Respuesta: La reserva de divisas de China nunca rebasaba los US$1.000 millones antes de 1981, pero después ascendió hasta US$853.600 millones a finales de febrero de 2006, dejando atrás a Japón para situarse en primer lugar en el mundo. Según experiencias internacionales, a fin de mantener la operación y el crecimiento estables de la economía nacional convendrá que la reserva de divisas sea suficiente para suplir cada año el 20% de las importaciones, el 30% de la salida de las deudas externas, el 15% del saldo de la inversión extranjera y el 20% de las otras necesidades. Calculando según estas proporciones, se ha de decir que la reserva de divisas de China es excesiva porque ya equivale a más de las importaciones por un año o a más de dos veces del saldo de las deudas externas.
La abundancia de reserva de divisas favorece a China para incrementar la capacidad de pagos internacionales, mantener su crédito y el de sus empresas ante el mundo, dar respuesta a contingencias inopinadas y prevenir riesgos financieros, pero también ha agravado hasta cierto grado el desequilibrio de su estructura económica y sus fricciones en el comercio exterior. Por otro lado, hoy que se están fluctuando drásticamente los tipos de cambio en el mercado internacional, China encara grandes riesgos de tipos de cambio por poseer una enorme reserva de divisas.
En la actualidad, a medida del aumento del superávit comercial y de las expectativas existentes sobre la revalorización del renminbi, China ha dejado de perseguir en lo subjetivo un incremento superrápido de la reserva de divisas y ha adoptado medidas como la de “poner estricta la entrada de divisas y flexibilizar su salida”. En agosto de 2005 salieron a la luz la Notificación sobre los problemas relativos a la flexibilización de la retención de los ingresos en divisas en cuentas corrientes por las instituciones en territorio nacional y la Notificación sobre el ajuste de la cuota límite de compra de divisas bajo cuentas corrientes personales con motivo de asuntos particulares por los residentes en territorio nacional y sobre la simplificación de los trámites pertinentes. Según estas notificaciones se elevó del 30% o 50% originales al 50% u 80% la proporción de las divisas a la vista retenibles en cuentas corrientes de divisas para las instituciones en territorio nacional, con el fin de animar a las empresas del país a utilizar sus fondos en divisas para hacer inversiones directas en ultramar. En abril de 2006 China volvió a ajustar la política de administración de divisas relacionada con tres cuentas corrientes y decidió abolir, a partir del primero de mayo, el examen y aprobación para la apertura de cuentas corrientes de divisas y elevar la cantidad límite para estas cuentas, simplificando así los comprobantes de venta y pago de divisas en el comercio de servicio y flexibilizando la atribución de examen. Al mismo tiempo, se flexibilizó aún más la política relativa a la compra personal de divisas por los residentes en territorio nacional y se introdujo la administración del total anual de tales compras.
Desde luego, en el actual fondo de una elevada cantidad de reserva de divisas, si bien estas medidas políticas pueden ralentizar el crecimiento de la reserva, no se resolverán cabalmente los problemas engendrados por aquélla. En lo sucesivo China mejorará aún más la política de administración de divisas, impulsará la facilitación del comercio y la inversión y la convertibilidad con respecto a las cuentas de capital, ensanchará los canales de salida de capital, perfeccionará el mecanismo de formación de tipos cambiarios del renminbi y reforzará la administración de la entrada del capital a corto plazo y la advertencia sobre la balanza de pagos mediante supervisión, con vistas a promover el equilibrio en lo básico de la balanza de pagos.
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