R: Si uno estudia a fondo la Ley
Antisecesión, se dará cuenta de que ésta muestra plenamente nuestra
sinceridad de esfuerzo constante por una solución pacífica al
problema de Taiwan y también nuestra voluntad de oposición firme a
la tentativa por la “independencia de Taiwan”. En realidad se trata
de la conversión en ley del principio básico de “la reunificación
pacífica; un país, dos sistemas” que hemos llevado adelante desde
hace más de 20 años, así como del ascenso de nuestra posición de
combatir firmemente la tentativa por la “independencia de Taiwan” a
la voluntad del Estado. Esto no ha cambiado nuestra política y
principio con Taiwan, ni tampoco muestra cambios mayores en nuestra
posición hacia la isla.
Desde hace tiempo, para desarrollar
las relaciones entre ambos lados del estrecho de Taiwan e impulsar
la reunificación pacífica de la patria, hemos consumado esfuerzos
incansables con gran sinceridad. Últimamente, sin embargo, las
autoridades taiwanesas han intensificado las actividades
secesionistas por la “independencia de Taiwan”, en especial su
intento por realizar actividades de escindir el país por medio del
“plebiscito sobre la elaboración de una nueva constitución” se ha
convertido en el mayor obstáculo al desarrollo de las relaciones
entre ambos lados del estrecho y a la reunificación pacífica de la
patria, y en la mayor amenaza a la paz y la estabilidad en la
región del estrecho. Fue enteramente necesario elaborar la Ley
Antisecesión para repudiar y contener la escisión del país por
parte de las fuerzas secesionistas por la “independencia de
Taiwan”, salvaguardar la soberanía y la integridad territorial del
Estado, y mantener los intereses fundamentales de la nación china.
La aprobación sin ningún voto en contra de la Ley Antisecesión en
la III Sesión de la X APN celebrada en marzo de 2005 demuestra que
la ley representa plenamente el deseo de los 1.300 millones de
chinos y tiene una amplia base de opinión pública.
“En el mundo hay una sola China,
tanto la parte continental como Taiwan pertenecen a una misma
China, y la soberanía y la integridad territorial de China son
inalienables”, ésta es nuestra posición básica en el tratamiento
del problema de Taiwan. Los 23 millones de compatriotas taiwaneses
son nuestros hermanos de sangre. Nadie más que nosotros desea con
mayor ansia resolver el problema de Taiwan por vía pacífica.
Siempre que exista una luz de esperanza, redoblaremos nuestro
esfuerzo al máximo en este trabajo. La Ley Antisecesión sí menciona
la adopción del modo no pacífico, pero se trata sólo de la elección
imposible de sortear cuando todos los esfuerzos por la
reunificación pacífica hayan perdido efecto por completo.
Continuaremos persistiendo en el
principio fundamental de “la reunificación pacífica; un país, dos
sistemas” y trabajaremos con la mayor sinceridad y el mayor
esfuerzo por la perspectiva de reunificación pacífica. Jamás nos
comprometeremos a abandonar el uso de la fuerza, pero esto no
apunta a los compatriotas de Taiwan, sino al intento de las fuerzas
extranjeras por interferir en la reunificación de nuestro país y de
las fuerzas secesionistas de la isla por confeccionar la
“independencia de Taiwan”. La salvaguarda de la reunificación de la
patria atañe a los intereses fundamentales de la nación china. El
pueblo chino defenderá, sin mirar atrás, la soberanía nacional y la
integridad territorial y en absoluto permitirá a nadie separar a
Taiwan de China bajo forma alguna.
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