
La mujer en cuestión tenía 1,5 metros de altura y la piel, pelo, pestañas y cara han sido hallados en buen estado de conservación. Junto al cuerpo se han hallado piezas de cerámica, escritos y vestidos de seda, entre otras antigüedades de la época.
La ciudad de Taizhou ha sido testigo de varios hallazgos de este tipo desde los años 70 del siglo pasado, que han permitido descubrir los avances de la dinastía Ming en materia de conservación y embalsamamiento.