R: Es común a cualquier país aplicar
la regulación y control macroeconómicos, pero la clave está en los
medios usados para el propósito. En el desarrollo de la economía
china han ocurrido varios sobrecalentamientos y también se ha
practicado la macro regulación y control varias veces. Es cierto
que desde 2003 la economía china ha vuelto a sobrecalentarse
parcialmente. Comparado con los tres sobrecalentamientos anteriores
de la economía en su conjunto, acompañados del crecimiento
sincrónico de alta velocidad del sector terciario, el fenómeno
actual se caracteriza por el sobrecalentamiento de la industria y
el enfriamiento de la agricultura y el sector de servicio. De ahí
el sobresuministro por parte de la industria y la demanda
deficiente para el sector de servicio, con la aparición de la
contradicción marcada por la coexistencia entre la escasez y el
excedente.
El sobrecalentamiento económico ha
acarreado daños a China. Las materias primas y otros materiales
suben de precio vertiginosamente no solamente en el propio país
sino también en el mercado internacional a consecuencia de ello. El
alto consumo de recursos ha reducido a China a un importador de
muchas materias primas y materiales importantes. Por ejemplo, las
acerías chinas en construcción tendrán una capacidad de producir
350 millones de toneladas al año una vez concluidas, pero ni los
minerales ferrosos extraídos en el mundo entero podrían satisfacer
su necesidad de fundición aun si fueran comprados todos por China,
para no hablar de a quién se venderían sus laminados
fabricados.
La causa fundamental del
sobrecalentamiento económico radica en la excesiva pobreza de la
eficiencia de la inversión. Significa que únicamente con una enorme
inversión sería posible mantener un crecimiento económico
relativamente elevado. Pero el incremento de un alto consumo de
recursos difícilmente puede continuar durante largo tiempo para un
país corto de ellos como China. De ahí la necesidad de hacer macro
regulación y control.
Es innegable que en el pasado,
cuando China hacía esto, generalmente recurría a medios
administrativos, dejando ciertas secuelas de efecto colateral. Pero
esta vez la macro regulación y control se caracterizan
principalmente por el empleo de palancas económicas y jurídicas,
auxiliadas de medios administrativos, y se han emprendido
mayormente en los siguientes aspectos:
Primero, aplicar la política
crediticia y la industrial de manera coordinada. Por un lado se
exige a los bancos comerciales controlar estrictamente la concesión
de créditos a la siderurgia y otros sectores sobrecalientes, y por
el otro se apoya la demanda de fondos de los proyectos favorables a
la reestructuración, la ampliación del consumo y el aumento del
empleo.
Segundo, no aprobar el uso de tierra
a los proyectos de construcción que incumplen con la política
industrial estatal y las normas sectoriales de acceso al mercado,
suspender el examen y aprobación del uso de tierra a los que ocupan
tierra en seria infracción de la ley y reglamentos pertinentes, y
recuperar de ellos la parte de tierra ocupada de más o tierra
ocupada pero no en uso.
Tercero, repasar y examinar por
completo los proyectos en obras o por construir. Se exige suspender
o postergar la construcción de aquellos proyectos que son
prohibidos por orden del Estado, violan la ley o reglamento
pertinentes, o no cumplen con la protección ambiental, la
planificación urbana y la administración de créditos, o no con el
procedimiento de examen y aprobación.
Cuarto, se ha elevado en 15 puntos
porcentuales la relación proporcional del capital de los proyectos
de hierro y acero, aluminio electrolítico, cemento y bienes raíces
(salvo las viviendas económicas), y se ha elaborado y promulgado
una partida de medidas políticas industriales y normas sectoriales
relacionadas para examinar con rigor las solicitudes de proyectos
nuevos conforme a estas medidas políticas y normas de acceso al
mercado en términos de protección ambiental, seguridad, consumo de
energía, tecnología y calidad.
Quinto, se ha intensificado la
coordinación del transporte o transmisión con respecto al carbón,
la electricidad y el petróleo, se ha promovido la conexión entre el
suministro y la demanda de las materias primas y materiales
principales, y se han recortado las cuotas de uso de electricidad,
petróleo y carbón de las empresas que no concuerdan con la política
industrial o no reúnen los requisitos para el acceso al
mercado.
Y sexto, se ha dado a luz una serie
de medidas políticas de estímulo a la producción de cereales,
incluyendo el subsidio directo a los cultivadores de cereales, el
subsidio a las variedades mejoradas, la administración de los
precios de los medios de producción agrícolas y la exención total o
parcial del impuesto a la agricultura.
Las medidas de regulación y control
tomadas, de tratamiento diferente e intensidad adecuada, han puesto
coto efectivamente a la disminución por amplio margen de la
superficie cultivada y la producción de cereales en cinco años
consecutivos, el excesivo aumento de la inversión en activos fijos,
la expansión a ciegas de algunos sectores y el aumento demasiado
rápido de los créditos y el suministro monetario, para evitar así
grandes altibajos en la economía nacional. Hasta ahora se han
logrado resultados en lo preliminar.
Cabe notar que en el proceso de la
actual macro regulación y control la economía nacional de China no
ha sufrido daños en lo básico, sino que ha mantenido la pujanza con
un crecimiento relativamente rápido y una rentabilidad bastante
buena. En 2004 el país vio el PIB elevarse en 9,5%, los ingresos
fiscales en 21,4% y las ganancias de las empresas industriales en
38,1%, y el nivel de vida del pueblo en considerable medida. La
economía china se ha embarcado por una órbita de desarrollo todavía
más sano, ejerciendo a la vez una influencia deseable y positiva
sobre el mercado de ultramar.
Desde luego, estamos conscientes de
que si bien la macro regulación y control han surtido efecto,
algunas contradicciones y problemas subyacentes en la operación de
la economía nacional siguen relevantes, que de no resolver los
problemas relacionados con la estructura, el sistema y el modo de
crecimiento, sería imposible eliminar de raíz el impulso en la
expansión a ciegas de la inversión y la búsqueda unilateral de la
velocidad en el incremento económico, y sería probable que
resurgieran factores malsanos y no estables en cualquier instante.
A todo ello deberíamos prestar suma atención.
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