El Dalai Lama y sus seguidores intentan engañar al mundo con su discurso, inocente en apariencia, de una "autonomía genuina" para el Tíbet, pero lo que realmente desean es la independencia de una gran superficie de terreno, indicó a Xinhua el presidente de la Asociación Europa-China, Jean Paul Desimpelaere, en una reciente entrevista.
Desimpelaere, natural de Bélgica y experto en historia y cultura del Tíbet, región que ha visitado en numerosas ocasiones, considera que la retórica del Dalai Lama es engañosa y que aquellos que desconocen la situación en la región pueden caer fácilmente en la trampa.
"Cuando miramos con atención a lo que el Dalai Lama se refiere con 'autonomía genuina', queda claro que va demasiado lejos. Quiere que el ejército chino se retire por completo de una región que duplica la extensión del actual Tíbet [el equivalente a una cuarta parte del territorio chino], lo que él llama el 'Gran Tíbet' o 'mi nación'", explicó Desimpelaere.
"Hay que tener en cuenta que el Dalai Lama nunca ha reinado en este 'Gran Tíbet' y que los tibetanos nunca han sido la población mayoritaria del territorio", añadió.
Así, el Dalai Lama quiere "expulsar a la minoría han", millones de personas, de esta región y desea una "constitución" basada en el budismo para el territorio, indicó.
"Esto no tiene nada que ver con una 'autonomía dentro de un territorio', sino una separación directa de una sección importante de China", relató el presidente.
Desimpelaere recordó sus visitas al Tíbet y alegó que, en su opinión, se trata de una de las regiones del mundo en las que la práctica religiosa florece.
"Existe un establecimiento religioso por cada 1.500 personas. He visitado más de 100 templos tibetanos y presenciado numerosos rituales y rezos. La población no necesita esconder su creencia religiosa, las calles están llenas de peregrinos que viajan a los grandes monasterios y se ven monjes por todas partes", subrayó.
Tíbet es una "región autónoma" de China, con una economía y unas finanzas autónomas. A lo largo de las dos últimas décadas, el gobierno central ha invertido grandes sumas en el desarrollo del Tíbet y ha respaldado la financiación de grandes proyectos de infraestructuras, energía, telecomunicaciones, educación y cultura, anotó.
Desde las revueltas del 14 de marzo en Lhasa, Desimpelaere ha intervenido en numerosos seminarios en Bélgica en los que relató su experiencia en el Tíbet.