El Dalai Lama es "un refugiado político dedicado a actividades de división de China y de destrucción de la unidad nacional", dijo hoy un vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores chino.
"El Dalai Lama no es una persona religiosa pura sino un refugiado político dedicado a actividades de división de China y de destrucción de la unidad nacional bajo el camuflaje de la religión", dijo el vocero Qin Gang.
El Dalai siempre afirma engañosamente que el Tíbet es una nación ocupada por China, negando el hecho de que la región ha sido parte de China en la historia, de acuerdo con Qin.
El Dalai se ha rehusado a reconocer el sistema político actual en el Tíbet y ha intentado establecer la llamada "Area del Tíbet Mayor" que abarca casi una cuarta parte del territorio chino, pero en realidad nunca ha existido en la historia.
Además, el Dalai ha exigido al gobierno chino que retire a todas las fuerzas armadas del "Area del Tíbet Mayor" y que retire a la población no tibetana del área, dijo el vocero.
El "gobierno tibetano en el exilio" formado por la camarilla del Dalai también propuso en la llamada "Carta de los Tibetanos en el Exilio" que se establezca una "República Federal Autónomo Democrática" en la región tibetana, agregó Qin.
"Las declaraciones y acciones emprendidas por el Dalai en las décadas recientes han mostrado que nunca ha renunciado a sus esfuerzos separatistas", afirmó Qin.
El 14 de marzo, estallaron disturbios en los que se llevaron a cabo golpizas, destrozos, saqueos e incendios, los cuales rompieron la paz en Lhasa.
Los alborotadores incendiaron más de 300 sitios, incluidas residencias y 214 comercios, destrozaron y quemaron 56 vehículos y atacaron escuelas, bancos, hospitales, comercios, oficinas gubernamentales, empresas públicas y oficinas de medios de comunicación estatales.
Qin dijo que los disturbios de Lhasa fueron organizados, premeditados, tramados e incitados por la camarilla del Dalai Lama, los cuales pusieron en evidencia una vez más la naturaleza secesionista de la camarilla del Dalai Lama y la naturaleza hipócrita y fraudulenta de sus alegatos de supuesta "paz" y "no violencia", afirmó.