Recientemente, el relevo de la antorcha Olímpica fue interrumpido y saboteado por secesionistas del Tíbet y sus partidarios en Londres y París. Esto me recordó de lo que hicieron los políticos Franceses hace dos décadas y mi debate con ellos.
Actualmente, el pueblo Francés sabe muy poco de China. Su ignorancia fue explotado por separatistas del Tíbet y sus seguidores. Después de los disturbios de Lhasa en abril de 1989, Madame Danielle Mitterrand, la primera dama de Francia de entonces y presidenta de la Asociación France-Libertes, se reunió con el Dalai Lama en París, expresando sus preocupaciones sobre el asunto de derechos humanos en el Tíbet y esperando que China pudiese terminar el toque de queda en Lhasa lo antes posible. En octubre de 1990, cuando el Dalai Lama llegó a Francia para promocionar Mi Tierra y Mi gente, su autobiografía en versión francesa, él se reunió con el viceministro de relaciones exteriores francés y fue recibido por Madame Mitterrand en la central de la Asociación France-Libertes.
Más tarde, el Centro Nacional Francés para el Departamento de Investigación de Humanidades y Ciencias Sociales organizó un seminario sobre los asuntos del Tíbet. Como primer secretario en la embajada de China en Francia, yo participé en las reuniones. Informé sobre la historia Tibetana, poniendo énfasis en que el Tíbet ha sido parte de China desde cientos de años. Remontándose a 1279d.c., el Tíbet se convirtió en una región administrativa gobernada directamente por el gobierno central después de la unificación de China por los Genghis Khan, expresé yo. Desde entonces, las autoridades centrales de China, pese a sufrir grandes peripecias, mantuvieron su administración de la región, añadí. En 1644, la Dinastía Qing derrocó al gobierno de la Dinastía Ming (1368 – 1644) y estableció su gobierno en China. El nuevo gobierno fortaleció su administración del Tíbet con leyes y regulaciones, expliqué. Después, mostré al público Francés un sello emitido por el gobierno Qing en 1911, cuyo matasellos tenía la palabra “Lhasa” escrito en Chino, Tibetano e Inglés. El sello hizo que los asistentes franceses reconociesen que no era correcto decir que China invadió y conquistó al Tíbet en 1959. Más tarde, les declaré, “Por favor, echen un vistazo al mapa francés en el siglo 18. Córcega fue entregada a Francia después de que se alcanzase un tratado secreto en 1768. Y los locales de Córcega resistieron la presencia de los Franceses.” Finalmente, expresé que, “La historia es historia. Francia no tiene el derecho de interferir con o sermonear a China en asuntos históricos.” Mis palabras y el sello no dan a los franceses ninguna oportunidad para discutir.
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El sello fue emitido en el Tíbet en marzo de 1911, en la Dinastía Qing. Su matasello tiene la palabra “Lhasa” escrito en chino, tibetano e inglés, ya que la plata, la moneda tibetana y el la Rupia Hindú, eran las monedas usadas en el Tíbet en aquel entonces. El gobierno Qing comenzó sus servicios de correo en el Tíbet en 1910 y estableció una central de servicio en Lhasa.
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