(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – ¿La idea del erotismo y la sexualidad tienen límites culturales o son universales? ¿Qué tabúes existen en cada cultura? ¿Qué papel juega la literatura erótica en países tan distantes como España y China? A éstas y otras preguntas procuró dar respuesta el coloquio celebrado el jueves pasado en el Instituto Cervantes de Pekín, bajo el título “El amor en los tiempos de la literatura: Una reflexión sobre la novela erótica en España y China”.

Las ponentes fueron la escritora española Mercedes Abad (Barcelona, 1961), autora de obras de literatura erótica, como ‘Ligeros libertinajes sabáticos’ por la que ganó el premio ‘La sonrisa vertical’ en 1986, y la escritora china Hong Ying (Chongqing, 1962), una de las pioneras del género erótico en la literatura china actual, con obras como ‘K: el arte del amor’ (1999).

El coloquio estuvo moderado por Alicia Relinque, sinóloga y traductora al español de ‘Jin Ping Mei’, obra cumbre del erotismo literario chino, escrita en el siglo XVI.

Durante el coloquio, las ponentes pusieron de manifiesto la existencia de ciertas diferencias en la concepción de la sexualidad en ambos países, marcados como están por concepciones religiosas y sociales divergentes. Sin embargo, a pesar de la distancia geográfica y cultural, ambas, como mujeres y escritoras, revelaron experiencias similares.

“En la tradición de China, la mujer debe presentarse como pura”, señaló Hong Ying. Quizá por eso, la aparición de su novela en la China ‘K: el arte del amor’ en la China continental desencadenó un proceso judicial en su contra por la naturaleza “obscena” de su relato: las pasiones entre un hombre extranjero y una mujer china, las diferencias en la manera de afrontar el amor y el sexo de cada uno.

Hong cuenta cómo tuvo que hacer frente a numerosos prejuicios. “Muchos se preguntaban: ¿cómo una mujer puede escribir sobre eso?”, cuenta la autora, que tuvo que salir adelante con una reputación de “mujer mala”. Sin embargo, a día de hoy, Hong considera que su obra fue “una forma de mostrar que las mujeres también pueden escribir este tipo de literatura”.

Mercedes Abad también tuvo que enfrentarse a los mismos prejuicios. Su obra salió a la luz cuando ella tenía apenas 24 años, en una España, la de 1986, que, a pesar de la ‘Movida’, acababa de salir del régimen franquista y su moral ultraconservadora. La concesión de un premio de literatura erótica a una mujer levantó “polémica, curiosidad y prejuicios”, según ella. “De repente, tras ganar el premio, me salieron amantes por todas partes; los periodistas me preguntaban si mis relatos eran ‘autobiográficos”, recuerda. “Una mujer escribiendo literatura erótica era algo insólito en la España de aquella época”, afirma Abad, quien también rompió con el prejuicio de no mezclar erotismo con humor en su obra.

Ambas autoras coincidieron en señalas que el erotismo “no tiene fronteras” y que las sensaciones son iguales.

Respecto a la relación entre realidad y literatura erótica, para Hong el sexo en la realidad también tiene una parte de ensoñación, de idealización; por su parte, Abad considera que la literatura erótica busca poner por escrito el deseo de lo que no tenemos, “hacer visible lo que las mentes albergan más allá de los límites”.

La escritora española Mercedes Abad (izda.), la china Hong Ying (centro) y la sinóloga Alicia Relinque (dcha.) durante el coloquio en la sede pekinesa del Instituto Cervantes. (Foto: Bryan Shen)