Toda persona racional debe reflexionar sobre el caos que rodea al asunto del Tíbet, manifestó un alto funcionario religioso chino en su ensayo que apareció ayer en el Diario del Pueblo.
Ye Xiaowen, jefe de la Administración Estatal para Asuntos Religiosos de China (AEAR), planteó tres problemas que él mismo consideró en el ensayo titulado "Por Favor Piense Nuevamente Cuando la Mota Caiga Plácidamente".
"¿Que traerá un boicot a los Juegos Olímpicos?", escribió. "¿Acaso pensaron aquellos que trataron de apoderarse de la antorcha olímpica durante el relevo que estaban lastimando los sentimientos y dignidad de 1.300 millones de chinos? ¿Pensaron aquellos que trataron de boicotear los Juegos Olímpicos que están boicoteando el espíritu olímpico de paz, armonía y amistad reconocido por 6.000 millones de personas?"
China será anfitriona de un evento deportivo que no hostiga a nadie, escribió. "Creemos que el mundo nos sonreirá si nosotros le sonreímos."
"Segundo, ¿qué traerá una connivencia con la violencia?", indicó.
Como un desastre para todos los seres humanos, la violencia y su forma extrema --el terrorismo-- es vinculada frecuentemente en el mundo actual al ultranacionalismo y el extremismo religioso, señaló en el ensayo.
Citando a Estados Unidos como un ejemplo, Ye mencionó que consintió durante años a organizaciones violentas en Medio Oriente por sus conveniencias políticas y le resultó contraproducente.
"He notado una tendencia de integración del ultranacionalismo y el extremismo religioso entre los apoyadores de la independencia del Tíbet", declaró. "Acaso ¿no dijo abiertamente el ‘Congreso de la Juventud del Tíbet (CJT)' que no descartaba obtener la independencia por medio de atentados suicidas con explosivos?"
Si condesciende con tal tendencia, el mundo verá muy pronto a un grupo de terroristas "luchando por la independencia del Tíbet" y será un desastre, no solamente para China, informó.
"Tercero, ¿qué traerá la teocracia?", expresó el ensayo.
El pueblo tibetano trató afanosamente de deshacerse de una esclavitud feudal teocrática hace medio siglo y está avanzando hacia un sistema social moderno. Asimismo, Ye indicó en el ensayo que, "los países europeos pasaron por la misma situación hace unos 600 años".
Los tibetanos están viviendo una vida mejor que hace cinco décadas. El promedio de la expectativa de vida ha aumentado de 35,5 a 67 años, comentó.
Alrededor de 120.000 monjes y monjas están viviendo en 3.700 monasterios en el Tíbet, comparado con su población de 2,62 millones. Algunos monasterios grandes alojan a varios miles de monjes.
Por el contrario, el Dalai Lama, que se había sentado en lo alto de la antigua jerarquía en el Tíbet todavía se aferra a la teocracia. La "constitución" de su "gobierno en el exilio" sostiene que el Tíbet es un "país" teocrático, escribió Ye.