Desmontando el mito de la amenaza militar china

En los últimos días, las noticias de algunos medios occidentales sobre la fuerza militar china tienden a exagerar su creciente talla y su potencial amenaza.

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(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – Un terrible avión asesino puede atacar los aviones de combate más avanzados de la única superpotencia mundial. Un barco gigante en construcción que proyectará el podería militar del ‘Imperio del Centro’ más allá de sus costas. Un ejército de hackers informáticos dispuestos a causar estragos en internet...

En los últimos días, las noticias de algunos medios occidentales sobre la fuerza militar china tienden a exagerar su creciente talla y su potencial amenaza. Algunos observadores occidentales han insinuado que algo “grande y maligno” está creciendo rápido en China.

Resulta que el “avión asesino” es simplemente un avión silencioso de combate aún por completar sus vuelos de prueba. En comparación, el ejército de Estados Unidos lleva poniendo sus propios cazas, los F22, en servicio activo durante muchos años.

El “barco gigante” es un portaaviones en proceso de construcción, que apenas puede chapotear, mientras que las potencias militares tradicionales como Estados Unidos o Rusia cuentan con varios portaaviones e incluso otros países como Tailandia o Argentina tienen igualmente sus propios portaaviones.

Respecto a los hackers y piratas informáticos, podría tratarse de un puñado de chavales brillantes ansiosos por demostrar sus destrezas, y que nada tendrían que ver con el ejército chino.

Mitos como éstos sobre la fuerza militar de China no son escasos en países occidentales y en otras regiones. Subrayan el hecho de que algunos países se sienten cada vez más incómodos con las capacidades militares del país que, apoyándose en el boom económico, ha incrementado su presencia de manera exponencial en el escenario internacional.

Para hacerse con una imagen general de las fuerzas armadas chinas, uno necesita observar de cerca la estrategia real y las capacidades del Ejército de Liberación Popular (ELP). Los intentos de mitificar su fuerza real y sus intenciones no llevan a ningún sitio.

Los líderes políticos y militares de China han aprovechado cualquier oportunidad para reiterar a los demás países el compromiso inquebrantable de China con el “desarrollo pacífico”. Lo hacen con tanta frecuencia que sus afirmaciones caen en vacío en oídos extranjeros, pero el mensaje clave que intentan transmitir sigue siendo el mismo: China no quiere la guerra; China necesita paz.

Con más de 1.300 millones de personas que alimentar y fuertes desafíos internos como el aumento de la brecha entre ricos y pobres y sus limitaciones energéticas y medioambientales por el rápido crecimiento económico, a China no le queda más que hacer lo máximo en un entorno ampliamente pacífico y buscar oportunidades de negocio más que crearse enemigos en otros países.

Por ejemplo, según estimaciones, China debe crear unos 20 millones de puestos de trabajo al año en las próximas dos décadas para mantener empleados a decenas de millones de trabajadores migrantes y graduados universitarios, lo que supone apenas un tercio de la población total del Reino Unido.

El ministro de Defensa de China, Liang Guanglie, ha afirmado recientemente que la clave para juzgar si un país constituye una amenaza para la paz mundial no estriba en su fuerza económica o militar, sino en las políticas interiores y exteriores que persigue.

A finales del pasado año, tras un encuentro crucial del Comité Central del Partido Comunista de China, Dai Bingguo, el consejero de Estado a cargo de la política exterior, expuso en varias ocasiones la estrategia de desarrollo pacífico de China.

En un largo y detallado artículo bajo el título ‘Compromiso con el desarrollo pacífico’, Dai afirmaba que China cree la cooperación mutuamente beneficiosa con otros países, y no el expansionismo o la hegemonía, sirven mejor a sus intereses nacionales.

En sus palabras, el compromiso de China con el desarrollo pacífico “no cambiará en cien ni en mil años”.

A pesar de todo el ruido sobre la fuerza militar de China, el gasto militar del país, en proporción con su producto interior bruto (PIB), ha permanecido bastante bajo, en comparación con los principales países desarrollados del mundo.

El gasto militar de China fue de unos 80 mil millones en 2010, apenas un 1,4 por ciento de su PIB, mientras que el de los principales países se sitúa alrededor del 3 al 4 por ciento, según muestran las cifras del gobierno chino.

Muchos observadores occidentales asumen un gasto militar chino mucho mayor del que reconocen las cifras oficiales, y algunos elevan la cantidad hasta unos 150 mil millones de dólares. Sin embargo, incluso esa salvaje suposición palidece al compararse con la apabullante cifra de 729 mil millones de gasto militar estadounidense.

En términos de capacidad real, las fuerzas armadas chinas siguen siendo de naturaleza regional más que global.

En contraste con Estados Unidos, la incontestable única superpotencia militar, China sigue muy por detrás en lo que se refiere al alcance global de sus fuerzas armadas y en su capacidad para desplegarse con rapidez por el mundo.

El jefe del comité de generales del ELP, Chen Bingde, en una reciente visita a Estados Unidos, afirmó que la fuerza militar de China está a 20 años de retraso con respecto al país norteamericano.

Para China, la expansión del mito sobre su poder militar pone de relieve la necesidad de comunicarse con más regularidad y de manera más efectiva con otros países sobre la cuestión. El aumento de las visitas frecuentes al exterior de sus máximos oficiales militares manifiestan probablemente los mayores esfuerzos de China en ese sentido. (XINHUA)

 

Palabras clave : defensa, militar, ejército, China, portaaviones, EEUU

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