R: En los pasados veintitantos años
de reforma y desarrollo, China ha obtenidos éxitos universalmente
reconocidos. Si bien ha despachado el problema de ropa y
alimentación para sus más de 1.000 millones de personas y las ha
llevado a una vida modestamente acomodada en lo inicial, se le ha
tornado agudo el problema de falta de coordinación en el desarrollo
económico y social.
En el ámbito de la operación
económica, China ya es uno de los países de más alto consumo de
energía por unidad de PIB, de ahí la tirantez en el suministro de
carbón, electricidad y petróleo y el transporte y transmisión. En
los últimos cerca de diez años las tierras cultivadas han
disminuido en más de seis millones de hectáreas, es decir, más del
5% del total nacional. Hoy día, no pocas provincias han gastado con
anticipación los índices de uso de tierra planeados para hasta el
2010. Desde el 2004, aunque se han tomado medidas de macro
regulación y control y se han logrado ciertos resultados, la
inversión en las tres grandes industrias de acero, cemento y
aluminio electrolítico ha mantenido un alto ritmo de crecimiento,
el incremento de los créditos en concepto monetario ha operado en
el elevado nivel de 19%, las existencias del carbón han bajado al
mínimo nivel registrado en los últimos veinte años, y las
contradicciones agudas en la operación económica siguen sin
solución radical.
Como China se halla hoy en la etapa
de industrialización primaria, le sería difícil sortear el camino
que recorrieron los países desarrollados. En particular, la ayuda a
las zonas pobres a desarrollar su economía, la necesidad de hacer a
los habitantes indigentes dejar atrás la pobreza y el traslado de
las industrias tradicionales a China por las compañías
transnacionales han agravado la destrucción del medio ambiente y la
presión de los recursos en este país. China no es muy rica en
recursos naturales. Su contradicción en el nivel de posesión de los
recursos propios incluso ha salido a luz en la actual etapa de
desarrollo, para no hablar de cómo colmar la necesidad del
desarrollo económico a largo plazo en el futuro, al tiempo que el
incesante incremento de la importación de petróleo ha puesto de
manifiesto el problema de su seguridad estatal en lo económico.
En el dominio de la vida social,
también se han vuelto cada día más evidentes y exigen solución con
urgencia problemas tales como el del campo, la agricultura y el
campesinado, el empleo, la creciente brecha en el ingreso, la
contaminación del medio ambiente, la no optimización de la
estructura sectorial, la irracionalidad de la estructura
urbano-rural, el desequilibrio entre las regiones en la estructura
económica, la dificultad de los grupos vulnerables y el
mantenimiento de la estabilidad social.
Muchos de estos problemas ya
aparecidos han sido engendrados por nuestros desatinos y
desviaciones en lo que es el concepto del desarrollo. Viendo por
las condiciones nacionales y las tareas de la China actual, ésta
enfrenta dos perspectivas de desarrollo distintas ahora que su PIB
ha alcanzado US$1.000 por persona. De actuar de manera acertada, el
país tomaría un camino más expedido de desarrollo continuo; pero
inversamente, se provocarían riesgos económicos y sociales. Razón
por la cual, el quid para el desarrollo sostenible de China en las
nuevas condiciones históricas consiste en si el país puede
establecerse y llevar a la práctica el concepto del desarrollo
científico.
Para este propósito, China deberá,
sobre la base de optimizar la estructura y elevar la calidad y la
rentabilidad, cambiar el modo de crecimiento económico, reajustar
la estructura económica y así coordinar la velocidad, la
estructura, la calidad y la rentabilidad; persistir en el
desarrollo coordinado entre la economía y la sociedad y el
desarrollo coordinado entre las zonas urbanas y las rurales y, al
tiempo de impulsar con energía el desarrollo económico, prestar más
importancia a la aceleración del desarrollo social; atribuir suma
atención al problema de recursos y del sistema ecológico, lograr un
desarrollo armonioso entre el hombre y la naturales a través de la
coordinación, satisfacer de continuo la necesidad del pueblo en
diversos aspectos y lograr el desarrollo integral del hombre, para
conducir de este modo a toda la sociedad por el camino de
desarrollo civilizado caracterizado por el aumento de la
producción, la holgura de la vida y un buen entorno ecológico, e
incrementar la capacidad propia para el desarrollo sostenible.
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