Texto íntegro del discurso de Hu Jintao III

El desarrollo de la práctica no tiene en absoluto límites, y lo mismo pasa tanto con el conocimiento de la verdad como con la innovación teórica. La práctica del Partido y del pueblo avanza constantemente, debiendo hacer lo propio la teoría que la guía. Sin lugar a dudas, el camino del socialismo con peculiaridades chinas se ensanchará de continuo con la práctica innovadora de nuestro Partido y nuestro pueblo, y el sistema socialista con peculiaridades chinas seguirá perfeccionándose de modo constante paralelamente a la profundización de la reforma y la ampliación de la apertura. Este proceso abrirá sin duda vastas perspectivas a la innovación teórica. La clave para perseverar en el marxismo en las nuevas condiciones históricas radica en dar respuesta oportunamente a los nuevos temas que plantea la práctica y proporcionar a ésta una orientación científica. Hemos de dominar acertadamente la tendencia general del desarrollo mundial y las condiciones nacionales básicas en la fase primaria del socialismo, estudiar a fondo las características por fases del desarrollo de nuestro país y sintetizar a su debido tiempo las novedosas experiencias creadas por el pueblo bajo la dirección del Partido, haciendo hincapié en captar los problemas significativos del desarrollo económico y social y llevando a cabo una nueva síntesis teórica al respecto, de modo que se mantenga siempre la poderosa vitalidad de las teorías científicas.

Cada paso en la innovación teórica debe ir seguido de otro en el pertrechamiento teórico; he ahí una importante experiencia adquirida en el fortalecimiento de la autoconstrucción de nuestro Partido. Hemos de atenernos a las exigencias planteadas por la construcción de un partido marxista de tipo estudio, en un esfuerzo por asimilar las nuevas ideas y conocimientos científicos de la sociedad humana. Los militantes y cuadros del Partido deben tomar el aprendizaje como una aspiración espiritual, estudiando en profundidad y asimilando el marxismo-leninismo y el pensamiento de Mao Zedong, así como el sistema teórico del socialismo con peculiaridades chinas, y teniendo arraigadas en la mente la concepción del mundo y la metodología del materialismo dialéctico e histórico, de modo que lleguen verdaderamente a aprender para elevar su moralidad, acrecentar su sabiduría y llevar a cabo actividades emprendedoras. Todos los militantes del Partido en general y los cuadros dirigentes de todas las instancias en particular deben elevar sin cesar su nivel ideológico y político, afianzar sus ideales y convicciones, robustecer su concienciación y firmeza en la lucha infatigable por la causa del Partido y del pueblo, llegando a lo que en su verdadero sentido significa permanecer inconmovibles, y jurar mantenerse firmes en su determinación.

Para elevar el nivel científico de la construcción del Partido bajo las nuevas condiciones históricas, tenemos que persistir en explotar los recursos humanos por múltiples canales, efectuar los nombramientos por méritos, seguir con firmeza la norma de emplear a personal moralmente íntegro y profesionalmente competente, con la moralidad como condición prioritaria, y agrupar al personal sobresaliente de todos los terrenos en torno a la causa del Partido y del Estado.

La trayectoria recorrida por el Partido a lo largo de sus 90 años de desarrollo nos indica que, una vez determinada la línea política, los cuadros son el factor decisivo. La persistencia en la explotación de los recursos humanos por múltiples canales y en los nombramientos por méritos constituye una exigencia necesaria emanada de la naturaleza y el propósito de nuestro Partido. Éste no tiene más intereses particulares que los del pueblo, y al seguir con firmeza este principio sublime, ofrece a todos aquellos que son fieles al pueblo, echan raíces en él y se le consagran un amplio escenario donde pueden hacer valer su talento. El poder o no ampliar cada vez más el camino del socialismo con peculiaridades chinas y materializar la gran revitalización de la nación china depende de si podemos preparar de continuo a un nutrido contingente de personal sobresaliente y, más todavía, de si podemos dar a las personas calificadas en los diversos terrenos la oportunidad de distinguirse y desplegar su talento.

Tenemos que ensanchar los canales de admisión de personas de valía con una visión más amplia, unos horizontes más elevados y un talante más intrépido, para descubrir oportunamente a cuadros magníficos en los diferentes terrenos y emplearlos de manera racional. Hay que persistir en poner su moral en el primer lugar, seleccionar y nombrar a quienes además de ser firmes en lo político, son realmente competentes y cualificados, destacan por sus méritos reales y cuentan con el reconocimiento de las masas, y configurar una orientación respecto al empleo de personal dotado de integridad moral y competencia profesional, personal que con la moralidad alcanza su formación, convence a otros, y encabeza y favorece a las personas de talento. Tenemos que atenernos al empleo de los cuadros en función de los resultados efectivos de su trabajo, para que las personas capaces tengan oportunidades, las que puedan lograr éxitos dispongan de un lugar, los honestos no salgan perdiendo, los oportunistas y encaramadores no obtengan beneficios y todos los cuadros sobresalientes puedan aportar su fuerza al Partido y al pueblo.

La preparación incesante de numerosos cuadros jóvenes excelentes es una empresa fundamental que atañe a la continuación de la causa del Partido y del pueblo, la apertura de nuevas rutas y la transmisión de generación en generación. Para cumplir la importante misión de la causa, los cuadros jóvenes deben tener firmemente establecida una correcta concepción del mundo, del poder y de su cometido, convertirse en fieles seguidores de la causa del Partido, sentirse íntimamente vinculados a las masas populares, trabajar bien y con toda dedicación y perfeccionarse sin cesar. Los numerosos cuadros jóvenes deben ir por iniciativa propia a zonas con duras condiciones, lugares con un entorno complejo y puestos clave para templar sus cualidades, forjar su estilo de trabajo y aumentar su aptitud. Siempre que brote de continuo un buen plantel de cuadros jóvenes con perspectivas de formación que se hayan templado en condiciones duras y complejas, que hayan superado pruebas en importantes luchas y cuya excelencia se haya visto probada en la práctica, la causa del Partido y del pueblo será muy esperanzadora.

Las personas de valía constituyen el primero de los recursos, incluidos los estratégicos, para el desarrollo estatal. Todos los camaradas del Partido y toda la sociedad deben atenerse a la importante orientación de respetar el trabajo, el saber y la creación, así como a las personas calificadas, han de asimilar sólidamente el concepto de que todos pueden ser personas capaces y tienen que emplear con audacia los recursos humanos excelentes en pro de nuestra causa, con el propósito de que todos ellos, sean del tipo que sean, tengan una vasta plataforma emprendedora y un amplio espacio de desarrollo, y se conviertan en personas de valía para la patria, el pueblo y la nación. Y, sobre todo, debemos preparar y forjar sin demora a jóvenes sobresalientes, para crear una situación dinámica en la que surjan tales personas incesantemente, y en la que cada uno pueda dar lo mejor de sí y desplegar plenamente sus aptitudes.

En la elevación del nivel científico de la construcción del Partido en las nuevas condiciones históricas, es imperativo persistir en la concepción de considerar al ser humano como lo primordial y gobernar el país en bien del pueblo, establecer sólidamente el punto de vista de masas del marxismo y aplicar conscientemente la línea de masas del Partido, para mantener en todo momento unos vínculos de uña y carne entre la organización y las masas populares.

La trayectoria de desarrollo seguida por el Partido en estos 90 años nos enseña que el provenir del pueblo, el echar raíces en él y el servirlo constituyen el fundamento de que nuestro Partido permanezca siempre invencible. La consideración del ser humano como lo primordial y la gobernación del país en bien del pueblo son la expresión concentrada de la naturaleza de nuestro Partido y de su propósito fundamental de servir al pueblo de todo corazón, y son la norma máxima para guiar, evaluar y verificar sus actividades de gobernación. Todos los camaradas del Partido debemos tener bien presente que la estrecha ligazón con las masas constituye la mayor ventaja política de nuestra organización, mientras que la disociación de ellas es el mayor peligro que le acecha tras su asunción del Poder. Tenemos que priorizar en todo momento los intereses del pueblo, tomar la debida realización, defensa y desarrollo de los intereses fundamentales de la inmensa mayoría del pueblo como punto de partida y de llegada de todos nuestros trabajos, lograr ejercer el poder en bien del pueblo, sentirnos íntimamente vinculados con él y obrar en bien de sus intereses, con el fin de que nuestro trabajo cuente con una base de masas y una fuente de energía más amplias, seguras y sólidas.

Todos los militantes del Partido deben colocar al pueblo en el lugar más importante de su corazón, respetar su condición de protagonista y su espíritu pionero, aprender de él como de un maestro y hacer que el aumento de su sabiduría política y capacidad de gobierno arraiguen hondamente en su práctica creativa. Tenemos que tomar muy en serio y realizar de forma efectiva el trabajo de masas en las nuevas circunstancias, persistir en consultar a las masas populares sobre políticas, demandas y medidas, escuchar su voz con la mayor sinceridad, reflejar tal como son sus deseos, preocuparnos con sincera solicitud de sus dificultades y sufrimientos, y defender con arreglo a la ley sus derechos e intereses económicos, políticos, culturales, sociales, etc. Siempre que tengamos a las masas en nuestro corazón, éstas nos tendrán en el suyo, y siempre que las tratemos como a parientes cercanos, nos tratarán de igual manera. Los organismos del Partido y de los gobiernos de las diversas instancias y sus cuadros deben perseverar en trasladar el centro de gravedad de su trabajo hacia abajo, adentrarse frecuentemente en la realidad, las entidades de base y las masas para conocer la situación del pueblo, liberarlo de sus inquietudes y brindarle un calor humano. Hay que tomar las entidades de base y la primera línea como centros fundamentales para la preparación y la forja de cuadros, y encauzarlos para que estrechen el sentimiento ideológico que los une a las masas y acrecienten su capacidad de servirlas durante su convivencia con ellas día y noche. Es preciso tomar la prestación de servicios a las masas y la realización del trabajo de éstas como la tarea núcleo de los organismos de base del Partido y las atribuciones y responsabilidades fundamentales de los cuadros del mismo nivel, de modo que tales organismos se conviertan en fuertes baluartes de combate en el impulso del desarrollo, el servicio a las masas, la aglutinación de la voluntad del pueblo y el fomento de la armonía.

En la elevación del nivel científico de la construcción del Partido en las nuevas condiciones históricas, tenemos que perseverar en el principio de tratamiento tanto paliativo como de raíz, rectificación integral y simultaneidad del castigo y la prevención, con el acento puesto en esta última, desplegar a fondo la construcción del Partido en su estilo y en la moralización administrativa y luchar contra la corrupción, para conservar siempre el carácter de vanguardia y la pureza propios de un partido marxista.

La trayectoria del desarrollo del Partido en estos 90 años nos demuestra que el castigo firme de la corrupción y su eficaz prevención influyen en la simpatía o la aversión del pueblo, así como en la vida o la muerte del Partido, por lo que esta cuestión constituye una importante tarea política a la que éste debe atender como es debido en todo momento. Nuestro Partido comprende lúcidamente lo seria y peligrosa que es la proliferación de la corrupción en las condiciones de nuestra prolongada gobernación del país, así como la necesidad de luchar contra este fenómeno a lo largo de todo el proceso de la reforma, la apertura y la modernización socialista. El Partido combate la corrupción con una postura bien definida y la misma perseverancia de siempre. Dicha lucha y el fomento de la moralización administrativa han hecho incesantemente nuevos y notables progresos, lo que ha proporcionado una importante garantía para el impulso a la reforma, la apertura y la modernización socialista. Al mismo tiempo, la situación de esta lucha sigue siendo seria y la tarea todavía es muy ardua. Si la corrupción no se castiga con eficacia, el Partido perderá la confianza y el apoyo del pueblo, de ahí la necesidad de dar constantemente voces de alerta en todo el Partido, con el fin de que tenga plena conciencia de lo prolongada, compleja y dura que es esta lucha, la sitúe en un lugar más relevante junto con la moralización administrativa, impulse la construcción del sistema de prevención y sanción de la corrupción con una confianza más firme, una actitud más decidida y unas medidas más enérgicas, y lleve invariablemente esta lucha hasta su término.

Los cuadros dirigentes de todos los niveles hemos de tener bien presente que los poderes que hay en nuestras manos nos han sido conferidos por el pueblo y, por tanto, sirven sólo para que procuremos intereses por él. En el ejercicio del poder tenemos que trabajar por el pueblo, responder ante él y someternos conscientemente a su supervisión, y de ningún modo convertir dichos poderes en instrumentos para pretender intereses individuales o de unas pocas personas. Debemos portarnos con autoestima, introspección, autoadmonición y aliento a nosotros mismos, adherirnos al espíritu partidario, prestar atención a nuestro comportamiento, actuar como modelos y esforzarnos por lograr que en la realización de empresas no olvidemos los códigos de conducta humana, que en la gobernación no cambiemos nuestra voluntad de ser servidores públicos y que en el ejercicio de nuestras atribuciones no procuremos intereses egoístas, manteniendo así para siempre las cualidades políticas propias de los comunistas. (Continúa)

Palabras clave : China-PCCh

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