R: En años recientes, mientras la
economía mundial sigue depresiva y la inversión transnacional
disminuye por amplio margen, China ha devenido, ciertamente, “uno
de los destinos más atractivos para la inversión foránea” y ha
seguido en primer lugar por más de diez años consecutivos entre los
países y regiones en vías de desarrollo en el volumen del uso
efectivo de fondos foráneos. En 2002, al dejar atrás a Estados
Unidos por primera vez, China se convirtió en el mayor captador de
la inversión foránea directa en el mundo. Desde la reforma y la
apertura, según estadísticas, la inversión foránea en China, que
partió de cero, totaliza ya una cantidad acumulativa superior a los
US$560.000 millones, y las empresas con inversión foránea en este
país suman más de 250.000.
El que China sea hoy la primera
optación para los inversionistas foráneos se debe fundamentalmente
a que les hemos ofrecido un excelente ambiente para la conveniencia
de su inversión, producción y gestión.
Primero, durante los más de veinte
años a raíz de la reforma y la apertura, la economía china ha
mantenido un alto crecimiento con un ritmo medio de más de 9%, por
encima de los demás países. Al propio tiempo, el constante progreso
de la reforma y la apertura del país, la fuerte competitividad
internacional de su mano de obra, materias primas y materiales y
servicio debido a su bajo costo de producción y su buen ambiente
macroeconómico han proporcionado condiciones reales a los
inversionistas foráneos y les han exhibido una amplia
perspectiva.
Segundo, gracias a su vasto
territorio, gran variedad de productos, abundancia de recursos
agrícolas y enormes reservas de recursos naturales, China posee una
inmensa ventaja para atraer los inversionistas foráneos que buscan
recursos, a la vez que ofrece un excelente apoyo a su inversión en
la manufactura e incluso a su inversión en el sector de servicio.
Por otra parte, China ha mejorado considerablemente las
infraestructuras, tiene servicios relativamente completos en lo que
atañe al transporte, telecomunicación, agua, electricidad y gas, y
ha incrementado notablemente la capacidad de suministro y la
calidad de la energía, materias primas y materiales y partes y
piezas, proporcionando de este modo buenas condiciones externas a
los inversionistas foráneos para la producción y gestión.
Tercero, China ha estructurado un
armazón del sistema de economía de mercado en lo preliminar, ha
mejorado gradualmente las leyes y reglamentos, su fuerza laboral es
abundante con la calidad elevada, y la política pertinente para
estimular la inversión foránea se ha vuelto cada vez más acorde con
los requisitos de la economía de mercado y las normas
internacionales. Todo ello ha deparado un entorno social y jurídico
conveniente para la inversión foránea.
Y cuarto, en años recientes China ha
trazado una política industrial de índole integral para los
inversionistas foráneos, animándolos a invertir más en la
agricultura, la explotación de recursos, la construcción de
infraestructuras, la exportación y las industrias de nueva y alta
tecnología y aplicándoles políticas preferenciales.
En 2001, a tenor de los requisitos
de la economía de mercado y los compromisos asumidos en el momento
de su acceso a la OMC, China revisó y enmendó totalmente las leyes,
reglamentos y documentos de política relacionados, simplificó el
examen y la aprobación de empresas con inversión foránea, amplió en
mayor medida la apertura de los sectores de finanzas, seguros,
telecomunicaciones y circulación y flexibilizó las restricciones a
la inversión foránea en el derecho de acciones en los proyectos de
comercio interior, comercio exterior, fabricación de vehículos,
industria química, infraestructuras y explotación de minerales y
recursos, sentando así mejores cimientos para el uso de fondos
foráneos.
Lo que es más, China es un inmenso
mercado con 1.300 millones de consumidores y un gran mercado cuya
capacidad aumenta constantemente. Esta capacidad del mercado chino
seguirá incrementándose con rapidez cuando menos en los próximos
diez años. En 2005, según pronósticos, en las zonas costeras y
centrales del país aparecerán 100 millones de familias con 150.000
yuanes de ingreso por año cada una, en condiciones de comprar
viviendas y coches particulares. Es de prever que una demanda del
mercado tan enorme proporcionará, sin duda, más oportunidades en
potencia a las empresas con inversión foránea en China.
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