Para elevar el nivel científico de la construcción del Partido en las nuevas condiciones históricas, hay que persistir en someter el uso de los poderes, el manejo de los asuntos y la administración del personal al rigor de los sistemas, así como en perfeccionar el centralismo democrático, en impulso constante de la institucionalización, la reglamentación y la procedimentalización de la referida construcción.
La trayectoria de 90 años del desarrollo del Partido nos ha enseñado que, para construir y administrar como es debido un gran partido con varias decenas de millones de militantes, lo más dotado de fundamentalidad, globalidad, estabilidad y durabilidad son los sistemas. Es necesario plasmar siempre el fomento de sistemas en la construcción ideológica, organizativa y del estilo del Partido, así como en la lucha contra la corrupción y en la normalización administrativa, y reafirmarse en el avance en toda la línea pero con puntos prioritarios, y tanto en la continuación de las tradiciones como en la innovación audaz, con miras a conformar un sistema institucional caracterizado por contenidos coordinados, procedimientos rigurosos, complementación satisfactoria y aplicación eficaz y útil.
En la promoción de la construcción institucional del Partido, es preciso reafirmarse en tomar como fundamento sus Estatutos y como núcleo el centralismo democrático, persistir en el sistema de liderazgo del Partido y perfeccionarlo, reformar y mejorar su modo de dirección y gobernación, fomentar su democracia interna, propulsar de manera activa y prudente la información pública sobre sus asuntos, garantizar la condición protagonista y los derechos democráticos de su militancia, perfeccionar sus sistemas congresual y de elección interna, completar el mecanismo de la toma democrática de decisiones en su seno, asegurar su cohesión y unidad, fortalecer su vitalidad creativa y superar decididamente los fenómenos de arbitrariedad, debilidad y flojedad que infringen el principio del centralismo democrático. Todos los camaradas del Partido debemos tener bien establecido el concepto de igualdad de todos ante la ley y de ausencia tanto de privilegios ante los sistemas como de excepciones ante la obligatoriedad de su aplicación, estudiarlos a conciencia, ponerlos en práctica con rigor y defenderlos conscientemente.
En resumen, con tal de que todos los camaradas del Partido tengamos siempre la conciencia de estar preocupados por esta organización, cumplamos nuestros deberes de hacerla próspera e impulsemos su construcción armados de un espíritu más emprendedor, ella podrá, sin duda alguna, manejar aún mejor la gran tendencia de la historia y ponerse con valentía al frente de la corriente de la época para conducir a la sociedad al progreso.
Camaradas y amigos:
A partir de la fecha de su fundación, el PCCh empezó a asumir valientemente la misión histórica de unir al pueblo y conducirle para materializar la gran revitalización de la nación china. En el impulso continuo de esta revitalización, hay que perseverar siempre e invariablemente en la línea fundamental del Partido, seguir emancipando la mente, persistir en la reforma y la apertura, promover el desarrollo científico y fomentar la armonía social, con objeto de llevar adelante en su totalidad y desde el nuevo punto de partida histórico la gran causa del socialismo con peculiaridades chinas.
De cara al futuro, todos los camaradas del Partido debemos tener muy presente que es contando con la reforma y la apertura como China ha logrado un rápido desarrollo en los últimos treinta y tantos años y que, por consiguiente, para su futuro desarrollo se precisa que se apoye invariablemente en ellas. El rasgo característico más notorio en el nuevo periodo lo constituyen la reforma y la apertura, que suponen una nueva gran revolución realizada por el Partido a la cabeza del pueblo en las nuevas condiciones históricas, una opción decisiva para el destino de la China contemporánea y una vía ineluctable para mantener con firmeza y desarrollar el socialismo con peculiaridades chinas y hacer realidad la gran revitalización de la nación china. Sólo con ellas es posible desarrollar China, el socialismo y el marxismo. Con los profundos cambios que siguen operándose en la situación mundial, nacional y del Partido, en la actualidad los problemas de desequilibrio, descoordinación e insostenibilidad en el desarrollo de nuestro país están más de relieve y nos es imposible eludir o sortear los obstáculos derivados de los regímenes y mecanismos existentes que restringen el desarrollo científico, razón por la cual hemos de solucionarlos mediante la profundización de la reforma. Tenemos que mantenernos sin vacilación en la línea, las directrices y las políticas que ha adoptado el Partido desde la III Sesión Plenaria de su XI Comité Central, fortalecer nuestra confianza, reforzar nuestro coraje e impregnar incansablemente de espíritu reformador e innovador los diversos eslabones de la gobernación del país y el manejo de los asuntos administrativos, en un empeño por llevar adelante la reforma y la apertura. En la reforma es menester mantener con firmeza el rumbo de la economía de mercado socialista, elevar el nivel científico de la toma de decisiones y aumentar la coordinación de las medidas pertinentes; hay que buscar con acierto el punto de acometida de la profundización de la reforma y la apertura, definir con claridad sus prioridades, promover sin pérdida de tiempo la reforma en los terrenos importantes y eslabones clave, proseguir el impulso tanto de la reforma y la innovación de los regímenes económico, político, cultural y social como del autoperfeccionamiento y el autodesarrollo del sistema socialista de nuestro país, seguir emancipando y desenvolviendo las fuerzas productivas sociales y romper resueltamente con todas las ideas, todos los conceptos y todos los males existentes en los regímenes y mecanismos que impidan el desenvolvimiento científico, con el fin de inyectar una poderosa fuerza motriz a la promoción de la causa del socialismo con peculiaridades chinas.
En el camino de avance hemos de proseguir nuestro firme empeño en la construcción económica como tarea central y marchar invariablemente por la vía de un desarrollo científico.
Asumir la construcción económica como tarea central es lo primordial para la revigorización del país y la exigencia esencial para la prosperidad, la paz y el orden duraderos de nuestro Partido y nuestra nación. Únicamente impulsando un desenvolvimiento económico tanto bueno como rápido se podrá asentar una base material sólida y poderosa para el desarrollo y la prosperidad del país, para la felicidad y la salud del pueblo de las diversas etnias y para la gran revitalización de la nación china. En los treinta y tantos años transcurridos desde el inicio de la reforma y la apertura, hemos sido firmes en asumir la construcción económica como tarea central, habiendo propulsado que las fuerzas productivas sociales se desarrollaran con un ritmo inaudito; esto constituye la causa fundamental del gran margen del aumento que han tenido nuestra fortaleza nacional integral, el nivel de vida de nuestro pueblo y el estatus de nuestro país en el plano internacional. Por tanto, en adelante hemos de seguir firmes en el pensamiento estratégico de que el desarrollo es lo que cuenta y proseguir sin titubeos el empeño en la construcción económica como tarea central.
Las fuerzas productivas constituyen el motor fundamental del desarrollo de la sociedad humana. Nuestro Partido ha subido a la escena histórica en calidad de representante de las fuerzas productivas avanzadas de China, y toda su pugna tiene como objeto, en fin de cuentas, emancipar y desarrollar las fuerzas productivas sociales y mejorar constantemente las condiciones de vida del pueblo. Si bien hemos conquistado grandes éxitos que concitan la atención del mundo, nuestro país se mantiene en su condición básica de permanencia actual y previsible a la larga en la etapa primaria del socialismo; en la contradicción, la principal existente en la sociedad, entre la creciente demanda material y cultural del pueblo y la atrasada producción de la sociedad, y en su posición de mayor país en vías de desarrollo del mundo, así que el desarrollo sigue siendo la clave para resolver todos los problemas del país. El captar con firmeza y aprovechar de forma adecuada el importante periodo coyuntural estratégico para el desenvolvimiento de China constituye el punto crucial para que podamos ganar la iniciativa, la ventaja y el porvenir, y representa una seria prueba tanto para la capacidad de gobernación de nuestro Partido como para la de autofortalecimiento de nuestra nación. Por lo tanto, hemos de continuar dedicándonos por entero a la construcción y entregándonos en cuerpo y alma al desarrollo, con miras a consolidar sin tregua los cimientos materiales para el mantenimiento y el fomento del socialismo con peculiaridades chinas.
En la China actual, la exigencia esencial de la firmeza en el concepto de que el desarrollo es lo que cuenta reside en que nos atengamos a un desarrollo científico. Tomando éste como tema principal, y tomando como línea central la aceleración del cambio de la modalidad del desenvolvimiento económico, debemos dar más valor a la primordialidad del ser humano, al desarrollo integral, coordinado y sostenible, a la actuación con visión de conjunto, a la reforma y la apertura y a la garantización y la mejora de la vida del pueblo; agilizar el reajuste estratégico de la estructura económica, el progreso y la innovación científicos y tecnológicos y la edificación de una sociedad economizadora de recursos y amigable con el medio ambiente; y promover la equidad y la justicia sociales, el desarrollo económico seguro, relativamente rápido y a largo plazo, y la armonía y la estabilidad de la sociedad. Seguiremos así conquistando nuevos y aún mayores éxitos por la vía de un desarrollo civilizado que se caracterice por una producción desarrollada, una vida holgada y un buen ecosistema, y seguiremos sentando una base más sólida para la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada y la materialización de la gran revitalización de la nación china.
En el camino de avance hemos de proseguir el fomento enérgico de la política democrática socialista y seguir firmes la vía de desarrollar una política socialista con peculiaridades chinas.
La democracia popular representa una bandera brillante que el Partido Comunista de China ha enarbolado altamente en todo momento. Sobre la base del resumen de las experiencias tanto positivas como negativas adquiridas en el fomento de la democracia socialista, desde el inicio de la reforma y la apertura nuestro Partido ha planteado en términos explícitos que sin democracia no habrá socialismo ni modernización socialista, y que la condición del pueblo como dueño del país constituye la esencia y el núcleo de la política democrática socialista. Hemos impulsado con consistencia la reforma del régimen político, logrando avances trascendentales en el fomento de esta política democrática; hemos suprimido el sistema fáctico de cargos vitalicios para los cuadros dirigentes, garantizando así el orden tanto en la renovación de los órganos de poder estatal como en el relevo de sus dirigentes; hemos ampliado sin cesar la participación política ordenada del pueblo, de modo que éste ha alcanzado la condición de dueño del país, condición que implica mucho; hemos mantenido y perfeccionado la cooperación multipartidaria bajo la dirección del Partido Comunista de China y desplegado en profundidad la consulta política, la supervisión democrática y la participación y deliberación administrativa, en procura de desarrollar un frente único patriótico más amplio; hemos implantado y completado un mecanismo de toma de decisiones que involucra conocimiento a fondo de la situación del pueblo, reflejo pleno de sus opiniones, extenso acopio de su sabiduría y aprecio real de sus recursos, para garantizar que las decisiones tomadas correspondan a los intereses y anhelos del pueblo; hemos creado y mejorado un vigoroso mecanismo de empleo de personal que posibilite la admisión de gran número de personas de valía, el pleno despliegue de su capacidad y su disposición a cargos superiores o inferiores, abriendo amplios canales para que quienes sobresalgan en diferentes terrenos acometan actividades emprendedoras y meritorias; hemos formado un sistema jurídico socialista con peculiaridades chinas según el cual nuestro Partido actúa conscientemente dentro del marco de la Constitución y las leyes y apoya el trabajo independiente, responsable y coordinado, conforme a la ley y a sus respectivos estatutos, de las asambleas populares, los gobiernos, los comités de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino y las instituciones judiciales, entre otros organismos; y hemos establecido y perfeccionado un sistema de condicionamiento y supervisión sobre el desempeño de los poderes, con objeto de asegurar a los órganos partidarios y estatales el ejercicio de sus facultades de acuerdo con las competencias y procedimientos legales. Los hechos han corroborado plenamente que la política democrática socialista de nuestro país está impregnada de una poderosa vitalidad, y que la vía de desarrollo de la política socialista con peculiaridades chinas es el camino acertado para asegurar al pueblo su condición de dueño del país.
Al mismo tiempo, también debemos tener en cuenta que en nuestro país aún está sin completar la adaptación del fomento de la democracia y la legalidad socialistas a las exigencias de la ampliación de la democracia popular y del impulso del desarrollo económico y social, y persisten las imperfecciones en los sistemas concretos relativos a la política democrática socialista y las insuficiencias en la garantía de los derechos democráticos del pueblo y en el despliegue de su espíritu creativo. Con el avance incesante de la causa del socialismo con peculiaridades chinas, el fomento de nuestra política democrática socialista necesita progresar de continuo, y podrá hacerlo sin duda alguna.
En el desenvolvimiento de la política democrática socialista es imperativo mantenerse en rumbo al desarrollo de la política socialista con peculiaridades chinas, cuya clave reside en sostener la integración orgánica entre el liderazgo del Partido, la actuación del pueblo como dueño del país y la administración del Estado con arreglo a la ley. Debemos propulsar la reforma del régimen político de forma activa y prudente y, tomando como fundamento el aseguramiento al pueblo en su condición de dueño del país y como objetivo la potenciación del vigor del Partido y el país y el despliegue de la iniciativa popular, ampliar la democracia socialista, construir un Estado de derecho socialista y fomentar la civilización política socialista. Hay que insistir en hacer valer el papel del Partido como núcleo dirigente en el dominio de la situación general y en la coordinación de las diversas partes, y elevar su nivel de gobernación científica, democrática y legal, para asegurar su conducción del pueblo en la administración eficaz del país. Es preciso remachar el principio de que todos los poderes del Estado pertenecen al pueblo, completar el sistema democrático, enriquecer las formas de la democracia, ensanchar los canales de su ejercicio y garantizar al pueblo el cumplimiento legal de las elecciones, de la toma de decisiones, de la administración y de la supervisión por vía democrática. Es necesario llevar a cabo de modo integral el plan básico de administración del país acorde con la ley, fomentar con energía en toda la sociedad el espíritu de la legalidad socialista, y promover sin cesar el proceso hacia una legislación científica, hacia la aplicación rigurosa de la ley, hacia la imparcial administración de la justicia y hacia el acatamiento de las leyes por el conjunto de los ciudadanos, con el propósito de encauzar los diversos trabajos del Estado por una órbita legal. En fin, hemos de ir impulsando la institucionalización, reglamentación y procedimentalización de la política democrática socialista y desplegar en mayor medida la superioridad de nuestro sistema político socialista, dando así una garantía institucional más completa a la prosperidad, y la paz y el orden duraderos, tanto del Partido como del país. (Continúa)