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 PARTE I AGRICULTURA, CAMPO Y CAMPESINADO
 PARTE II APERTURA AL EXTERIOR Y COMERCIO
 PARTE III CONSTRUCCIÓN ECONÓMICA Y REFORMA
 PARTE IV EMPRESAS ESTATALES Y ECONOMÍA DE PROPIEDAD NO PÚBLICA
 PARTE V REFORMA DEL SISTEMA FISCAL Y FINANCIERO
 PARTE VI EDUCACIÓN, SANIDAD, TURISMO Y PROTECCIÓN AMBIENTAL
 PARTE VII VIDA DEL PUEBLO, ETNIAS Y MUJER
 PARTE VIII VIDA SOCIAL
 PARTE IX SISTEMA POLÍTICO, RELIGIONES Y DERECHOS HUMANOS
 PARTE X PARTIDO COMUNISTA Y PARTIDOS DEMOCRÁTICOS
7-4 P: Desde la reforma y la apertura en 1978, China ha adoptado la política de estimular a prosperar primero a una parte del pueblo. ¿Por qué la adoptó? ¿Contraviene esta política al principio de equidad del socialismo o no?

R: Después de la fundación de la Nueva China en 1949, como es de todos sabido, tomamos el camino del igualitarismo. Como desenlace, todo el mundo se volvió pobre y el desarrollo de las fuerzas productivas sufrió restricción durante largo tiempo. Por consiguiente, ya a inicios de la reforma y la apertura, China despedazó el igualitarismo, decidió permitir a una parte de zonas e individuos prosperar antes y lo convirtió en una política importante dedicada a incentivar el entusiasmo de las masas populares por la producción.

Esta política refleja el estado actual de las fuerzas productivas y las relaciones de producción de China en la etapa primaria del socialismo, pero no contradice al principio de equidad del socialismo, porque la pobreza no es socialismo y éste sí se dedica a eliminar aquélla. Dejar a una parte de zonas e individuos prosperar antes tampoco significa buscar polarización. Hablando con franqueza, China todavía está bastante atrasada con una población numerosa de 1.300 millones. Si tomáramos el camino de la polarización, probablemente una minoría de personas de ciertas zonas enriquecerían más rápido formando una nueva burguesía, pero no llegarían al 1% de la población como máximo; en cambio, la gran mayoría no se zafaría de la pobreza ni podría encontrar solución al problema básico de ropa y alimentación. Así, fracasaríamos si nuestra política llevara a la polarización. Por lo tanto, ahora que estamos aplicando la política de dejar a una parte de personas prosperar primero, resulta muy importante tratar de modo acertado las relaciones entre los que prosperan antes y los que lo hacen después y el problema de prosperidad compartida. Al permitir a una parte de zonas e individuos prosperar primero mediante el trabajo honrado y la gestión legal, los estimularemos a impulsar a los otros a prosperar también, para alcanzar así la prosperidad compartida de todo el pueblo. La prosperidad compartida es el objetivo del socialismo y también su esencia.

Actualmente, mientras una parte de zonas e individuos han prosperado y el nivel de vida del pueblo se ha elevado en general, es verdad que han surgido en cierto modo el fenómeno de injusticia en la distribución del ingreso y la ampliación de la brecha entre ricos y pobres. Consideramos que en la etapa primaria del socialismo y en el proceso de la realización de la prosperidad compartida, la existencia de la brecha de ingreso y riqueza entre los miembros de la sociedad hasta cierta extensión es inevitable y admisible, pero que si la brecha es demasiado grande y no se corrige durante largo tiempo, esto mermará inevitablemente el entusiasmo de la gran mayoría de personas y afectará a la feliz marcha de la reforma. Por tal razón, nuestro principio consiste en proteger el ingreso legal, regular el ingreso excesivamente alto, abolir el ingreso ilegal, ampliar la proporción de las personas de ingreso medio, elevar el nivel de ingreso de las personas de ingreso bajo, acelerar el establecimiento de un sistema de garantía que cubra toda la sociedad y, de acuerdo con el concepto del desarrollo científico, diseñar un desarrollo coordinado entre las zonas urbanas y las rurales, entre las diversas regiones y entre la economía y la sociedad.

La prosperidad compartida es nuestro objetivo. Permitir a una parte de zonas e individuos prosperar primero es el camino real que llevará a lograr esta prosperidad, lo cual ha sido comprobado por la práctica del desarrollo en los pasados veintitantos años. Justamente así ha avanzado el proceso de la reforma y la apertura de China: primero alentamos y apoyamos a desarrollarse a las provincias y ciudades del litoral oriental, y luego, sobre la base del desarrollo de éstas, formulamos sucesivamente la estrategia de explotación del oeste a gran escala y la de vigorización de la antigua base industrial del nordeste, para hacer que las zonas que han prosperado den impulso al desarrollo de las otras zonas, y promover de este modo la edificación integral de una sociedad modestamente acomodada en toda China.

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