Miles de habitantes de la región autónoma del Tíbet se congregaron hoy lunes en Lhasa, la capital, para tomar parte en la ceremonia de celebración del 52º aniversario de la emancipación de los siervos.
Más de 3.000 personas de todo el espectro social de ese rincón del suroeste de China se dieron cita en la plaza frente al Palacio de Potala para izar la bandera, entonar el himno nacional y celebrar el histórico día que marcó el inicio de la libertad y el estatus de igualdad para todos los tibetanos. Es la tercera vez que el pueblo tibetano conmemora esta festividad.
En 2009, las autoridades nacionales decidieron establecer el 28 de marzo como la fecha en la que cada año se celebraría la reforma democrática de 1959 en el Tíbet, la cual puso fin a la servidumbre feudal y liberó a cerca de un millón de siervos tibetanos, que representaban más del 90 por ciento de la población de la región.
Muchos de los que en ese día conocieron la libertad aún están vivos.
Padma, una anciana de 71 años que como la mayoría de sus coterráneos utiliza un solo nombre, describió la reforma democrática del Tíbet como la luz del sol.
"Fue como un rayo de luz del sol que disipó los negros nubarrones. A partir de entonces nos convertimos en amos de nuestra propia tierra", asegura.
La mujer, quien vive en Lhasa, nació como sierva. Dice que aún recuerda como su padre, cuando ella aún era una niña, fue vendido al menos en seis ocasiones, pasando de un propietario a otro. El hombre era azotado hasta por la más mínima infracción. "Mi padre murió cuando aún era muy joven y nunca pudo gozar ni ser testigo de la vida feliz que yo he tenido", sostiene.
Desde la emancipación de los siervos, en 1959, el Tíbet ha disfrutado de un rápido crecimiento económico y social.
El año pasado, el Producto Interno Bruto de la región alcanzó los 50.800 millones de yuanes (7.750 millones de dólares) y registró una tasa de crecimiento anual de 12,4 por ciento, dijo ayer domingo Padma Choling, presidente del gobierno regional, en una alocución televisada.
Mientras tanto, los ingresos netos per capita de los agricultores y pastores alcanzaron los 4.319 yuanes, el doble de la cifra de 2005.
La esperanza de vida promedio de los tibetanos casi se ha duplicado hasta los 67 años, frente a los 35,5 años de 1959, destacó el funcionario.
Padma Choling señaló al desarrollo y la estabilidad como dos tareas clave para el Tíbet, y advirtió que cualquier intento de poner en peligro la estabilidad y el progreso de la región está condenado al fracaso. Fin