A la entrada en el siglo XXI, China se ha convertido en un tema caliente de la comunidad internacional. Tanto la prensa y las revistas como la televisión y el Internet dan noticias e informaciones cada día sobre este país. Y tampoco muchas de las conferencias internacionales de economía o negocios pueden divorciarse de este tema. El interés de la opinión mundial por China ha levantado una oleada de “fiebre por China” a escala global.

Aunque los productos chinos están presentes en todas partes del mundo, China sigue siendo misteriosa para las personas de la gran mayoría de los países. En verdad la gran cantidad de informaciones lanzadas por los medios de comunicación occidentales ayuda a la gente a conocer mejor el desarrollo de China, pero algunas informaciones no son tan exactas, algunos elogios son excesivos en realidad y también hay quienes tergiversan antojadizamente el desarrollo de China partiendo de su imaginación subjetiva. Por consiguiente, todo ello ha afectado en cierto grado el pensamiento y la conclusión del público y lo ha conducido a muchos malentendidos. Por ejemplo, algunos exageran el poderío económico de China, creyendo que el rápido desarrollo de este país ha perjudicado sus intereses creados; otros piensan que la demanda de energía por China provocará escasez de recursos en el mundo; otros sostienen que China todavía se encuentran en la fase de cambio del tipo de desarrollo y su tendencia en el futuro sigue indeterminada, y abogan por aplicar contención a China; e incluso hay quienes distorsionan su estrategia de desarrollo pacífico para confeccionar y dar bombo a toda clase de versiones de “colapso de China” y “amenaza china”.

Los malentendidos tienen origen en el desconocimiento de la situación real de China. Algunas personas solamente ven nuestros logros y pasan por alto las muchas contradicciones, problemas y dificultades que nos atormentan. En realidad China aún es un país en vías de desarrollo y se enfrenta con la brecha entre ricos y pobres, la presión demográfica, la escasez de recursos y el desarrollo no equilibrado. Al mismo tiempo, China es un país que ama la paz, nunca ha pensado en disputar la hegemonía en el mundo. Su objetivo no es más que el de seguir el camino del desarrollo pacífico, resolver los asuntos cardinales que atañen a la prosperidad del país y la vida del pueblo y edificar una sociedad armoniosa.

Materializar la gran causa de la revigorización de la nación china es una meta de lucha acariciada por los chinos durante generaciones. Seguir el camino del desarrollo pacífico es una elección inevitable basada en las condiciones nacionales del país. El desarrollo de China se hace a través de la paz, la apertura, la armonía y la cooperación, es una tendencia general acorde con la globalización económica, trae al mundo oportunidades de inversión, un mercado inmenso cada vez más maduro, más posibilidades de producción y empleo y, en fin, un sinnúmero de chances. Sin duda, ninguna persona cuerda dejará pasar esta coyuntura tan preciosa para su propio desarrollo.

Para explicar de manera integral y con precisión cómo es China, y permitir al mundo comprenderla y conocerla de forma correcta, hemos redactado el presente libro a modo de preguntas y respuestas, con el propósito de presentar desde diversas ópticas y ángulos una China verdadera al público que vive en todas las latitudes.