Por fin, Feng Guangping tiene la esperanza de contar en un futuro con una verdadera vivienda, aunque se trate de una alquilada.
"Una vivienda significa un verdadero hogar", afirmó Feng, de 41 años, ciudadano de Yinchuan, capital de la región autónoma de la etnia hui de Ningxia (noroeste de China). Su actual "hogar" es un compartimento de 10 metros cuadrados ubicado en un garaje que sirve para guardar bicicletas, en una comunidad residencial.
Feng solicitó, en varias ocasiones pero sin éxito, una vivienda de bajo alquiler. Sin embargo, la suerte le tocará esta vez, gracias a un plan de inversión del gobierno chino por valor de 900.000 millones de yuanes (130 millones de dólares) destinado a la construcción de viviendas para los habitantes con bajos y medianos ingresos.
"Finalmente, tengo esperanza", dijo Feng después de que la funcionaria de la comunidad, Li Xuehua, le asegurara que su solicitud para obtener una vivienda ha sido aprobada.
Se calcula que 7,5 millones de familias urbanas de bajo ingreso y otras 2,4 millones que residen en barrios de chabolas de China se beneficiarán de ese proyecto, en los próximos tres años.
En medio de la desaceleración del crecimiento económico, tanto el gobierno central como los locales buscan suavizar su impacto en las personas de escasos ingresos y los desempleados.
"Gracias a un cursillo de capacitación gratuito ofrecido por el gobierno, he podido aprovechar bien el tiempo", dijo Zhang Daxue, trabajador migrante que ha regresado a su pueblo natal en la ciudad de Bijie, provincia suroccidental de Guizhou.
Zhang trabajaba en una compañía eléctrica de la región autónoma de Mongolia Interior, al norte del país, por un sueldo mensual de 3.000 yuanes. Debido a la crisis financiera global, sus ingresos disminuyeron a sólo 1.000 yuanes, demasiado poco para poder sostenerse, por lo que decidió volver a su casa a comienzos de noviembre.
Ahí asistió a clases gratuitas de soldadura eléctrica ofrecidas por las autoridades municipales y obtuvo un certificado técnico.
Zhang señaló que anteriormente recibía un salario reducido por falta de cursos de capacitación formales, y afirmó que gracias al certificado, encontrará un trabajo en su provincia natal, donde se iniciarán en 2009 varios proyectos hidroeléctricos y de carreteras.
Según el Ministerio de Agricultura, unos 7,8 millones de trabajadores migrantes han regresado a sus pueblos natales, debido en parte al cierre de las fábricas a causa de la crisis financiera global.
El gobierno central de China ha solicitado a las autoridades locales que ofrezcan clases de capacitación gratuitas a los trabajadores desempleados para ayudarles a encontrar nuevos puestos de trabajo o iniciar sus propios negocios.
En Guizhou, el gobierno local proporcionará subsidios de entre 500 y 800 yuanes a las escuelas que impartan clases a los trabajadores.
Por otra parte, millones de licenciados universitarios chinos están sin éxito buscando empleo.
Li Yunpan, graduado de la Universidad de Nacionalidades del Norte, en la provincia de Ningxia, está muy desanimado después de asistir a diversas ferias de trabajo en Beijing y Shanghai.
"Parece que los graduados tenemos pocas oportunidades este año visto que muchas empresas ni siquiera tienen previsto contratar", recalcó Li, especializado en finanzas.
El Ministerio de Educación chino ha tomado medidas para aliviar la presión, entre ellas, animar a los graduados a trabajar en las entidades de base y ampliar la admisión de posgraduados a las universidades, para que realicen trabajos de investigación.
Además, se lanzará en febrero próximo un proyecto de empleo para ayudar a los licenciados de 40 universidades a encontrar trabajos en 30 zonas de desarrollo económico en todo el país. Fin