El jefe del comité de la región autónoma del Tíbet (suroeste) del Partido Comunista de China (PCCh), Zhang Qingli, reiteró hoy lunes que el Dalai Lama es un "lobo vestido de monje" y de nuevo acusó a su camarilla de fustigar la separación de China.
"Ya lo describí con estas palabras después de los disturbios ocurridos en la capital regional de Lhasa el 14 de marzo de 2008 porque opino que al tratarse de un buda viviente hizo cosas indignas de su estatus", indicó Zhang en una rueda de prensa celebrada en el marco de la actual sesión anual de la Asamblea Popular Nacional (APN, el máximo órgano legislativo chino), en Beijing.
Zhang acusó al Dalai Lama de ser instigador de los disturbios de 2008, que dejaron un saldo de 18 muertos y casi 400 heridos, y recordó que para describirlo utilizó las mismas palabras que ya había empleado el difunto ex primer ministro chino, Zhou Enlai.
Según Zhang, el ex premier definió al Dalai Lama como "lobo vestido de monje" después de que el gobierno central frustrara una rebelión armada organizada por él y sus seguidores en 1959, que le obligó a refugiarse en la India, donde posteriormente creó el "gobierno tibetano en el exilio".
"Utilicé las palabras de Zhou para expresar mi oposición a toda persona de doble rasero y para divulgar una comprensión correcta de la verdad", indicó.
Zhang también comparó al Dalai Lama y a Rebiya Kadeer, instigadora a la secesión de la región autónoma uygur de Xinjiang y líder del "Congreso Mundial Uygur".
"Rebiya es una ama de casa quien llevó a cabo actividades secesionistas con sus fondos ilegales. No tiene ninguna influencia entre la ciudadanía", afirmó el funcionario, "mientras que el Dalai Lama es un jefe secesionista que engaña a los creyentes sencillos bajo la apariencia de la religión".
Zhang ha trabajado en el Tíbet durante cinco años y asegura que el año 2008 fue el periodo más difícil.
"Algunas organizaciones opuestas a China en occidente apoyaron al Dalai Lama en la organización de los disturbios del 14 de marzo, los cuales provocaron importantes pérdidas y desastres que afectaron al pueblo de la región", afirmó.
Según Zhang, su objetivo era boicotear los Juegos Olímpicos de Beijing, provocar el caos en el Tíbet y fustigar la separación de China.
"Los ciudadanos del Tíbet son conscientes de que la unidad y la estabilidad son positivas y que por contrario, la separación y los disturbios son un desastre", subrayó Zhang, recordando que la actual situación regional es estable en general. Fin