R: La conciencia sobre la posible
adversidad no es exclusiva de China. Según informaciones, la
Compañía Boeing de Estados Unidos, fabricante de aviones de talla
mundial, filmó adrede un programa de televisión, de simulacro de su
“quiebra”, y lo proyectó repetidamente entre sus empleados.
Estremecidos y embargados por el sentido de la crisis, éstos se
volvieron conscientes de que la quiebra simulada sería una realidad
inexorable el día de mañana si uno no se entregara en cuerpo y alma
al trabajo y la renovación de la empresa ahora mismo.
La nación china siempre ha tenido la
conciencia sobre la posible adversidad. El proverbio que dice “se
vive en la adversidad y se muere en la comodidad” es justamente una
vívida descripción de tal conciencia. En 2004 el PIB de China
ascendió a 13,65 billones de yuanes (8,27 yunaes=1 dólar
americano), sus ingresos fiscales, volumen de ventas al detalle de
artículos de consumo y volumen de importación y exportación se
acrecentaron en 21,4, 13,3 y 35,7 por ciento, respectivamente, y se
aumentaron 9,8 millones de empleos en las zonas urbanas, superando
en cada caso la meta prevista.
Sin embargo, nos enseña la
experiencia histórica, mientras mejor es la situación más despierto
y consciente de la probabilidad de contratiempos se debe estar. Es
así porque pensando en la posible desventura se estará prevenido y
con la guardia montada se alejará de la adversidad. La práctica de
recalcar la posible adversidad ha nacido de la clara comprensión de
nuestras condiciones nacionales. A pesar de que China ha alcanzado
un nivel de vida modestamente acomodada en general, su volumen
económico total solamente es un noveno del de Estados Unidos y un
cuarto del de Japón, su PIB por persona es de apenas US$1.000, y el
nivel de vida modestamente acomodada que ha alcanzado todavía es
bajo, incompleto y padecido de un desarrollo muy desequilibrado.
China aún está rezagada en las fuerzas productivas, la ciencia y
tecnología y la educación, tiene una población pobre todavía no
pequeña, se enfrenta con el aumento de la presión del empleo y de
la seguridad social, su sistema económico y sistema de
administración en otros aspectos aún son imperfectos, y su tarea de
reforma, desarrollo y estabilidad sigue pesada. En tal contexto,
China aún tiene que luchar por largo tiempo para consolidar y
elevar el nivel de vida modestamente acomodada ya alcanzado.
Por otro lado, persistirán las
crisis que China encara y encarará en el proceso de rápido
desarrollo económico. Algunos problemas incluso se están agravando,
por ejemplo, la brecha entre ricos y pobres, el problema de la
ecología y los recursos, la corrupción de funcionarios públicos, la
pérdida de activos estatales, el problema de la credibilidad y el
sida. De ser ignorado o no atendido adecuadamente alguno que otro
de estos problemas, se afectaría al menos el desarrollo sostenible
del país y, en el peor caso, sería cuestión de vida o muerte para
éste. Dar la cara a las crisis existentes o en potencia llevará a
los departamentos gubernamentales a tomar medidas por iniciativa
propia y con toda fuerza para su solución o prevención, a favor del
desarrollo social saludable.
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