R: Por cierto, algunas personas
tenían esa preocupación en vísperas del acceso del país a la OMC.
Pero desde hace más de tres años a esta parte, las embestidas no
son notables. Por el contrario, la gente ve más bien el rápido
crecimiento del comercio exterior y el pujante desarrollo de la
economía nacional en todos los campos. Para la gran mayoría de las
ramas de actividad la no percepción de la embestida se atribuye
principalmente a las siguientes razones:
Primero, China abrió su mercado no
en 2001 en la hora de su acceso al OMC sino mucho antes, más de
veinte años atrás. Lo que hizo después es solamente abrirlo en
mayor medida sobre la base de la apertura anterior.
Segundo, la apertura al exterior
anticipada salvó el periodo de embestidas. El comercio minorista es
un caso ilustrativo. Según el compromiso de China con la OMC, lo
abriría el 11 de diciembre de 2004. Pero ante de esa fecha existían
ya empresas comerciales de capital foráneo en todas partes del
país. Gracias a la apertura anticipada se desmenuzaron y digirieron
la posible presión y embestidas.
Tercero, en las negociaciones con la
OMC, China consiguió ciertas condiciones de protección y periodos
de transición para la apertura gradual con respectos a algunos
productos y sectores delicados, tales como los vehículos
motorizados y el comercio de servicio. Debido a que las industrias
relacionadas todavía viven periodos de transición, las posibles
embestidas aún no han aparecido.
Y cuarto, los cambios del mercado
internacional han aligerado la presión de la importación. Por
ejemplo, la agricultura, uno de los sectores delicados, no ha
sufrido acometidas fuertes de productos agrícolas importados porque
el alza de precios de estos productos en el mercado internacional
ha paliado la presión sobre el mercado del país. Otro ejemplo es el
sector de telecomunicaciones, pues este sector en el plano
internacional aún se halla en el periodo de reajuste. Y los
inversionistas foráneos interesados en las telecomunicaciones de
China todavía se encuentran en la etapa de conocer la política del
país, estudiar tácticas de inversión y analizar el mercado chino,
sin emprender aún la inversión a gran escala. Pero a medida que los
empresarios foráneos aumenten la inversión, el sector chino de
telecomunicaciones encarará la presión de la competencia.
Aunque las cosas han andado bien en
general en los pasados tres años, ello no significa que podamos
dormir a pierna suelta. En realidad seguimos enfrentados a muchos
desafíos y nos acechan riesgos en ciertos campos. Por ende, debemos
hacerles frente en serio, para poder evitar con seguridad la falta
de control y alguna que otra crisis.
Primero que todo, es preciso
asegurar la seguridad financiera. Conforme los bancos y
aseguradoras extranjeros de fuerte capital invaden el mercado chino
en toda la línea y el gobierno levanta las restricciones de gestión
en sentido geográfico contra ellos y les abre las operaciones en
renminbi, los bancos comerciales y el sector de seguros de China
afrontarán una situación de competencia severa. La forma como
arreglar la alta proporción de las cuentas fallidas e incobrables,
mejorar el servicio y los productos ahora mediocres y retener a los
clientes de buena calidad son rompecabezas que mortifican al sector
financiero del país. Un buen arreglo de estos problemas es la clave
para el sector financiero del país, sobre todo la banca, en su
empeño por realizar la transición sin sobresaltos.
En segundo lugar, es imperativo
garantizar la seguridad agrícola. China es un país con numerosos
campesinos, quienes llegan a aproximadamente el 70% de la población
nacional, pero posee tan sólo un décimo de hectárea de cultivo por
persona. Para ella es difícil competir con el extranjero en la
producción y venta de productos agrícolas de demanda masiva. En
especial, los fuertes subsidios de los países desarrollados a la
producción y exportación de productos agrícolas constituyen un
crudo reto al mercado de tales productos de China y sus campesinos
encararán una doble presión proveniente de la oferta por encima de
la demanda en el país y el aumento de la importación.
A fin de hacer frente a este tipo de
competencia y desafíos, China cambiará en mayor medida la función
del gobierno. Mientras fortalece la macro regulación y control y la
administración de la economía, el gobierno elevará la conciencia de
servicio, pasará de dar importancia al examen y aprobación a darla
al servicio y al ofrecimiento de informaciones, y al mismo tiempo,
deberá organizar concienzudamente el trabajo de cómo responder a
las fricciones comerciales, con el fin de minimizar en lo posible
su impacto negativo sobre la exportación y así salvaguardar los
derechos e intereses legales de las empresas nacionales.
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