La meseta Loess, un terreno desértico cubierto de arena en la noroccidental provincia china de Shaanxi, se ha vuelto verde gracias a los árboles y el césped cultivados en la última década durante una campaña nacional de reforestación iniciada a finales de los años 90.
La campaña prohíbe todo tipo de explotación comercial en los bosques naturales a lo largo de los cursos superiores y medios de los ríos Yangtse y Amarillo, los dos ríos más largos de China, y ha reducido la tala de árboles en el noreste del país y la región autónoma de Mongolia Interior (norte). El proyecto ha protegido 104 millones de hectáreas de bosques y ha aumentado la superficie de los mismos en 15,27 millones de hectáreas.
El objetivo inicial del programa era detener la desertificación y la destrucción de los cursos acuáticos del país, pero se convirtió posteriormente en una vía de expresión pública ante los desafíos del cambio climático, la disminución de bosques y la degradación del ecosistema.
Desde 2006, año en el que se anunció a escala global la campaña de los mil millones de árboles, el gobierno chino ha plantado 2.600 millones de árboles, con lo que el número total de árboles plantados en todo el mundo ascendió a 7.300 millones en 167 países del planeta en los últimos tres años, según un informe publicado el 21 de este mes por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
En su discurso pronunciado en la cumbre de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, celebrada el pasado 22 de septiembre, el presidente chino, Hu Jintao, dio a conocer los objetivos y planes del país en esta materia, y prometió reducir la emisión de dióxido de carbono por unidad del PIB en "un notable margen" para el año 2020, teniendo como referencia los niveles de 2005.
Yu Jie, funcionario encargado de la política y la investigación del grupo sobre el cambio climático, expresó que era la primera vez que un líder chino revela los objetivos del país en una conferencia internacional, lo que puede ser interpretado como un compromiso, a pesar de que no ofreciera cifras concretas.
Hu destacó que China se esforzará por desarrollar energías renovables y nucleares e incrementar la proporción de combustibles no fósiles en el consumo de energía del 9 por ciento en 2008 a cerca de un 15 por ciento en 2020. Además, señaló que China aumentará su cobertura forestal en unos 40 millones de hectáreas en 2020 para ayudar a absorber el carbono de la atmósfera.
China publicó su Programa Nacional sobre Cambio Climático en julio de 2007, en el cual prometió reducir el consumo de energía por unidad del PIB y aumentar la proporción de energía renovable en el consumo total de energía al 10 por ciento en 2010, con respecto al 7,5 por ciento en 2005. Las cifras representan una reducción de emisiones de 1.500 millones de toneladas de gases de efecto invernadero y un ahorro de 620 millones de toneladas de carbón estándar.
El Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional (APN), máximo órgano legislativo del país, aprobó el 27 de agosto de este año una resolución para "afrontar activamente el cambio climático", que incluía medidas específicas para controlar la emisión de gases de efecto invernadero, impulsar la adaptabilidad a los cambios climáticos y apoyar la investigación científica y el desarrollo de una economía de bajo consumo de carbón. Asimismo, la resolución requiere que la capacidad para hacer frente al cambio climático sea considerada como un elemento del crecimiento sostenible a largo plazo.
Desde los años 90, China ha adoptado una serie de nuevas leyes acerca de las cuestiones del cambio climático, incluyendo la Ley de Energía Renovable, la Ley de Conservación de la Energía, la Ley de Promoción de Producción Más Limpia, y la Ley de Promoción de la Economía Circular.
China planteó un proyecto en 2005 en el que prometió reducir las emisiones de dióxido de carbono por unidad del PIB en un 20 por ciento durante su undécimo plan quinquenal (2006-2010). Hasta finales de 2008, esta cifra había descendido un 10 por ciento y las emisiones de dióxido de azufre y la demanda química de oxígeno disminuyeron un 9 y un 6,6 por ciento, respectivamente.
Yu enfatizó que el plan "blindará la seguridad energética del país y le ayudará a combatir el desafío impuesto por el cambio climático".
Las inversiones "verdes" como las realizadas en el transporte público y en los proyectos de ahorro energético y reducción de emisiones ocupan un 30 por ciento del plan de estímulo económido del gobierno valorado en cuatro billones de yuanes (586.000 millones de dólares).
El Consejo de Estado (gabinete) señaló en su plan de ahorro energético y reducción de emisiones para 2009 que el país ahorrará este año 75 millones de toneladas de carbón estándar, a través de diez grandes proyectos, y que apoyará la popularización de vehículos de nuevas energías en 13 ciudades piloto como Beijing, Shanghai (este) y Chongqing (suroeste).
El gobierno ha acelerado la construcción de instalaciones de energía hidráulica, nuclear, solar y eólica. Según el plan de desarrollo de plantas de energía nuclear a medio-largo plazo, la capacidad instalada de energía nuclear alcanzará 40 millones de kilovatios hasta 2020 y generará cada año entre 260.000 y 280.000 millones de kilovatios-hora, cifras que suponen entre un 4 y 6 por ciento del volumen total de generación eléctrica del país. Fin