Este remoto pueblo en las estribaciones del desierto del Gobi fue objeto de atención internacional en los años 80 del siglo pasado cuando se descubrieron ciertos rasgos físicos entre sus habitantes de etnia Han –pelo rubio ondulado, nariz elevada, ojos azules o verdes- más propios de poblaciones europeas.
Estos rasgos sacaron a la luz la historia de una legión romana perdida en Asia Central que, supuestamente, se habría asentado definitivamente en Liqian.