(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – Agarrando con fuerza la mano de su nieto de 6 años, Xue Songlin se detiene junto a una calle muy transitada de Pekín, esperando a que la tromba de vehículos se detenga antes de cruzar.
“Han hecho la calle más ancha, pero es sólo para los autos. Ahora tengo que caminar más distancia para cruzar la calle... No es tan cómodo como antes para los peatones”, dice Xue, quien cuenta que la calle era antes una vía para peatones y bicicletas.
Un corte de pelo cuesta 50 yuanes (7,6 dólares) y un baño unos 100 yuanes. Xue se pregunta dónde podrá encontrar las pequeñas peluquerías y casas de baño a las que solía ir, no lejos de casa.
Ciudadanos comunes y expertos avisan de que muchas ciudades chinas están demasiado obsesionadas con favorecer los servicios de alto nivel, pero al mismo tiempo mucha gente se ve obligada a esperar en largas colas para poder visitar al médico o se reduce el número de espacios para hacer ejercicio.
Según Xue, la familia tendría que pagar entre 4 mil y 5 mil yuanes al mes para que su nieto estudiase en una escuela bilingüe. Sin embargo, encontrar una escuela infantil que sea “decente y barata” se ha vuelto casi misión imposible.
Los datos del Buró de Estadísticas de la Municipalidad de Pekín muestran que el sueldo anual medio per cápita de las zonas urbanas de la municipalidad fue el año pasado de 29.073 yuanes, unos 2.400 yuanes al mes (entorno a 364 dólares).
Xue y su familia empiezan a sentirse preocupados por la educación elemental de su hijo.
De acuerdo con Xu Guangjian, vicedecano de la facultad de Gestión Pública de la Universidad Renmin de China, es razonable que existan servicios privatizados de educación y salud dirigidos a los consumidores con más poder adquisitivo. Sin embargo, los servicios públicos del gobierno deberían abstenerse de ofrecer tales disposiciones y esforzarse por la igualdad de los consumidores.
“Los servicios públicos en las zonas urbanas deberían ser abiertos, justos e igualitarios, y proporcionar productos específicos según las demandas de los diferentes consumidores”, indica Xu, citado por el rotativo oficial Renmin Ribao.
Los expertos atribuyen la creciente tendencia al las construcciones urbanas de lujo al deseo de obtener beneficios y mostrar una cifra decente del PIB.
Según Luo Yameng, director de la China City Internationa Association, los gobiernos locales pueden obtener pingües beneficios a través del desarrollo del suelo con proyectos de construcción rápidos y a gran escala.
Además de los beneficios, para mostrar los logros conseguidos, los oficiales urbanos creen que no hay nada mejor que una imagen urbana decente alimentada con rascacileos y productos de lujo, según Luo, quien añade que la competición entre ciudades chinas por ver cuál de ellas es ‘más urbana’ es un fenómeno muy común.
Li Jingwen, miembro de la Academia China de Ingeniería, sugiere que se debe incluir a más ciudadanos del común en los mecanismos de decisión para las construcciones urbanas. Li cita un sistema participativo implementado en muchas ciudades para que los residentes emitan sus opiniones sobre la planificación y el desarrollo urbano.
Entretanto, Luo Yameng subraya que los residentes se dividirán en distintas clases a medida que las ciudades se desarrollen, pero que la mayoría seguirá al mismo nivel. “El objetivo último de la urbanización debería ser la gente. Todo el mundo debería tener la oportunidad de disfrutar de los beneficios de la urbanización –no sólo los ricos”, añade Luo. (Xinhua /China Daily)