R: Por cierto, quienquiera haya
estado en China ha podido percibir fácilmente una clara diferencia
entre el este y el oeste en el desarrollo económico y la vida del
pueblo. Esto se debe en parte a los factores históricos y
geográficos, pero también tiene que ver con la política de apertura
al exterior progresiva adoptada por China para comenzar por las
zonas del litoral y pasar luego al interior del país. Precisamente
es por ello que en el 2000, sobre la base del acelerado desarrollo
de las zonas del este, China dio a luz la estrategia de explotación
a gran escala del oeste.
Implementar la estrategia de
explotación a gran escala del oeste y acelerar el desarrollo allí
es un programa gigantesco y completo, así como una tarea histórica
sumamente ardua. El oeste de China comprende las seis provincia de
Gansu, Guizhou, Qinghai, Shaanxi, Sichuan y Yunnan, las tres
regiones autónomas de Ningxia, el Tíbet y Xinjiang y el municipio
de Chongqing bajo jurisdicción central, ocupa dos tercios del
territorial nacional y posee el 22,8% de la población del país. Sus
áreas abundan en minerales y llevan gran ventaja en recursos de
energía (incluidos los de energía hídrica), turismo y tierra. No
obstante, sus cambios han estado muy a la zaga de los ocurridos en
la parte oriental de China durante los más de veinte años de
reforma y apertura del país.
Debido al retraso del oeste en las
infraestructuras y a su sistema ecológico vulnerable, su
explotación a gran escala contempla los siguientes puntos de
prioridad: esforzarse por hacer progresos sustanciales en la
construcción de infraestructuras y en la protección y fomento
ecoambiental dentro de diez años; de acuerdo con lo que se exige
para el desarrollo coordinado entre la economía y la sociedad,
fortalecer prioritariamente la educación, la salud pública y otros
servicios de utilidad social; reforzar el desarrollo de la economía
peculiar y los sectores aventajados para incrementar la capacidad
de autodesarrollo del oeste; y proseguir profundizando la reforma y
ampliando la apertura para erradicar paulatinamente los obstáculos
provenientes del sistema que estorban el desarrollo de las fuerzas
productivas, con miras a sentar buenos cimientos a favor de su
ulterior desarrollo en la explotación a gran escala.
En 2000, cuando se alzó el telón de
la explotación a gran escala del oeste, el Estado puso allí una
inversión en la construcción básica superior en una docenas de
puntos porcentuales a la que hizo en el este. Entre los diez nuevos
proyectos grandes puestos en obras y los 78 proyectos grandes y
medianos en vías de construcción, la absoluta mayoría se dedica a
las instalaciones infraestructurales y la protección ecoambiental.
Simultáneamente, China ha intensificado la inversión y apoyo al
oeste en cuestión de recursos fiscales. En el pasado lustro los
fondos de inversión totalizaron 460.000 millones de yuanes y la
transferencia de pagos y los subsidios especiales de la Hacienda
sumaron más de 500.000 millones de yuanes. O sea, fue un quinquenio
de mayor inversión de China en el oeste del país a contar de 1949.
Como resultado, estas inversiones han propulsado el desarrollo
económico y social en las zonas occidentales. En 2000-2004, según
estadísticas, el valor total de la producción del oeste aumentó en
un promedio anual de 10%, la inversión en activos fijos en
aproximadamente 20% por año, y los ingresos fiscales locales en una
media anual de 14%, de modo que el oeste redujo su brecha relativa
con el incremento económico promedio anual del país desde el 1,5%
al 0,8%.
Por supuesto, somos conscientes de
los problemas y dificultades que afrontamos en el ulterior impulso
de la explotación a gran escala del oeste. En el momento la brecha
de desarrollo entre el este y el oeste sigue ensanchándose, y de
que aunque el entorno ecológico de las zonas occidentales ha
mejorado parcialmente, el deterioro del mismo en su conjunto
todavía no se ha revertido de manera radical. Por lo demás, el
atraso de las infraestructuras sigue siendo un eslabón débil que
atenaza el desarrollo económico y social del oeste.
En el futuro China no mermará la
intensidad del apoyo a la explotación a gran escala del oeste, y
para el propósito está estudiando cómo establecer un canal de
fondos especiales permanente y estable para la explotación y
también un mecanismo de efecto duradero para la inversión en ésta.
Al mismo tiempo, se empeñará con ahínco en elaborar y promulgar la
Ley sobre la Promoción de la Explotación del Oeste, con el fin de
poner todos los trabajos de la explotación en la órbita legal y
asegurar su progreso estable y continuo.
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