R: Como el nuestro es un país en
vías de desarrollo, el fenómeno que mencionó sí que existe. Para
ayudarles a continuar su carrera, el gobierno ha elaborado y dado a
luz una serie de políticas y medidas con el fin de financiar sus
estudios. Entre éstas las principales son: becas estudiantiles,
créditos estudiantiles, trabajo-estudio, subsidios y reducción o
exención del pago de la matrícula a los estudiantes más
necesitados, y permiso a los centros docentes para que aparten
cierta suma del pago de la matrícula para financiar a los educandos
cortos de recursos.
Sin embargo, debido a que la
enseñanza superior se ha desarrollado demasiado rápido, sobre todo
desde la aplicación de la política de aumento de la admisión en
1999, China tenía ya cerca de 13,335 millones de estudiantes
matriculados en los centros de enseñanza superior común a finales
de 2004, con una tasa de admisión bruta de 17%, entrando en lo
preliminar en la etapa de popularización de esta enseñanza
internacionalmente reconocida. Al mismo tiempo, el número de
estudiantes con dificultad económica ha aumentado con celeridad en
dichos planteles. Según investigaciones, estos educandos suman ya
2,4 millones en todo el país, el 20% del total de matriculados,
incluyendo 1.600.000 en extrema dificultad.
En 1999, en vista de ello, China
empezó a conceder créditos estudiantiles estatales a aquellos de
recursos reducidos. 0 sea, la Hacienda subsidia el 50% del interés
tanto en el periodo de estudio de los receptores como en el periodo
de devolución del préstamo después de su graduación. Desde la
aplicación de esta política, el importe contractual de los créditos
aprobados ha sobrepasado los 9.600 millones de yuanes para 1,15
millones de estudiantes, y 1.080.000 de ellos han recibido un total
de 6.980 millones de yuanes en concepto de crédito, así que se ha
resuelto de manera bastante satisfactoria la dificultad real de un
buen número de estudiantes procedentes de familias pobres,
asegurando su culminación de la carrera académica sin
inconvenientes.
Sin embargo, en la concesión de
créditos estudiantiles se han producido también problemas como la
imperfección del sistema de credibilidad social, la pobre
conciencia de algunos graduados para la devolución de los
préstamos, y la no compensación padecida por los bancos debido al
riesgo surgido, entre otros. Tomando estos problemas en cuenta, el
gobierno ha reajustado buena parte de la política de concesión de
créditos estudiantiles. Primero, se introdujo el método de mercado,
para determinar la tasa de compensación a los bancos comerciales
mediante licitación. Segundo, se establecieron el Centro Estatal de
Administración de Créditos Estudiantiles y los de nivel provincial,
para intensificar la cooperación entre los bancos y los centros
docentes superiores. Y tercero, se decidió subsidiar por completo
el interés del crédito en el periodo de estudio de los receptores,
pero que éstos debieran pagar todo el interés ellos mismos después
de su graduación. Además, se ha reajustado el plazo de devolución.
Es decir, este plazo, en lugar de comenzar en el momento de la
graduación como se hacía en el pasado, se permite al receptor
empezar la devolución a uno o dos años de la graduación si no
consigue empleo, y además se prolonga hasta seis años en vez de los
cuatro anteriores. Al graduarse, si uno va a trabajar a una zona o
rama de vida dura por voluntad propia y cumple ciertos años de
servicio según lo establecido, el Estado pagará por él el préstamo
e interés a título de beca.
Para realizar el compartimiento del
riesgo de los préstamos, el Centro Estatal de Administración de
Créditos Estudiantiles creó el fondo de compensación del riesgo,
cubierto en 50% por la Hacienda central y en otro 50% por los
centros docentes superiores, y con la administración de cuentas
especiales, con el fin de otorgar compensación del riesgo a los
bancos gestores según una proporción dada del volumen realmente
producido de los préstamos concedidos en el año. En cuanto a la
otra mitad del fondo cubierta por los planteles de enseñanza
superior, se vinculará con el incumplimiento de contratos de sus
estudiantes. Si el incumplimiento es elevado, el plantel en
cuestión deberá aportar más dinero al fondo, así que se aumenta la
responsabilidad de administración de los planteles docentes antes y
después de la concesión de créditos. El reajuste de la política no
solamente ha disipado la preocupación de los educandos
económicamente difíciles por los gastos de estudio, sino que
también ha disminuido el riesgo proveniente de la concesión de
créditos.
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