Aunque en el pabellón de la República Popular Democrática de Corea (RPDC) en la Exposición Universal de Shanghai 2010 no se forman largas colas para entrar, el goteo de curiosos que se arcercan a esta estructura de apariencia sencilla es constante.
Antes de recorrer los 1.000 metros cuadrados del pabellón, los visitantes suelen dirigirse al mostrador en el que les pueden sellar sus pasaportes de la Expo con el símbolo del pabellón: la imagen de un hombre a caballo.
Según uno de los empleados, el pabellón recibe unas 40.000 visitas al día.
Ésta es la primera vez que la RPDC participa en una Exposición Universal en los 159 años de historia de este evento internacional.
Para su debut, el país ha traído a Shanghai una representación en miniatura de Pyongang, su capital, a la que ha bautizado como "Un paraíso para el pueblo".
Ubicado en la Zona A del parque ferial, el pabellón de la RPDC se une al de otros países asiáticos en el intento de ilustrar el concepto de ciudades en desarrollo.
Sin embargo, este pabellón destaca por ser el único de la muestra que ha decorado todo su exterior con una gigantesca bandera nacional.
Dentro del pabellón, lo primero que se ve es una maqueta de la "Torre Juche", un monumento blanco de unos 170 metros de altura que se erige en el centro de Pyongyang.
"Es la pieza arquitectónica más bonita del país y fue levantada para celebrar el 70º cumpleaños del difunto líder Kim Il Sung", explicó un empleado del pabellón en cuya camisa también se ve un pin con la imagen del mandatario.
Frente a la maqueta se encuentran un quiosco y una pérgola, muy comunes en las calles de la capital de la RPDC.
El centro del pabellón está dominado por una fuente musical formada por las estatuas de cinco niños dispuestas en círculo. Dos de ellos están liberando una paloma blanca, lo que según el empleado demuestra que los ciudadanos de la RPDC "desean la paz".
Cinco pantallas de televisión reproducen un video titulado "Pyongyang reconstruida de las ruinas", en el que se muestra el desarrollo económico y social del país y se pueden ver escenas de la vida cotidiana de la gente. Además, en una pantalla LED colocada en la parte superior se proyectan imágenes del concierto conmemorativo de cumpleaños de Kim Il Sung.
Aunque el pabellón de la RPDC no cuenta con las imágenes deslumbrantes creadas con herramientas de alta tecnología que se pueden ver en los espacios de muchos países desarrollados, su estilo sencillo y la curiosidad de los visitantes le han dado popularidad.
Son muchos los visitantes que se interesan por los sellos conmemorativos a la venta en el pabellón, la mayoría de ellos centrados en la relación amistosa entre China y la RPDC.
Uno de los visitantes, de apellido Zhu, optó por comprar varios sellos de Kim Il Sung y un libro sobre el "pensamiento fundamental" del líder.
"Leí en el periódico que el pabellón de la RPDC vendía sellos y libros sobre los líderes, así que vine a comprar algunos, porque me gusta leerlos", explicó.
Las empleadas del pabellón que van vestidas con trajes étnicos coreanos también llaman la atención de muchos visitantes.
Una de ellas, de apellido Jing y 28 años de edad, es contable de una empresa dedicada al comercio con sede en la RPDC y habla un mandarín muy fluido a pesar de que ésta es la primera vez que pisa suelo chino.
Jing explicó a Xinhua que sus padres, que trabajan en la universidad de lenguas extranjeras de Pyongyang, le enseñaron a hablar chino cuando eran muy pequeña.
La chica aseguró que el chino es el segundo idioma extranjero más estudiado en la RPDC después del inglés.
"China y la RPDC son buenos vecinos, así que tenemos que aprender bien el chino", señaló la empleada. Fin