Tanto los funcionarios como los residentes del Tíbet deben mantener la mente sobria y estar siempre alerta contra todo aquello que pueda sabotear la estabilidad, señaló hoy domingo Zhang Qingli, secretario del Partido Comunista de China (PCCh) en esta región autónoma del suroeste de China.

Zhang advirtió de que Tíbet se enfrentará a "grandes desafíos" en la lucha contra el separatismo en 2011, año en el que se cumple el 60º aniversario de su liberación pacífica.

El funcionario subrayó que se deberán hacer esfuerzos coordinados, dirigidos entre otras cosas a mejorar la administración a nivel comunitario, para resolver los problemas sociales con el fin de mantener una paz y estabilidad duraderas en la región.

Zhang se ha desplazado a Beijing para participar en la sesión anual de la Asamblea Popular Nacional (APN), la máxima legislatura del país.

"La mayoría del pueblo tibetano no quiere sufrir las consecuencias de los disturbios sociales", afirmó el funcionario.

"Aunque nuestra máxima prioridad es la materialización de un desarrollo a grandes saltos, el mantenimiento de la estabilidad social es de gran importancia, porque Tíbet no podrá desarrollarse si no hay estabilidad", señaló Zhang al participar junto con otros diputados de la región en un panel de discusión celebrado en el marco de la sesión anual parlamentaria.

El funcionario recordó que la industria turística, un pilar económico clave del Tíbet, sufrió un grave golpe tras los violentos disturbios registrados en Lhasa el 14 de marzo de 2008, que provocaron la muerte de al menos 18 civiles y un agente de policía.

El número de visitantes en el Tíbet se redujo a 2,6 millones en 2008, en comparación con los más de cuatro millones del año anterior, según Zhang.

"Dado que Tíbet sigue siendo una de las regiones menos desarrolladas de China, garantizar un desarrollo a grandes saltos y una estabilidad social duradera será uno de los principales ejes de nuestra labor en los próximos cinco años", recalcó el funcionario. Fin