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 PARTE I AGRICULTURA, CAMPO Y CAMPESINADO
 PARTE II APERTURA AL EXTERIOR Y COMERCIO
 PARTE III CONSTRUCCIÓN ECONÓMICA Y REFORMA
 PARTE IV EMPRESAS ESTATALES Y ECONOMÍA DE PROPIEDAD NO PÚBLICA
 PARTE V REFORMA DEL SISTEMA FISCAL Y FINANCIERO
 PARTE VI EDUCACIÓN, SANIDAD, TURISMO Y PROTECCIÓN AMBIENTAL
 PARTE VII VIDA DEL PUEBLO, ETNIAS Y MUJER
 PARTE VIII VIDA SOCIAL
 PARTE IX SISTEMA POLÍTICO, RELIGIONES Y DERECHOS HUMANOS
 PARTE X PARTIDO COMUNISTA Y PARTIDOS DEMOCRÁTICOS
4-6 P: Antes de la incorporación de China a la OMC en 2001, dicen, algunas personas se preocupaban por que la incorporación provocara embestidas contra ciertas ramas de actividad. ¿Pero si han ocurrido tales embestidas en estos tres años con meses?

R: Por cierto, algunas personas tenían esa preocupación en vísperas del acceso del país a la OMC. Pero desde hace más de tres años a esta parte, las embestidas no son notables. Por el contrario, la gente ve más bien el rápido crecimiento del comercio exterior y el pujante desarrollo de la economía nacional en todos los campos. Para la gran mayoría de las ramas de actividad la no percepción de la embestida se atribuye principalmente a las siguientes razones:

Primero, China abrió su mercado no en 2001 en la hora de su acceso al OMC sino mucho antes, más de veinte años atrás. Lo que hizo después es solamente abrirlo en mayor medida sobre la base de la apertura anterior.

Segundo, la apertura al exterior anticipada salvó el periodo de embestidas. El comercio minorista es un caso ilustrativo. Según el compromiso de China con la OMC, lo abriría el 11 de diciembre de 2004. Pero ante de esa fecha existían ya empresas comerciales de capital foráneo en todas partes del país. Gracias a la apertura anticipada se desmenuzaron y digirieron la posible presión y embestidas.

Tercero, en las negociaciones con la OMC, China consiguió ciertas condiciones de protección y periodos de transición para la apertura gradual con respectos a algunos productos y sectores delicados, tales como los vehículos motorizados y el comercio de servicio. Debido a que las industrias relacionadas todavía viven periodos de transición, las posibles embestidas aún no han aparecido.

Y cuarto, los cambios del mercado internacional han aligerado la presión de la importación. Por ejemplo, la agricultura, uno de los sectores delicados, no ha sufrido acometidas fuertes de productos agrícolas importados porque el alza de precios de estos productos en el mercado internacional ha paliado la presión sobre el mercado del país. Otro ejemplo es el sector de telecomunicaciones, pues este sector en el plano internacional aún se halla en el periodo de reajuste. Y los inversionistas foráneos interesados en las telecomunicaciones de China todavía se encuentran en la etapa de conocer la política del país, estudiar tácticas de inversión y analizar el mercado chino, sin emprender aún la inversión a gran escala. Pero a medida que los empresarios foráneos aumenten la inversión, el sector chino de telecomunicaciones encarará la presión de la competencia.

Aunque las cosas han andado bien en general en los pasados tres años, ello no significa que podamos dormir a pierna suelta. En realidad seguimos enfrentados a muchos desafíos y nos acechan riesgos en ciertos campos. Por ende, debemos hacerles frente en serio, para poder evitar con seguridad la falta de control y alguna que otra crisis.

Primero que todo, es preciso asegurar la seguridad financiera. Conforme los bancos y aseguradoras extranjeros de fuerte capital invaden el mercado chino en toda la línea y el gobierno levanta las restricciones de gestión en sentido geográfico contra ellos y les abre las operaciones en renminbi, los bancos comerciales y el sector de seguros de China afrontarán una situación de competencia severa. La forma como arreglar la alta proporción de las cuentas fallidas e incobrables, mejorar el servicio y los productos ahora mediocres y retener a los clientes de buena calidad son rompecabezas que mortifican al sector financiero del país. Un buen arreglo de estos problemas es la clave para el sector financiero del país, sobre todo la banca, en su empeño por realizar la transición sin sobresaltos.

En segundo lugar, es imperativo garantizar la seguridad agrícola. China es un país con numerosos campesinos, quienes llegan a aproximadamente el 70% de la población nacional, pero posee tan sólo un décimo de hectárea de cultivo por persona. Para ella es difícil competir con el extranjero en la producción y venta de productos agrícolas de demanda masiva. En especial, los fuertes subsidios de los países desarrollados a la producción y exportación de productos agrícolas constituyen un crudo reto al mercado de tales productos de China y sus campesinos encararán una doble presión proveniente de la oferta por encima de la demanda en el país y el aumento de la importación.

A fin de hacer frente a este tipo de competencia y desafíos, China cambiará en mayor medida la función del gobierno. Mientras fortalece la macro regulación y control y la administración de la economía, el gobierno elevará la conciencia de servicio, pasará de dar importancia al examen y aprobación a darla al servicio y al ofrecimiento de informaciones, y al mismo tiempo, deberá organizar concienzudamente el trabajo de cómo responder a las fricciones comerciales, con el fin de minimizar en lo posible su impacto negativo sobre la exportación y así salvaguardar los derechos e intereses legales de las empresas nacionales.

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