críticas.
Los primeros fundadores del PCCh odiaban la gobernación desordenada de la camarilla militar del Norte. La oscuridad política y la caída de la nación provocaron, otra vez, su pasión patriótica y les hicieron tener una reflexión sobre el provenir del Estado. Mao Zedong llamó una “reforma radical”, Li Dazhao abogó por “crear una nueva China”, Zhang Wentian manifestó: “Sentimos una intranquilidad con esta sociedad irracional, lo que nos generó la decisión de reformarla”. Los elementos de vanguardia, que se encontraban en las diversas regiones del país, llegaron a un consenso de reformar a China.
Tras unas elecciones, los primeros fundadores del PCCh aceptó, por fin, el marxismo. En octubre de 1919, Li Dazhao publicó un artículo titulado Mi Concepto Marxista, en lo que consideraba el marxismo como “teoría fundamental para reformar el mundo”. A partir de ese momento, Li Dazhao se convirtió en un marxista radical. En otoño de 1920, Chen Duxiu tuvo cuenta en que “Para la reformación y la existencia de China, no se debía aplicar ni el sindicalismo, ni el anarquismo, ni el socialismo de gremio, ni el socialismo no democrático, sino el comunismo, o sea el marxismo”.